He decidido compartir este testimonio, con la esperanza de que se publique, ya que considero que es de suma importancia. Mi relato puede ayudar a muchas víctimas a abrir los ojos y prevenir que situaciones similares vuelvan a ocurrir.
Conocí en Tucumán (Argentina) a un sacerdote del IVE que estaba de paso. Venía desde San Rafael hacia su ciudad natal a cuidar de su madre y de paso por Tucumán, le permitieron quedarse en una parroquia, colaborar ahí y seguir de viaje.
Uno veía un sacerdote de sotana, que venía de haber misionado en Sudán (África) y se imaginaba un santo sacerdote. Inmediatamente no dudé en abrirle las puertas de mi casa y de mi conciencia.
Este sacerdote se llamaba Marcos Fabricio Medina; le decían «Padre Foco». Entabló conmigo una relación de amistad, me convertí en su benefactora, yo era casada. Le presenté a mi familia. Inmediatamente se incorporó como un miembro más. Mi esposo viajaba mucho y sus visitas a Tucumán se hicieron muy frecuentes. Hasta que de a poco fue mostrando su verdadero rostro.
Al principio me hablaba de que se había enamorado perdidamente y todo aquello parecía sucumbir a tentaciones humanas. Entre muchas intimidades me terminó confesando que no había sido su primera vez ya que en su vida sacerdotal había tenido muchas caídas.
Incluso con estudiantes del Colegio «Isabel la Católica» que tienen en San Rafael. Eso me hizo mucho ruido, ya que se trataba de estudiantes de secundario, por lo tanto, menores. Me relató que lo enviaban de chofer en algunos viajes de estudio y que algunas chicas lo tentaban y él cedía. (Que luego las monjas en el colegio a esas chicas que trataron de contar les pidieron se cambien de colegio para que no hablen mal de los sacerdotes).
Eso me cayó muy mal, traté de alejarme, pero cada vez que se iba al monasterio volvía pidiendo perdón y pidiendo plata porque era muy pobre. Nunca entendí cómo sus superiores lo dejaban moverse con tanta libertad sabiendo sus adicciones sexuales.
También me contó que lo habían traído de África porque habían encontrado en su celular información sobre sus relaciones con mujeres africanas. Y no tan solo mujeres… En fin, todo su sacerdocio se la pasó conquistando adolescentes o mujeres de la propia misión.
Le supliqué visite un psicólogo, no podía continuar haciendo el daño que hacía. Todos se acercaban a él buscando un pastor y se aprovechaba de su condición para acostarse con cuantas mujeres encontraba, sin importar edad, estado civil etc.
Me impresionaba que después de cada intimidad quería que ambos nos confesáramos. Y salía corriendo preocupado a celebrar la misa, como si nada hubiese pasado.
Me decía que el IVE le hacia mucho hincapié en la liturgia y lo sacro, pero nunca entendí que lo que él cometía hacía más daño a las personas que su preocupación por la liturgia. Abusaba de su condición sacerdotal para manipular y acostarse con quien deseaba.
Pero esto no es lo peor. Lo peor vino después, cuando corté totalmente la relación con él, por darme cuenta era un hombre enfermo psicológicamente.
Tiempo después, al no sentirme bien de salud, me hicieron unos estudios y me descubrieron HIV. Quería morirme, no podía creer… lo llamé inmediatamente y solo me dijo que no me preocupara, que eso se trataba… que él se contagió en África, en un desliz que tuvo y que sus superiores estaban al tanto, por eso lo habían traído.
Ahí me di cuenta el daño que este hombre llegó a hacer….investigué un poco más…y sé que estuvo ayudando en parroquias en Salta, Mendoza, Bs As. ¿¿A cuántas menores y no tan menores habrá contagiado??
Me comuniqué con sus superiores en San Rafael; el Padre Gabrial Zapata sabía todo. Ya había tenido otros casos, pero nunca hicieron nada. Solo dijo que por eso lo tenían en el monasterio. Para que rezara más…
En algunos casos hasta llegaron a dar dinero a las víctimas para que no hablen y escandalizen. Mientras ellos lo mantenían en un monasterio, como todos los casos difíciles, la solución es encerrarlos un tiempo. Si ellos hubiesen actuado a su debido tiempo, este hombre al menos no hubiese contagiado en nombre de Dios a tantas personas.
Creo que después de varios reclamos al IVE, decidieron sacarlo del sacerdocio.
¿Pero quien da la cara con las victimas? ¿Cuántas adolescentes, hoy mujeres, se acercaron tal vez para consultar una vocación y terminaron manipuladas y enfermas?
Por supuesto su congregación no cuenta nada de esto… Nadie sabe nada… Aquí siguen llegando los del IVE a pedir dinero y solo cuentan la santidad del fundador, las grandes misiones, lo pobre que son y yo por dentro pienso: ¿estos jóvenes sabrán todas estas historias que el IVE OCULTÓ SIEMPRE?
Le dieron tan mala formación que en vez de darse cuenta de que si desean hacer doble vida deben dejar de utilizar el nombre de Dios y salir. Es preferible que dejen a seguir haciendo daño escondidos en una sotana. Tal vez se acostumbraron a pedir plata y vivir sin trabajar. y eso los hace no salir y hacer doble vida. ¡Ojalá alguien haga justicia!
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