Hay mucha sutileza en los mensajes. Se cuidan hasta de no decir el nombre del “padre”.
No llega a todos… sólo a algunos. No quieren que la gente se entere, o al menos, el común de la gente.
Serán invitados sólo los elegidos. Y una vez enterrado, ahí sí: a publicar y compartir la noticia, seguramente, y las fotos de la semana, ilustrando el histórico evento. Total, “lo hecho, hecho está” … o estará.
¿Será que no cuentan con las debidas autorizaciones eclesiásticas locales? No importa… Eso sería lo de menos. Si venían haciendo las cosas de ese modo con la aprobación del mismo fundador aun vivo, ahora, con mayor razón, no podrían traicionarlo.
El sujeto en cuestión, estando vivo, tenía prohibido visitar la ciudad sureña de Mendoza, Argentina. Ahora que dejó este mundo en la ciudad norteña italiana, sus fieles seguidores se encargaron por todos los medios de hacerlo llegar a su tierra, incluso después de más de un mes de descomposición.
Hace ya algunos días hicieron circular el mensaje, a modo “sotto voce”, fieles al habitual “estilo IVE”:
«Queridos todos, gracias a Dios se concretó el traslado de los restos del Padre a Argentina. Salen de Italia mañana jueves 25. En Buenos Aires lo recibe una funeraria argentina, con quien se está ya trabajando, que hará los trámites correspondientes, y enviará los restos a San Rafael. El martes 30 a la mañana estarían llegando los restos al Seminario, para iniciar el velatorio. A las 15:00 se comenzarán a celebrar Misas, y al día siguiente miércoles 31 está prevista la Misa de funeral alrededor del mediodía, con el posterior entierro en el cementerio del Seminario».
Nos preguntamos si muerto el perro se acabará la rabia…
Dudamos mucho… Sobre todo, porque este perro contagió su rabia a su propio instituto, haciendo de su enfermedad un estilo de vida crónico autoinmune no detectable, sino visto como saludable.
Esperamos que, al menos, a los buenos religiosos no les influya en sus escasos tiempos de descanso, como la monjita de las pesadillas…
¡Buena lectura!
Deja una respuesta