Así es como el Instituto del Verbo Encarnado, intervenido actualmente por la Santa Sede, SIGUE CAPTANDO ADEPTOS a pesar de encontrarse en pleno proceso de corrección.
Sabemos que el IVE no ha dejado de hacer propaganda vocacional, a pesar de que el Padre Buela, en diversas ocasiones, afirmaba que “Dios bendijo al IVE con abundantes vocaciones” jactándose de no haber gastado un sólo peso en propaganda vocacional.

Ustedes recordarán a una hermana de las nadalinas que se hizo famosa por haber estado en Siria durante los bombardeos. Durante muchos años esta abnegada misionera tuvo que dejar la misión porque fue destinada por sus superiores a dar charlas sobre su experiencia en Siria y la presencia del IVE en esos lugares…

Se imaginarán para qué… Propaganda. Ahora la ex nadalina está en la larga lista de religiosas que salieron de la institución numerolátrica.

Sobre la importancia que se le da al análisis de los datos estadísticos podemos aportar la siguiente anécdota: En una ocasión le preguntaron a un Obispo del Gran Buenos Aires por qué había creado cuatro nuevas parroquias si no tenía suficientes sacerdotes para atenderlas. El Obispo explicó que el Nuncio Apostólico le había reprochado que en los cinco años anteriores no había creado ninguna. Entonces él procedió a erigir en parroquias cuatro capillas al azar y con el tiempo vería cómo proveerlas de un párroco. Buela, consciente de esta debilidad eclesiástica, siempre consideró que tenía el macho de espadas para apretar a las autoridades: la cantidad de sacerdotes y monjas, de misiones y de casas religiosas. Por eso no le importa tener casas con dos miembros. Todo número suma.
Un eminente profesor una vez enseñó que «el número es la especialidad del diablo». La numerolatría es pecado de orgullo.
Castellani escribió: «En realidad en la Argentina faltan unos doscientos cincuenta sacerdotes; pero sobran unos quinientos… como dijo el cardenal Dubois» (citado por el mismo Buela en “Sacerdotes para siempre”). Esto nos dice a las claras que el mero número no es importante, y menos para Dios.
Y, sin embargo, en el IVE, los números son importantísimos. Es más: se glorían de ser MUCHOS. La pregunta es ¿hasta cuándo? Porque la lista de los que salen no para de crecer.
En la Carta Circular 6/2017 del 1 de enero de 2017, el Padre Nieto lo lamentaba, entre pena y vanagloria:
“Hoy vemos con profundo dolor, que muchas congregaciones decaen y otras tantas mueren, que los números de las principales congregaciones en la Iglesia caen de manera estrepitosa, que se cierran conventos, que desaparecen congregaciones religiosas (más de trescientas según los datos de la CIVCSVA, se han cerrado desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días) que supieron tener días de gloria, que el número de vocaciones colapsa en todo el mundo.”
Y demostrando lo que venimos diciendo, continúa:
“Como saben poseemos numerosos pedidos de fundación (más de 200), muchos de ellos pertenecientes a obispos que escriben desesperadamente que los ayudemos, que les enviemos misioneros, que salvemos sus parroquias. Pese a tantas calumnias y falsas críticas que se han propagado, hay que decir, como se vio en el reciente Capítulo General, que dadas las circunstancias generales nuestros niveles de perseverancia son por gracia de Dios altos, ciertamente más altos que el nivel que existe en la Iglesia Universal, e incluso en el país en el cual surgimos, Argentina”
Nos podemos preguntar a qué niveles “altos” de perseverancia se refería el antiguo Superior General, siendo que ya superan el 50% de deserciones tanto de varones como de mujeres…
Asimismo, nos preguntamos a qué viene esa diferenciación entre ellos y la Iglesia Universal… Después dicen que no son secta.
¿Y qué decir de esa aparente humildad, de que «por gracia de Dios» ellos vienen a solucionar ese problema de escasez de vocaciones?…
Quizás, porque les llegó la escasez a ellos, que no paran de hacer su proselitismo sectario a través de estas “Jornadas vocacionales” para descubrir si Dios te llama… al IVE, por supuesto.
Por último, reflexionemos sobre qué suele pasar con estas obras humanas que se hinchan de humo:
En el capítulo 24 del 2º libro de Samuel y en el 21 del 1º de la Crónicas, el rey David decide hacer un censo y Dios castiga al pueblo. Mons. Straubinger explica estos versículos diciendo que «se encendió el furor del Señor porque el motivo de hacer el censo era el orgullo, cual si él [David] fuese dueño del pueblo de Dios y el poder de Israel consistiera en su número y no en la confianza en Dios».
A Dios no le agrada la confianza en los números… Y mucho menos la sobervia de los orgullosos, ciegos de inteligencia y duros de corazón. Ojalá el IVE no invirtiera ni un euro en propaganda vocacional, como mintió en su momento el propio fundador.
¿Hasta cuándo el Instituto Verbo Encarnado seguirá sumido en el orgullo de negar la realidad sobre sus desobediencias y mentiras acerca del fundador? ¿Será ésta la hora del atardecer del IVE?
Este nivel de hipocresía, falsedad, injusticia, desobediencia y bajeza ya es intolerable.
Deja una respuesta