El superior no se equivoca

«El superior no se equivoca» es una de las frases repetidas por las superioras apenas entras a las Servidoras, la escucha de la misma superiora, del
capellán, en las homilias, en clases, en la formación, de tu director
espiritual, etc. Y si alguna pregunta: ¿pues entonces es infalible? te
contestan: «no, el superior es imperfecto y también comete errores». La
enseñanza es no apuntar los errores de las superioras, si esos errores son
abusos menos aún, es decir, si es que alguna servidora se da cuenta de lo que
significa los abusos de autoridad.

Esta publicación está muy bien, pero queria completar con una segunda frase
muy repetida también en las SSVM: «el que obedece no se equivoca», seguida da
frase: «si el superior se equivoca es por tu bien». ¿Está bien que un superior
manipule tu conciencia? ¿Están bien los abusos espirituales? ¿Está bien que
cometa abusos psicológicos a los súbditos con tal de que ese obedezca?

El superior no se equivoca

Publicado por
Sin Doblez

El fraile novato siguió su formación al pie de la letra. Quería ser santo.

La máxima que le enseñaron fue «el superior no se equivoca». Entonces repetía
cantando:

El superior no se equivoca. El superior NUNCA se equivoca. El superior
SIEMPRE tiene la razón… 
El superior no se equivoca. El superior
NUNCA se equivoca. El superior SIEMPRE tiene la razón…

Poco a poco el canto se fue transformando…

El superior manda algo, eso es lo mejor y está siempre bien.

El superior no duerme, reposa.

El superior no es glotón, se alimenta.

El superior no se embriaga, hace epiqueya.

El superior no se acuesta tarde, está madrugando.

El superior no llega tarde, está ocupado en cosas importantes.

El superior no falta a adoración, reza antes.

El superior no se va de vacaciones, peregrina.

El superior no pierde el tiempo con internet, estudia.

El superior no se toma libertades con las mujeres, las educa.

El superior no se toma libertades con los hombres, los edifica en el bien.

El superior no grita, habla fuerte.

El superior no miente, hace restricción mental.

El superior no reniega de la verdad, se adapta a la situación.

El superior no es trepador, desarrolla sus talentos.

El superior no malgasta dinero, tiene libertad de espíritu.

El superior no abusa de poder, corrige.

El superior no es ignorante, practica la humildad.

El superior no critica, enseña.

El superior no murmura, aconseja.

El superior no manda mal, el súbdito no sabe obedecer.

El superior no se contradice, el súbdito no lo entiende.

El superior no se enfada, el súbdito lo malinterpreta.

El superior siempre escucha, el súbdito es el que no habla.

El superior siempre ayuda, el súbdito no acepta ayuda.

El superior la tiene clara, el súbdito es un ignorante.

El superior siempre es inocente, el súbdito es culpable.

El superior es perfecto, el súbdito debe alcanzar la perfección.

El superior tiene virtudes heroicas, el súbdito es un pecador.

El superior es bueno, el súbdito es malo.

El súbdito que entra al despacho del Superior con una idea propia, debe salir
con la idea del superior.

Si el superior ve rojo, es rojo. Si el súbdito no ve rojo es porque no ve
bien.

Si el superior manda lo inmoral, es porque es lícito en esa ocasión.

Si el superior es criticado, menos probable es la promoción.

Si el súbdito corrige al superior, es un pervertido.

Si el súbdito pregunta, es rebelde.

Si el súbdito razona, tiene juicio propio.

Si el súbdito no piensa, es obediente.

En definitiva, el superior no tiene ley, el superior está por encima de la
ley, el superior piensa y decide por todos. ¡Qué difícil ser superior! ¡Qué
sacrificado ser superior! ¡Qué cruz ser superior!

El fraile novato se quedó tranquilo, para ser santo solo tenía que hacer lo
que le decía el superior.

Un fraile que quiere ser bueno de verdad

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