Todos ellos cabecillas o fundadores

Lo más llamativo del fenómeno es que, muchos de ellos, eran o son, líderes y cabecillas de sus organizaciones…

Acerca de este fenómeno, recomendamos ir a este artículo donde ya se ha analizado más ampliamente, en una entrevista al Arzobispo José Rodríguez Carballo de la Revista Vida Nueva.

No nos sorprende encontrar casos de abusos en la iglesia. Incluso, lamentablemente lo digo, nos hemos acostumbrado a ello.

Lo que sí sorprende es que, justo los fundadores, es decir, los guías y los ejemplos a seguir, sean ellos mismos los peores ejemplos y los que arrastran a toda una comunidad a la perplejidad, en el mejor de los casos, y a la deriva sectaria, en el peor de ellos, en su afán de defenderlos hasta la muerte.

Otra lamentable consecuencia de estos defensores de lo indefendible es, justamente, esa degradación moral en la que van cayendo inconscientemente. Ya no es solamente una relajación, sino, a veces, una verdadera degradación moral.

Es llamativo, repetimos, que sean los mismos fundadores. O los líderes que siempre se nos han presentado como modelos. Ellos: justamente ellos, son el ejemplo del desastre.

Quedará para una mayor reflexión e investigación acerca de este patrón común que vemos en muchas congregaciones aparentemente tradicionales y de numerosas vocaciones. Gran favor les harían sus fundadores depravados al reconocer sus caídas y salvar honestamente su propia fundación, diciéndoles la verdad.

Mientras tanto, nosotros, desde la ya acostumbrada y curtida experiencia de escándalos en la iglesia de Cristo, seguimos rezando por la conversión de dichos “modelos”, y, sobre todo, la apertura del corazón y de la mente de sus seguidores.


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