Por Vicente Jara, OP
La solución al cuestionario: La verdadera cuestión
Mi intención era poner de manifiesto que el concepto de secta de muchas personas, y a veces de algunos especialistas, es incorrecta. Esa es mi opinión, pues no resuelve bien esta serie de preguntas que hemos formulado con nuestro cuestionario de 30 preguntas. Y que el método del «checking» o verificación de un listado de cualificaciones, como el aquí presentado, no ayuda en nada. Es más, empaña y engaña la verdadera cuestión, y con ella la verdadera solución al tema de la definición de secta. ¿Qué es entonces una secta?
Como dice la psicóloga Margaret T. Singer, los marines de los EE.UU no son una secta, aunque también muchas de estas características les sean aplicadas, incluso penalizaciones físicas muy severas, insultos, sometimiento y humillación, violencia física, etc., como parte de su entrenamiento, como el que también se da en otras fuerzas especiales. Pero, como dice esta psicóloga especializada en sectas: quien entra en los marines, sabe qué se va a encontrar. Lo hace libremente. Este es para nosotros el verdadero «quid», la clave. Es decir, la libertad. Con libre albedrío, con voluntad iluminada por el entendimiento de entrar o no.
La clave de discernimiento es la libertad. Tal y como expone santo Tomás de Aquino, siguiendo a Aristóteles, el libre albedrío pone fin a la deliberación o toma de decisión. La libertad es punto de contacto de la razón y de la voluntad, de ahí que por el entendimiento se delibera acerca de los pros y los contras entre las opciones posibles, y tras ello y por el proceso volitivo electivo, la voluntad decide, iluminada por la inteligencia y el razonamiento; de ahí que ambas -entendimiento y voluntad- estén relacionadas en la acción libre y sean claves para nuestro tema(S. Th., I, q. 83).
¿Se conocía qué era el grupo? ¿Se hizo libremente, con conocimiento y sin coacción, en libertad, la aceptación a pertenecer al grupo?
Volviendo a los monjes y monjas de la Iglesia Católica, existe un proceso de conocimiento por parte del candidato y por parte del grupo. No hay engaño en la vida religiosa, no hay engaño en los grupos mencionados (carmelitas, cartujos,…), algunos sumamente exigentes en su día a día, y cualquiera puede conocer lo que se hace y vive en ellos, no siendo fácil por parte del candidato su entrada y pertenencia, y siendo muchos los que son rechazados por no poder seguir ese tipo de vida, algo que se ve en los primeros meses de contacto. Por otro lado, cualquiera puede marcharse cuando lo desee, habiendo un tiempo de iniciación y de contacto previo, parcial y gradual.
Esto no se da en las sectas. Las sectas usan de todo tipo de engaños para no mostrar su verdadera cara. De ahí que frente a otras definiciones, como ya hemos comentado en otros lugares, nuestra definición de secta esté firmemente ligada a la libertad, al conocimiento del grupo.
Por ello, definimos la secta como un grupo social depredador que practica el mimetismo y el señuelo.
Depredador: La secta es siempre mala, la secta es perversa. No existen las sectas buenas o neutras. La secta es depredadora, término que uso como los otros dos (mimetismo y señuelo), basándome en un acercamiento biológico que aplico al estudio (en tanto posible) de los grupos sociales. En nuestro caso de depredación social, ésta se circunscribe a todo lo que podemos llamar agresión. Consiste la agresión en acometer a alguien con el fin de causarle daño, perjuicio, herirlo o matarlo.
Mimetismo: Ocurre cuando un organismo aparenta ser otro distinto. Es el caso de algunas especies de moscas que simulan por sus colores y rayas amarillas y negras la apariencia de una avispa, y así evitan ser comidas por sus potenciales enemigos. Las sectas se hacen pasar por lo que no son. En cambio, los grupos religiosos católicos mencionados no se hacen pasar por otra cosa que no son, es más, dejan bien claro su alta exigencia de vida y la dificultad de dicho seguimiento, así como lo que hacen sus miembros una vez dentro del grupo.
Este mimetismo se aplica tanto al comportamiento y los actos, como a las creencias, aspecto que a veces se olvida, y es el elemento que lleva a veces a hacerse pasar por religiones a tantos de los grupos sectarios existentes, manipulando textos sagrados de religiones reconocidas o creando otros nuevos textos con nuevas revelaciones de sus líderes, surgiendo así divergencias insalvables con la fe original a la que pretenden mimetizar, captando de esta forma a personas que no son capaces de aplicar un entendimiento correcto y un razonamiento adecuado a la falsedad de los textos y las afirmaciones del fundador o los líderes del grupo sectario.
Señuelo: Un señuelo es algo que pretende atraer o persuadir. Este aspecto va ligado al mimetismo, al pretender ganar la voluntad de elección del adepto, ofreciéndole aspectos atractivos y seductores, un gancho. De esta forma el adepto satisface sus deseos y necesidades (o eso cree) haciéndosele ver lo que no es en el grupo y forzándole a aceptar más fácilmente la captación, que luego ya dentro, de manera progresiva, y usando de técnicas de persuasión coercitiva, le llevarán a no dejar fácilmente el grupo, al ir descubrimiento de manera gradual el verdadero rostro del grupo.
En definitiva, las definiciones que se basan en otro acercamiento distinto a éste, el de la libertad de elección, los consideramos incompletos o erróneos, así como peligrosos, pues pueden llevar a calificar como sectas formas tan alejadas a ellas como muchas formas de vida del cristianismo, así como de otras religiones. En el proceso de entrada en una secta no se da la libertad de la voluntad y la lucidez del entendimiento no oscurecido, mientras que en la vida religiosa, y ese debe ser siempre el criterio en la Iglesia Católica, ambos elementos son cruciales para la adecuada y normal pertenencia a un grupo eclesial.
La clave de discernimiento está en la libertad, concepto central y nuclear de la persona. Y con ello, en el conocimiento y la voluntad. Y por el contrario, es en el engaño (contra el conocimiento) y en el señuelo (contra la voluntad), como ocurre en la agresión que cometen las sectas, donde se encuentran los elementos reveladores de lo que es o no es una secta.
BIBLIOGRAFIA:
LIBROS:
+ Vicente Jara, OP. «¿Qué es una secta? El criterio de demarcación». Revista Studium. Instituto Pontificio de Filosofía y Teología Orden de Predicadores en Madrid (Agregado a la Pontificia Universidad Sto. Tomás de Aquino de Manila, Filipinas), Vol. XLVII, Fasc. 3 (2007), pág. 347-393. Se puede consultar en http://about-sects-and-cults.org/Articulos/CriterioDemarcacion/SectaDefinicionDemarcacion.pdf.
+ Vicente Jara, OP. «Preguntas habituales». Se puede consultar en http://about-sects-and-cults.org/FAQ.html
+ Margaret Thaler Singer y Janja Lalich. «How the United States Marine Corps Differs from Cults», 1995. Se puede consultar en https://docs.google.com/document/d/1vEBlnsXuGop8WFwJo5zwGK5WLOV3Fjo3FW9-O8VKlrE/edit?pli=1
AUDIOS:
+ Vicente Jara, O.P. Programa “Conoce las sectas” de radio María sobre «Sectas e Iglesias» (24-enero-2015), Radio María España, Se puede escuchar en http://estrategia.info/ries/?p=episode&name=2015-02-01_d-cd-2015-01-24.mp3
+ Vicente Jara, O.P. Programa “Conoce las sectas” de radio María sobre «Concepto de secta» (3-noviembre-2012), Radio María España, Se puede escuchar en http://estrategia.info/ries/?p=episode&name=2012-12-01_d-cd-2012-11-03.mp3.
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