Manuel Cociña y Abella convivió con Escrivá de Balaguer
Un sacerdote del Opus Dei, investigado por Doctrina de la Fe por abusar de varios estudiantes después de la confesión
El prelado del Opus Dei ordena una investigación contra Manuel Cociña y Abella, sacerdote que convivió con san Josemaría Escrivá, por abusos a varios estudiantes en un Colegio Mayor de Sevilla entre 2002 y 2003
Según el relato de una de las víctimas, Cociña les hacía “masajes” en los genitales, en algunos casos después de la confesión.
La Santa Sede confirma que el caso se encuentra en Doctrina de la Fe, en fase de primer estudio
El Opus Dei confirma la información e informa que el sacerdote tiene prohibido el contacto con menores de 30 años y restringidas sus actividades pastorales.
Sin embargo, Cociña continúa ejerciendo como tal, y es uno de los priores de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén en el sur de España
El sacerdote numerario Manuel Cociña y Abella lo tenía todo para ser obispo. De hecho, llegó a estar en varias ternas. Miembro de la Academia de Historia Eclesiástica, este clérigo del Opus Dei, que había convivido con el mismísimo san Josemaría Escrivá de Balaguer, se convertía entre 2007 y 2008 en rector de la Basílica de San Miguel, en Madrid (confiada desde 1959 a los sacerdotes de la Obra), e iba camino de convertirse en el primer prelado numerario de la Prelatura. Sin embargo, algo truncó esta carrera. ¿Qué ocurrió?
En 2002, MGF residía en el Colegio Mayor Almonte, de Sevilla. A sus recién cumplidos 18 años, formaba parte de la Obra desde 1999. Tras una confesión, Manuel Cociña abusó de él. Desde noviembre de 2002 hasta julio de 2003 (cuando MGF abandonó la residencia), y al menos en siete ocasiones, el sacerdote aprovechaba su situación para “hacerme masajes” que acababan con tocamientos en los genitales.
Así lo denuncia este joven, hoy casado, residente en Chile, en la denuncia que presentó en 2018, después de la visita del Papa Francisco al país andino. No fue el único: al menos otras cuatro personas han testimoniado episodios similares.
Ocáriz ordena investigar
En octubre de 2018, el actual prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, ordenó una investigación, dirigida por Rafael Rodríguez Ocaña, cuyos resultados, según ha podido saber RD, se enviaron en diciembre a la Congregación para la Doctrina de la Fe, a la sección de delitos más graves.
Fuentes oficiales confirman que está en fase de primer estudio. Por el hecho de los abusos, pero especialmente por haberse cometido utilizando el secreto de confesión, lo que podría acabar con la excomunión y la expulsión del religioso. El interrogatorio se llevó a cabo el 11 de octubre de ese año en la sede de la Prelatura en Santiago de Chile, ante un abogado y un notario.
Posteriormente, el prelado viajó a Granada (a finales de noviembre) y en ese momento se hicieron efectivas ciertas medidas cautelares. La Oficina del Opus Dei en España confirma la investigación, que se entregó a Roma en diciembre, y dichas medidas cautelares para Manuel Cociña, consistentes en la prohibición de mantener contacto con menores de 30 años, y la restricción de sus actividades pastorales al centro en el que reside, en Granada, mientas la Santa Sede toma una decisión.
Correo de víctimas del Opus
La Obra en España declara «su dolor y cercanía a la o las víctimas» y se ofrece a ayudar en todo lo posible en la investigación. El caso de MGF es uno de las decenas que han ido llegando en las últimas semanas al correo que un grupo de víctimas del Opus Dei ha decidido abrir para denunciar el silencio de la Obra en España, que se ha convertido en flagrante tras la sentencia contra un profesor del colegio Gaztelueta.
Desde el correo abusosopusdei@gmail.com, esperan poder encontrar no sólo nuevos casos, sino una fórmula para encontrarse, compartir experiencias y ayudarse mutuamente. No sólo son abusos sexuales a menores, nos explican, sino también de poder. El silencio de la Obra, que se ha hecho escandaloso tras la sentencia condenatoria a once años de prisión a un profesor del colegio Gaztelueta, obliga a que las víctimas alcen su voz, y exijan su espacio, también en el interior del Opus Dei, para hacer realidad la tan cacareada ‘tolerancia cero’ impulsada por el Papa Francisco.
¿Por qué no denunció antes? “Abandoné el Opus Dei en 2010. Cuando dejé la Obra, en los tres meses, antes de que me dieran la dispensa, yo vivía en Madrid, y se lo comenté a la persona que me atendió esos tres meses, un director regional del Opus Dei. (…). Él me dijo: Mira, no te puedo contar más, pero no me hace ruido, no me extraña; a esta persona la hemos sacado de la circulación; la hemos mandado a Galicia; no te preocupes, porque no va a tratar más a gente joven”.
«Cállate, reza por él y no te preocupes»
El relato cuadra con la ‘desaparición’ de Manuel Cociña, que hoy vive en un centro de la Obra en Granada. Y MGF hizo caso y no denunció. “Me aconsejó: mira, no denuncies esto, porque no sé si él lo hacía con una intención sexual o no, esto fue una imprudencia. Era la mentalidad de hace 15 años, para mí y para todo el mundo. Me dijo: lo hemos mandado a otro sitio, no levantes más historias, esto va a hacer daño, cállate, reza por él y no te preocupes. Y es lo que he hecho hasta que llegué a Chile”, relata MGF en su interrogatorio ante los enviados del Prelado del Opus Dei.
En junio de 2013, MGF dejó España y recaló en Chile, donde ejerce su profesión, se ha casado y es padre de dos hijos. “Hasta hace seis años yo no pensaba que esto había sido algo raro, yo todos estos años pensaba que era un problema mío (…). Todos estos años me he echado la culpa a mí mismo y siempre lo he visto como una vergüenza propia”. MGF dejó el Opus en 2010, pero entre 2003 -cuando Manuel Cociña fue enviado a Madrid-, “de vez en cuando ele escribía (…). Nunca rompimos la relación hasta que dejé la Obra”.
Denunció tras escuchar al Papa en Chile
“Cuando llegué a Chile y empecé a ver el caso del sacerdote Karadima, vi una similitud. Manuel Cociña es el ‘Karadima del Opus Dei’. Y llevo cinco años con un proceso de intentar entender qué pasó”, nos cuenta MGF. “Pero todo esto se desencadenó hace un año, cuando este señor me pide amistad por ‘Linkedin’. Me puse a investigar y ví que seguía siendo sacerdote, y que vivía en Granada, y que hace comentarios del evangelio ‘on line’ en un par de webs”. Sólo entonces, y tras comprobar cómo el Papa Francisco tomaba las riendas en el escándalo de abusos en Chile, MGF se decidió a dar el paso y denunciar a Manuel Cociña. “Cuando el Papa dijo en la misa en el parque O’Higgins que hay que levantar la basura, me decidí”.
Cociña, es cierto, fue ‘retirado’ durante un tiempo, y sus opciones de alcanzar el episcopado se difuminaron. Pero, al menos desde 2013, Cociña reaparece en Granada, donde continúa trabajando y dando formación como sacerdote y persona que ‘convivió con san Josemaría’. Pese a que desde la Obra se ha asegurado a MGF que Manuel Cociña “está separado de cualquier contacto con personas de menos de 30 años”, no ha sido apartado de sus funciones sacerdotales. De hecho, hace dos semanas participó, en calidad de prior de la Delegación en Granada, en el retiro cuaresmal de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén.
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