Era por allá, a fines del 2016, cuando el conocido escritor y blogger The Wanderer nos advertía sobre este personaje llamado Padre Buela.
Tituló su artículo “El humo de Satanás”, y allí advertía lo que ya muchos sabían: el P. Carlos Buela es “para la Iglesia, y desde hace tiempo, culpable”.
El artículo completo, que recomendamos leer, lo pueden encontrar en este link: http://caminante-wanderer.blogspot.com/2016/12/el-humo-de-satanas.html
Destacamos aquí algunos párrafos que nos parecen un buen resumen, dadas las circunstancias ya conocidas sobre este conflictivo difunto personaje eclesiástico:
Dice The Wanderer:
Desde el año 2008 comenzamos a advertir en este blog sobre quién era en realidad Carlos Buela y comenzamos a alertar acerca de la situación en el IVE. Los hechos, lamentablemente, son mucho más graves y dolorosos que lo que pensábamos. Ya se dijo de un modo definitivo y para que no quepan dudas: el P. Carlos Buela es “para la Iglesia, y desde hace tiempo, culpable”. Lo admitió a los medios gráficos el vocero del obispado de San Rafael, sede en la cual se instruyó el proceso. Y fue hallado culpable de abuso psicológico y abuso sexual perpetrado contra jóvenes sacerdotes.
Si bien era este un hecho conocido aunque negado por muchos, lo que no se sabía es que otros miembros del mismo instituto estaban también acusados e investigados por abuso sexual no ya contra sacerdotes mayores de edad sino contra niños del seminario menor.
Quien habló con los medios fue una de las víctimas y que se vio obligada también a responder las mentiras con que las autoridades de ese instituto siguen intentando encubrir los hechos.
Yo doy testimonio de numerosas familias que dejaron sus hogares, sus trabajos y sus bienes, y emigraron a San Rafael para vivir cerca del santón y sus acólitos. Y la mayoría de ellas entregaron al IVE algo mucho más valioso: sus propios hijos e hijas que ingresaron a la vida religiosa. Ahora descubrimos que algunos de ellos fueron abusados. Yo doy testimonio de la rectitud y justicia de esos matrimonios que creyeron en la palabra de Buela. Y me pregunto ahora ¿cómo hacen para seguir?
Pero lo que más enardece es la red de complicidad y encubrimiento que se creo para mantener ocultos todos estos casos. Es imposible que los superiores de la famosa “Finca” no supieran nada sobre los crímenes del Fundador -me consta que lo sabían-, y es imposible que no supieran lo que estaba ocurriendo en el seminario menor. Y, sin embargo, el Consejo General («los Eternos») y el padre provincial en Argentina siempre se preocuparon de silenciar la situación, y de acusar y perseguir a los que se animaban a hablar.
Es difícil creer el cinismo demostrado por sacerdotes que respondían a través de internet acerca de cualquier tema que se les preguntaba y escribían un libro titulado La trampa rota. El problema de la adicción sexual, encubrían al mismo tiempo las atrocidades que se cometían a su lado, arruinando para siempre la vida de niños y jóvenes.
Hasta aquí el resumen del artículo del The Wanderer.
Destacamos especialmente un comentario, del Señor Jack Tollers, que expresa muy significativamente lo siguiente:
«Desde el año 2008 comenzamos a advertir en este blog sobre quién era en realidad Carlos Buela y comenzamos a alertar acerca de la situación en el IVE. Los hechos, lamentablemente, son mucho más graves y dolorosos que lo que pensábamos.»
Wanderer, permítame disentir. Hace más de veinte años que un grupo de amigos comenzamos a tener dudas, luego, a fuerza de discutir, convicciones, luego, a fuerza de hecho ante la vista, ninguna duda… de que Buela y sus secuaces eran una cosa muy mala para todos nosotros y muy mala para la Iglesia. Jamás se nos ocurrió pensar siquiera en desviaciones sexuales en él o en sus secuaces. Eso nos tomó enteramente por sorpresa. Pero veníamos pensando sobre ellos (y se los dijimos, incontables veces, de todas las maneras posibles) cosas mucho peores. A ver, a vuelo de pájaro: la manipulación de las conciencias, el espíritu sectario, la enfermiza defensa de Vaticano Segundo y la papolatría con el Papa Magno, las técnicas de reclutamiento, los manejos de plata, las siniestras maniobras para quedar bien con el episcopado a fuerza de atacar a los lefes, la intercomunión con los luteranos, la defensa de la comunión en la mano, los ataques contra los PP. Sáenz y Ezcurra (y contra cualquiera que no se arrimara a su bando), la perpetuación en el poder, y un enorme etcétera…
Porque sí, fuimos cándidos e ingenuos en no advertir que, si había todo eso, entonces, ¿cómo no iba a haber pederastia, sodomía y toda esa clase de porquerías?
Pero todo eso que sí vimos y que denunciamos enfáticamente, era peor.
J. T.
Conclusión:
Hace más de 20 años que ya lo sabían, (dicho en el 2016 por Jack Tollers, por lo tanto, desde el 1996)
A esta altura, demasiados testimonios tenemos como para ni siquiera pensarlo:
A este señor a quien están enterrando en el cementerio de su seminario con los honores de un santo, amigo del ex cardenal Theodore Edgar McCarrick… ¿lo siguen teniendo por inocente y bendito, calumniado injustamente? … ¿la gente con un mínimo de sentido común no se preguntará, como mínimo, el porqué de tantas sospechas? … ¿seguirán los ingenuos creyendo siempre el relato oficial de que todo es calumnia y persecución?
¿Y qué decir de las víctimas de este hombre? … ¿nadie se pondrá a pensar en ellas? …
Hacemos un llamado a la reflexión y al sentido común. Por el bien de ellos mismos, (de los buelistas), ¡abran los ojos!
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