La humildad del Padre Gonzalo Ruiz Freites en sus comunicados

Dejamos a criterio del lector el último comunicado que envía el P. Gonzalo Ruiz Freites a su familia religiosa con motivo del fallecimiento de Mons. Alberto Tricarico, quien, según el mismo artículo, fue el que facilitó su ingreso en Ucrania y, en más de una ocasión, tuvo que usar sus contactos en favor del IVE, en Italia.

Son conocidas las visitas de este sacerdote, el P. Ruiz, a numerosos obispos, especialmente al fallecido y al cardenal Sodano, con el fin de que intervinieran para evitar el cierre del IVE. Él mismo se gloría de esto en el comunicado que envía.

Es notable también cómo subraya, a través de esta carta dirigida a los más jóvenes, que este obispo apreciaba al IVE por ser «los mejores y guardianes de la salvación». Cita que, «dado que lo nuestro es ser fieles a la Iglesia y al Magisterio romano, amantes de la tradición y, al mismo tiempo, misioneros». Aquí uno se pregunta: si lo del IVE es ser fieles a la Iglesia, ¿por qué no obedecen? A la tradición, ni hablar, según el gobierno de turno.

¿Obediencia a la Iglesia?

¿Por qué buscar tantos contactos para que lo ayuden y no cierren el IVE?
¿Por qué no dejar actuar al Espíritu Santo en lugar de andar mendigando entre obispos para que muevan hilos y frenen las sentencias ante las inmoralidades del fundador y de varios sacerdotes?
¿Por qué no obedecer a la legítima autoridad que tienen hoy: el cardenal Santos Abril?

Lo que sí creo es que terminaron obedeciendo a los consejos de este obispo: «En tiempos de grandes dificultades, el Instituto se salvaría solo si todos formábamos un bloque de granito alrededor del Fundador, evitando cualquier división».

Esto sí lo practican muy bien hasta el día de hoy. Lo que este pobre obispo no sabía era la cantidad de denuncias que pesaban sobre este fundador y sus consecuencias en Argentina. Solo conocía la versión contada por Gonzalo, quien era el encargado de estas visitas protocolares y de llevar la versión de las «víctimas» ante los obispos y cardenales de Roma.

Pero, claro, tampoco cuenta que sobre él también pesan denuncias de encubrimiento y manipulación. El texto enviado por él es suficiente para que el lector se dé cuenta de la influencia de estos hombres que se consideran los fundadores del bloque alrededor del fundador.

In Memoriam

Familia Religiosa del Verbo Encarnado

In memoriam S.E.R. Mons. Alberto Tricarico

(Gallipoli, 10/08/1929 – Roma, 27/06/2024)

El pasado 27 de junio falleció en Roma el arzobispo Alberto Tricarico, quien fue un gran amigo y bienhechor del Instituto desde los años ’90 del siglo pasado.

Ordenado sacerdote para su diócesis de Gallipoli con solo 22 años, después de ejercer el ministerio allí por algunos años entró en 1953 en la Pontificia Academia Eclesiástica, dedicando el resto de su vida al servicio diplomático de la Santa Sede. Trabajó en las nunciaturas de Brasil, México y de otros países. En 1987 fue consagrado Obispo y enviado como Pro-Nuncio Apostólico en Singapur y Tailandia, y como Delegado Apostólico en Laos, Malasia, Brunei y Myanmar. Allí se destacó por su espíritu misionero y por su celo por el bien de los misioneros (tenía muchas anécdotas al respecto). Por motivos de salud, tuvo que regresar a Roma, y fue nombrado oficial de la Secretaría de Estado (1993).

Con la caída del bloque soviético, el Cardenal Angelo Sodano, entonces Secretario de Estado, lo designó como encargado de los países de la ex Unión Soviética. Precisamente en ese rol nos contactó en 1997, cuando San Juan Pablo II había decidido confiarnos la Missio sui iuris en Tayikistán, en orden a poder dar todos los pasos formales para el establecimiento de la missio.

A partir de allí nos fue conociendo y apreciando, llegando a ser gran amigo y bienhechor. Lo fue de manera especial en los momentos más difíciles que el Instituto tuvo que atravesar en aquello años. Se movió visitando a Obispos italianos para ponerlos al tanto de nuestra situación, y pidiéndoles su testimonio y su ayuda. Así lo hizo, por ej., con Mons. Pecile, Obispo de Latina, y con Mons. Erba, obispo de Velletri-Segni. También se reunió para trabajar por nosotros más de una vez con el Padre Velasio De Paolis, eximio canonista que llegaría a ser Cardenal de la Iglesia, quien ya en ese tiempo nos asesoraba jurídicamente.

En las incontables veces que Mons. Tricarico nos recibió en la Secretaría de Estado o en su casa, en Via di Valle Aurelia, siempre nos escuchaba y nos daba preciosos consejos. Conservo los memorandos de esos encuentros. Lo íbamos a ver cada vez que había alguna nueva noticia que valía la pena que él conociese. Incluso se ofreció a redactar algunas de nuestras cartas a personalidades importantes, supliendo así, con su generosidad y disponibilidad de tiempo, nuestra inexperiencia en esa materia.

Con su gran experiencia, y con su visión de fe, fue él quien nos dijo en la Secretaría de Estado, el 4 de diciembre de 1991, en tiempos de grandes dificultades, que el Instituto se salvaría sólo si todos formábamos un bloque de granito alrededor del Fundador, evitando cualquier división: “un blocco granitico attorno il Fondatore”[1]. En esa misma ocasión nos dijo que si éramos fieles al carisma siempre volveríamos a renacer, incluso de las cenizas, “como el ave fénix”. Porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables (Rm 11,29). Pero si no estábamos unidos en el carisma como un bloque granítico terminaríamos viviendo como sacerdotes diocesanos, cada uno en su propio lugar de misión. Y eso no es lo nuestro.

En el año 1999 quiso venir a pasar con nosotros la fiesta del Verbo Encarnado, el 25 de marzo, en Sezze. Lo hizo movido por su caridad, para acompañarnos paternalmente, sabiendo de las vicisitudes por las que atravesaba el Instituto. Quedó muy impresionado del clima de alegría y de fiesta que reinaba entre nosotros, a pesar de las dificultades.

Cuando el Instituto fue aprobado, en 2004, participó activamente de nuestros festejos. Varias veces nos visitó, no solo en Segni, sino también en la Procura del Instituto en Roma. En una de esas ocasiones, el 22 de diciembre de 2006, con el Instituto ya aprobado, y en relación a las dificultades pasadas y a la ayuda que nos habían dado San Juan Pablo II y su Secretario de Estado, el Cardenal Sodano, Mons. Tricarico escribió en el libro de visitas de la Procura: Agradeciendo el recuerdo afectuoso, y esta recepción fraternal, intensa de recuerdos del apostolado hecho con la gracia de Dios y de lo mucho por hacerse… Así es, querido y estimado hermano: “nox recessit”, no lo decimos solamente nosotros sino también las personas de conocimiento y autoridad en la Santa Iglesia: “nox recessit”. Ahora, el ahora de Jesucristo, lo repetimos: “labora sicut bonus miles Christi”.

Tuvo siempre un notable celo sacerdotal por las vocaciones. Más de una vez nos presentó jóvenes que decían tener vocación a la vida consagrada para que pudiesen formarse con nosotros. Él mismo los seguía y los ayudaba incluso económicamente. Y siempre, siempre, elogiaba la seriedad de nuestra formación académica y “en la piedad”. Decía que él estaba convencido de lo providencial y oportuno de nuestra congregación para nuestro tiempo. Lo decía, creo, con relación al progresismo, dado que lo nuestro es ser fieles a la Iglesia y al Magisterio romano, amantes de la tradición y al mismo tiempo misioneros –lo cual de suyo es la respuesta eficaz contra el progresismo–, pero evitando todo tradicionalismo o conservadurismo por el conservadurismo mismo, y todo formalismo cerrado a los legítimos y necesarios cambios.

Se preocupó de conocer a nuestros misioneros en los países de la ex URSS, y fue él quien nos aconsejó que aceptáramos la invitación de Mons. Milan Šašik, obispo de Mukachevo (Ucrania), para fundar en su eparquía. Recuerdo muy bien que nos animó a ir allí porque era necesario apoyar a ese obispo, pues la eparquía había atravesado o atravesaba muchos problemas. Mons. Tricarico conocía bien la situación porque Mukachevo depende directamente de la Secretaría de Estado. Incluso, aunque no estoy del todo seguro, creo recordar que nos dijo que había sido él quien había sugerido al obispo que nos pidiese (la carta de pedido es del 1 de junio de 2003, dirigida al P. Fernando Bravo, que era superior del Instituto en Ucrania). Teniendo en cuenta que Dios hace todo con número, peso y medida (Sab 11,25) y que los días del hombre están contados (Job 14,5; Sir 17,2; 37,25), no deja de ser llamativo que en esa eparquía haya sido nombrado y consagrado hace pocos días el primer obispo del Instituto, SER Teodoro Matsapula, y que Mons. Tricarico haya fallecido poco antes de su ordenación episcopal. Como si tuviese que cumplirse, también en este caso, la ley universal enseñada por el Señor: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto (Jn 12,24).

A todos, los que lo conocieron y los que no lo conocieron, les pedimos que recen por su alma. De modo particular pedimos a los sacerdotes que ofrezcan por él la Santa Misa.

Rev. P. Gonzalo Ruiz Freites, IVE
Ponzano Romano, 31 de julio de 2024.


[1] Lo mismo decía el Cardenal Sodano, Segretario de Estado y por muchos años Decano del Colegio Cardenalicio. Se entiende que ellos se referían a nuestra fidelidad incondicional al carisma aprobado por la autoridad de la Iglesia, en el cual encontramos no sólo la fecundidad del Instituto en cuanto a sus fines propios, sino también el principio de unidad entre nosotros y el principio de perdurabilidad del Instituto.


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Comentarios

2 respuestas a «La humildad del Padre Gonzalo Ruiz Freites en sus comunicados»

  1. Ariel

    Hola, mi hno ingreso en Ecuador; alegre y emocionado a un retiro todo era tranquilo hasta que fue novicio. Primeramente, se enfermó por los arduos trabajos de albañilería en Loja. Luego se quemó la cara y no nos avisaron por qué el dolor debía entregarle al señor. Se que muchas veces nuestro dolor es parte del ofrecimiento a nuestro Dios. Pero dónde está la frase cuídate que yo te cuidare. Cuando estuvo en tierras lejanas empezó más su sufrimiento con los ayunos y el silicio quedó más enfermo. Tiene una enfermedad incurable pero por los motivos que no se puede hacer ver con los doctores sigue empeorando. De paso nunca le avisan a los familiares es más los tratan de alejar de nosotros. No saben cuánto rece para que no se vaya su vocación, por que el vio cosas muy malas.
    Se que es parte de su formación pero muchas veces el padre Stewar de Loja fue muy injusto, y el padre Stevan Cantisani superior de Perú deberían reformar la forma de educar y ser un poco más empáticos cuando los novicios están enfermos. Y no manipular la conciencia que todo está bien que el dolor es normal como el padre Rodrigo Fernández. Ha existido novicios que han perdido parte de su cuerpo, otros la vista, y muchos de ellos han huido con un maltrato psicológico muy alto. al menos aqui en Ecuador un desastre y nadie hace nada—-

    1. María

      No te creo y voy a decirte por qué. Los novicios no van a “tierras lejanas”; el noviciado es un año canónico durante cual se queda en el noviciado. El ayuno no debe hacer enfermo, se ayuna una vez par semana (los viernes por el almuerzo se puede comer pan) y es de todos modos facultativo, quien quiere ayunar más tiene que consultar con su director espiritual.

      ¡Y ningún ha perdido parte de su cuerpo ni la vista! Deja contar tonterías y mentiras.

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