Reproducimos aquí un artículo publicado por infobae el 21 de junio de 2025
El papa León XIV ha dirigido un mensaje contundente y emotivo a los periodistas peruanos que han investigado y denunciado los abusos cometidos en el seno de la Iglesia, subrayando la urgencia de arraigar una cultura de prevención y transparencia en todas las estructuras eclesiales. El mensaje, leído en Lima el 20 de junio por monseñor Jordi Bertomeu, Comisario Apostólico para el caso Sodalicio, marcó el cierre de la presentación de la obra teatral del “Proyecto Ugaz”, inspirada en la vida y el trabajo de la periodista Paola Ugaz.
El papa León XIV, a poco más de un mes de iniciado su pontificado, evocó con gratitud sus casi 40 años de experiencia en Perú y se sumó simbólicamente al estreno de la obra, que, según sus palabras, “da voz y rostro a un dolor silenciado durante demasiado tiempo”. El Pontífice expresó su “profundo respeto y reconocimiento” a quienes han perseverado en la denuncia de los abusos, incluso cuando fueron ignorados, descalificados o perseguidos judicialmente. “Quiero agradecer a quienes han perseverado en esta causa, incluso cuando fueron ignorados, descalificados o incluso perseguidos judicialmente”, afirmó el papa, según recogió Vatican News.Jordi Bertomeu, Comisario Apostólico para el caso Sodalicio, leyó un mensaje del papa.
La obra “Proyecto Ugaz” no representa solo una pieza teatral, sino que, en palabras del papa, constituye “memoria, denuncia y, sobre todo, un acto de justicia”. A través de la representación, las víctimas de la extinta familia espiritual del Sodalicio y los periodistas que las acompañaron con valentía, paciencia y fidelidad a la verdad, iluminan el rostro herido pero esperanzado de la Iglesia. El papa reconoció que la lucha de los periodistas y de las víctimas es también la lucha de la Iglesia, que debe reconocer la herida infligida a tantas personas traicionadas en su búsqueda de consuelo espiritual.
El mensaje de León XIV incluyó una referencia a la carta de su predecesor, el papa Francisco, dirigida al Pueblo de Dios en agosto de 2018. En esa misiva, Francisco subrayó: “El dolor de las víctimas y de sus familias es también nuestro dolor, y por tanto es urgente reafirmar nuestro compromiso para garantizar la protección de los menores y de los adultos vulnerables”. Francisco también distinguió entre delito y corrupción, y exhortó a una conversión eclesial profunda, entendida como un camino concreto de humildad, verdad y reparación.
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