Elementos para identificar las derivas sectarias en las instituciones de la Iglesia – Parte 4 de 4: La incoherencia de la vida; Conclusión

Artículo original en francés, de la Hna. Chantal-Marie Sorlin, responsable de Oficina de Derivas Sectarias, marzo de 2014. Traducido y publicado aquí con permiso.

Parte 1Parte 2Parte 3 – Parte 4

1 La vida «extraordinaria» de los jefes

Ya en el plano de la caridad: hacia los más débiles, hacia las personas cuya situación económica ha cambiado, hacia los demás componentes de la Iglesia, etc.

¡El fundador debe estar sujeto a las mismas normas y constituciones ordinarias que se aplican en la comunidad…!

2 El dinero

La puesta en común de los bienes: dada la falta de estabilidad de la vida moderna y la probabilidad de que los miembros abandonen la comunidad al cabo de unos años, resulta ventajoso asegurar los bienes de un miembro hasta su fallecimiento, de modo que si decide marcharse, esos bienes puedan mantenerle cuando esté fuera de la comunidad. Sin embargo, cuando se marchan, los adeptos suelen irse desnudos como Job, mientras que el Código de Derecho Canónico habla de equidad. Es comprensible en estas condiciones que un adepto, incluso un poco lúcido, ya no tenga fuerzas para marcharse.

  • Explotación del trabajo de los miembros.
  • La gestión financiera debe ser siempre honesta y transparente. Sin embargo, algunos grupos tienen el arte de crear subasociaciones ficticias, asociaciones pantalla.
  • Las donaciones y las captaciones de herencias.

3 El comportamiento moral

Aquí se trata de infracciones, incluso de delitos: pederastia, violación, tocamientos, efebofilia, etc.

Conclusión

Por supuesto, un único criterio no basta para calificar a un grupo como lugar de derivas sectarias. Sólo una combinación de criterios puede hacer que una comunidad o una asociación sean patológicas. Pero, de hecho, sigue siendo alucinante cómo muchos de los síntomas descritos se encuentran de forma recurrente en varios grupos que actualmente son noticia.

Además, todos estos abusos que se acaban de señalar en ciertas comunidades católicas son, en última instancia, idénticos a los que se dan en los grupos sectarios en general.

Las tres tentaciones del poder, la posesión y el placer son universales.


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