¿Hay en el Instituto del Verbo Encarnado un “consentimiento informado” antes de profesar los votos?

Hoy proponemos un tema de reflexión tan importante como breve:

¿Hay en el Instituto del Verbo Encarnado un “consentimiento informado” antes de profesar los votos?

La gran pregunta: ¿hubiese hecho votos en este instituto, de haber sido antes advertido sobre los problemas que tiene?

Y la pregunta del millón: ¿es verdad que el Padre Buela cometió abusos? …

Se trata de un asunto serio: el fundador del instituto en donde voy a profesar mis votos.

Ellos mismos, los superiores, te los dicen: No haces votos a un hombre; haces votos a Dios en este instituto particular.

Y por ahí viene la cosa: “en este instituto particular” … ¡Justamente! ¡Por eso mismo debo estar bien informado sobre mi propio instituto, ya que en él voy a vivir el resto de mi vida, teóricamente! Porque el argumento es el mismo: me consagro a Dios; pero bien me podría consagrar a Dios en otro lugar, en otra orden religiosa.

Lamentablemente, y para mal de ellos, en el IVE no te informan bien ni completamente de los problemas del propio instituto al que uno va a consagrar toda su vida. Al final, el candidato se termina enterando tarde y por otros medios. Y vuelve la pregunta del principio, la gran pregunta: ¿hubiese hecho votos en este instituto, de haber sido antes advertido sobre los problemas que tiene?

La respuesta de casi todos es obvia: no.

El consentimiento informado es algo básico. Lo usamos para la medicina, antes de ingerir un medicamento. Para que la libertad sea plena, el entendimiento primero tiene que saber de qué se trata y de manera completa, en lo esencial.

Incluso pudo haber habido dolo, es decir, engaño, ocultamiento de información esencial.

Que el fundador de la orden donde voy a profesar votos perpetuos sea un santo o un depravado, no es un tema accidental.

Que la institución esté infectada por una deriva sectaria a raíz del seguimiento del fundador y su defensa a ultranza, no es cosa de poco monto.

Por lo tanto, en el IVE pudo haber habido un gran número de profesiones religiosas dolosas, hechas con engaño y sin la información esencial previa.

Tema de una gravedad incalculable.

Luis de la Calle


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