El pecado contra el Espíritu Santo

¿Tan así es esto?… ¿Puede ser tanto?… ¿No se nos estará yendo la mano?

Queridos lectores: me parece que no. Es más… no encontramos otra expresión más justa y exacta.

Antes que nada, aclaremos a qué realidad nos estamos refiriendo. Porque “pecados contra el Espíritu Santo” puede haber muchos, y los hay. Nosotros en este blog nos referimos a uno muy evidente, que seguro ya se imaginarán: la ceguera voluntaria.

Nos referimos a una voluntad de no querer ver. Nos referimos a un pre-juicio. Nos referimos a un formateo de cerebro, diseñado y preparado con mucho esmero y anticipación. Hablamos aquí de la incapacidad para recibir cualquier información distinta a la oficial.

¿Cuál es el problema, entonces? El problema, estimados lectores, es que, con una actitud así, no se puede avanzar, y con razón dijo Jesús que los tales así, “no tienen perdón”, porque no quieren ver.

Como en todo pecado, para que exista, es necesario quererlo.

Hoy, justamente, nos referimos a no querer ver la verdad, y estar predispuesto de antemano a no escuchar nada que me contradiga “mi verdad”, o “la verdad de mis superiores”, que es lo mismo para el caso.

Porque no es que ahora nosotros lo digamos sin fundamento, por defender “nuestra postura”, o para “no perder”. No es una discusión adolescente de egos. Todo lo contrario: nos fundamentamos en hechos. Y en otros hechos que nos constatan esta ceguera de la que hablamos: personas que se niegan sistemáticamente a “enterarse”. Prefieren la comodidad de la ignorancia al compromiso de conocer la verdad oculta. Los superiores les mantienen en este estado, y les enseñan que es lo correcto.

Nosotros, por el contrario, entendemos que no es lo correcto. No es correcto mirar a otro lado cuando suceden cosas que te incumben. No es correcto mirar al costado cuando un amigo, amiga, compañero de años, cae, sale o te cuenta algo incómodo. No es correcto apelar a “la santidad” cuando dejas de hacer lo esencial de la santidad: la caridad.

¿Fanatismo? Puede ser.

¿Lavado de cerebro? Segurísimo.

¿Ignorancia invencible? Mmm… Lo dudo.

Vamos a ser más claros: sale una noticia en algún medio de comunicación. Pero dicha noticia contradice mi versión de las cosas, señala a mi Instituto, muestra ante el público comportamientos indecentes de mi Fundador. Entonces, inmediatamente, mi “chip” me indica que es una “fake news”, una mentira. Básicamente, todo lo que digan los medios de comunicación es mentira. Así salvo el particular.

Pero si fuesen esos mismos medios que hablasen bien de mi fundador, pues en ese caso, sería una “buena noticia”, de esas que deberían publicarse más, ya que hoy en día “sólo se destacan las malas”. Entonces: ¿en qué quedamos? ¿Los medios mienten siempre, o a veces?

Más claros aun: Sale una noticia de un escándalo en la iglesia, incluso de otra Orden distinta a la mía (entiéndase IVE). Yo, “para no hacerme daño”, ni siquiera la leo, ni escucho nada al respecto: es todo mentira, exageración, denigración de la Iglesia, en este mundo impío que nos toca vivir. Y si es de la misma Iglesia: “persecución” a los buenos, ‘que somos pocos, cada vez menos”, o una más reciente:

“El Papa es liberal, progresista, está suprimiendo todas las Órdenes tradicionales…”

¡Increíble; de locos! Pero cierto. Lo sabemos por testimonio y experiencia propia. Hay una ceguera voluntaria, que, a mi entender, puede ser tan grave como el “pecado contra el Espíritu Santo” del que Jesús nos advirtió. Ahora entendemos: dicho pecado no es que Dios no lo quiera perdonar… Es que la persona no quiere ni siquiera escuchar.

¿Es que el Padre Buela es infalible, impecable, o algo así, como para que recaiga sobre su persona una “imposibilidad” de culpabilidad? ¿Habrá sido concebido sin pecado original y la Iglesia aún no se enteró?

¿Es que existen personas tan estúpidas como para defender a toda costa (entiéndase: a costa de la mínima vergüenza y decencia humana, mínimo sentido de justicia y moral, básico pudor espiritual y físico) a un fundador por el solo hecho de ser mi fundador? Lamentablemente sí: existen personas que defienden lo indefendible. No les importa ser como él. Se siguen creyendo que “siendo como él” “se santifican”. Una locura absoluta.

Tampoco les importa la sentencia de Nuestro Señor: “Ay de aquél que escandalice a uno de estos mis pequeños” … ¿Escandalizar? —se justifican. No; jamás. El escándalo lo producen ellos, los enemigos, que publican en los medios para destruir la obra”. Sin embargo, la gran pregunta a la cual evaden sistemáticamente, sigue en pie: ¿Es verdad o no, que sucedieron estas cosas que denunciamos? Y si es cierto: ¿quién hace realmente “escándalo”, los que denunciamos o el que realizó el escándalo? Y si me dicen que no hay que hablar de ello “para no escandalizar”, les decimos desde ya que, mayor escándalo hay en hacer y tapar estas cosas, que simplemente contarlas, para que no vuelvan a suceder. De hecho, no estaríamos publicando nada, si nada hubiese sucedido.

Tan básico es el razonamiento, que nos impresiona sólo el pensarlo. No es creíble; no es posible que exista gente así. Sin embargo, existen. Son todos aquellos que defienden y saltan como perros rabiosos, antes de detenerse a considerar la acusación. Son todos aquellos que primero argumentan en defensa, antes de escuchar el cargo. Suelen ser los que no conocen, y hablan sin conocer. Hay muchos de éstos: incluso entre los laicos.

Pero no nos asustemos: siempre han existido, y no debería ser una maravilla encontrarnos con algunos especímenes así. Ya sabíamos que la estupidez humana no tiene límites.

¿Van a seguir defendiendo al Padre Buela, su inocencia y santidad, aun después de la sentencia pública y definitiva?

No lo duden; no hace falta ser Palavicini ni Nostradamus para predecirlo: absolutamente sí. Será la “Gran Persecución” que San Juan Apokaleta se olvidó de narrar.

Y nosotros, del otro lado, del lado del sentido común, ¿qué diremos?, ¿cómo reaccionaremos? … Pues, con una descontracturante carcajada y una buena copa de vino, celebrando que todavía quedan personas que encuentran al pasto verde, y a las vacas que lo pastan un excelente alimento.

Por ello brindamos: por un óptimo año nuevo, libre de fanatismos, lavados de cerebro, prejuicios absurdos y causas superfluas. Si hemos de luchar por algo, que sea por la verdad.

¡Salud! Y si todavía no te convencí de la salud, pues, “andá pallá bobo”.

Luis de la Calle


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Comentarios

Una respuesta a «El pecado contra el Espíritu Santo»

  1. Louis Baudry

    Gracias a los administradores del blog por este nuevo artículo.
    ¡Qué ritmo de publicación!
    Yo hace años que estaba desconectado del grupo.
    No me imaginaba ni de lejos que habían evolucionado en esta dirección.
    Siempre pensé que el IVE sostenía a Francisco.
    Eso es lo que a mí me habían enseñado en los Ejercicios Espirituales Ignacianos:
    «Debemos estar siempre dispuestos a creer que lo que nos parece blanco es en realidad negro, si la jerarquía de la Iglesia así lo decide».
    ¿En qué momento el IVE decidió cambiar su doctrina sobre ese aspecto?
    ¿Cómo hacen en los Ignacianos actuales ahora cuando llegan a la parte «Sentir con la Iglesia»?