Duda

Cambios en el comportamiento religioso.

De responsable, se vuelve casual.
Con una amabilidad legendaria, se vuelve agresivo. Con gran modestia, parece arrogante, orgulloso, irascible y terco. De una determinación franca, se vuelve vacilante, escrupuloso, rígido. De magnánimo y generoso, se vuelve narcisista y regresivo.
Pierde el humor, se toma a sí mismo muy en serio. Ya no conoce su orientación, en aritmética, ortografía y gramática. Recurre a la mentira para nada, sin remordimientos, siente desconfianza, sospecha hacia su familia, sus hermanos y sus amigos, se contradice. Escribe cartas infantiles con una letra cada vez más menguante.
Incluso descuida su vestimenta e higiene.
Su buen humor es ficticio: presume de interjecciones ditirámbicas para todo lo relacionado con el orden y superiores con los que se identifica hasta el punto de asemejarse a ellos en un mimetismo llamativo.

Síntomas

– Pérdida de la noción de Bien y Mal.
– Pérdida del sentido filial, incluso en los casos en que los padres estén enfermos, en dificultad o de luto.
– Perturbación y regresión de la personalidad.
– Incapacidad para cuestionarse a sí mismo, a los demás, sobre la suerte que han vivido otros miembros de la comunidad a pesar de que su salud se deteriora visiblemente.
– Pérdida del sentido cívico.
– Puede llegar hasta la paranoia: «Buscamos problemas, no nos amamos, tenemos envidia».

Síndromes

– Síndrome del salvador: quiere inmolarse para salvar al mundo entero.
– Síndrome del jugador: quiere seguir apostando por todo lo que se ha invertido.
– Síndrome del pastor: se somete al sagrado fundador.
– Síndrome del superviviente: quiere aguantar a toda costa.
– Síndrome de Estocolmo: se convierte en cómplice de quienes lo tomaron como rehén.
– Síndrome de radicalidad: excluye la duda y vive en un discurso estereotipado.

¡ATENCIÓN!

Cuando el seguidor está demasiado perturbado, ya no se da cuenta por sí mismo de su estado de deterioro. Solo sus padres, o sus amigos que lo conocieron bien antes, pueden decírselo.

Cuando los disturbios se vuelven vergonzosos para la Comunidad o el Movimiento, él (o ella) suele ser desplazado geográficamente, de alguna manera trasladado, o incluso enviado al exterior sin que se resuelva el problema básico: la Comunidad o el Movimiento desplaza el problema. Lo amplifica al mismo tiempo porque este cambio genera un alejamiento adicional de la familia y los parientes que podrían acudir en ayuda de la persona desestabilizada, muchas veces en estado depresivo, o requiriendo atención médica y asistencia especial.

Salud física

Cambio de apariencia: pérdida o aumento anormal de peso.
Asunción de riesgos impulsiva y compulsiva.
Negación de la enfermedad que, como resultado, no siempre se detecta, reconoce y trata a tiempo.
Deterioro progresivo: deterioro de la vista, dientes, cabello, piel.
Modificación del tono de la voz, del andar.
Insomnio.
Exorcismos en lugar de cuidados.
La atención y el tratamiento los brindan con mayor frecuencia médicos, psicólogos, psicoterapeutas, enfermeras, familiares o amigos de la Comunidad. Su vínculo con estos últimos influye en su comportamiento, por lo que, a veces, pueden fallar en el respeto de la ética.

Salud psíquica

Abdicación de la inteligencia: en nombre de una obediencia mal entendida.
Miedo, inseguridad.
Escrúpulos, silencio (miedo a descubrir un secreto, a traicionar).
Infantilización y sentimientos de culpa.
Pérdida de memoria y capacidad de concentración.
Trastornos neuropsíquicos de la voluntad.
Estado de estrés permanente causado por el exceso de trabajo (ansiedades que persistirán mucho después de la liberación).
Control de los pseudo psicoterapeutas: relectura de la vida, falsos recuerdos inducidos.
Pérdida de sus referencias familiares por el desprecio que le da a su familia presentada como «biológica».
Pérdida de la noción de tiempo.
Pérdida de sentido de la orientación.
Pérdida de la capacidad de organización y anticipación.
Pérdida de la noción de peligro (nada es grave).
Conciencia alterada.
Disociación de estados de conciencia.
Alienación.

Hallazgos

Salidas observadas: Notamos que los religiosos que más presionaron a los novicios abandonaron la Comunidad.
Doble coacción: la exigencia de una cosa y su contraria, plantea problemas que el religioso ya no puede resolver por sí mismo y, en consecuencia, aumenta las concesiones a los superiores o a la Comunidad.
Al mismo tiempo, se organiza un trabajo de olvido parcial, relativización infundada, luego ocultación total.
Compromiso: Situación de posible deslizamiento de la concesión al compromiso en un contexto de creciente esquizoidismo (personalidad dividida).
Secreto: Situación de tensiones: las cosas más triviales como las más graves son objeto de las mismas instrucciones de secreto.
Demonización: Corrección fraterna y demonización: cualquier cuestionamiento de la enseñanza recibida o de la vocación se interpreta como desobediencia o tentación.
Desaparición de la capacidad de reaccionar y desafiar.
Insatisfacción fundamental.
Actividad frenética, estado de confusión (actos fallidos, omisiones, etc.)
Confusión: entre verdad y convicción.
Confusión entre lo racional y lo afectivo, en detrimento del pensamiento (burla).
Confusión entre el foro interno y el foro externo
Relación demasiado fusional e intensa con el Superior.
Insinuación: discurso culpable que culpa a la buena voluntad de los religiosos. Mensajes subliminales.
Contradicciones:
Es cuando el religioso se ha convertido en un prisionero de sí mismo cuando se le dice que es libre de salir.
Es cuando el religioso se ríe mucho y con facilidad cuando más peligro corre: ha perdido el contacto con la realidad y su relación con el “maestro” se ha vuelto hipnótica.

 Estas situaciones son aún más graves en lo que respecta a:

  • ya sea por el abuso del estado de debilidad,
  • o no asistencia a una persona en peligro
  • o ambos. 

La moral cristiana, sin embargo, defiende el valor absoluto de toda vida humana así como el deber de cuidar a los demás. Este deber es tanto más exigente cuanto que responde a la protección debida a las vidas más frágiles y amenazadas. Cabe mencionar que:

la salud no se reduce a la ausencia de enfermedad y que incluye la armonía entre las diversas energías de la persona, físicas, psíquicas y espirituales, en la perspectiva y el respeto de cada proyecto de vida.



Publicado por AVREF

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