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  • “Confundir la tarea de una superiora con una cura de almas puede desembocar en abuso de poder y de conciencia»

    “Confundir la tarea de una superiora con una cura de almas puede desembocar en abuso de poder y de conciencia»

    La teóloga esclava de la Santísima Eucaristía abre la Jornada de Estudio promovida por el Instituto Teológico de Vida Religiosa 

    Vida Nueva – 28/11/2021 – José Beltrán 

    Para la teóloga Ianire Angulo, urge “ponernos todos manos a la obra” para acabar con cualquier maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales en el seno de la Iglesia. una de las reflexiones que compartió ayer durante la primera sesión de la Jornada de Estudio sobre el abuso de poder y de conciencia organizadas por el Instituto Teológico de Vida Religiosa. Esta iniciativa formativa pionera en habla hispana contará con una segunda entrega el próximo 4 de diciembre en la que participará el secretario de la CIVCSVA, José Rodríguez Carballo, y la teóloga chilena Carolina Montero.

    Crisis global de los abusos

    La religiosa esclava de la Santísima Eucaristía y profesora de la Universidad Loyola de Andalucía está convencida de la necesidad de dar respuesta a la “crisis global” generada en el seno de la Iglesia a raíz de la pederastia y que ha puesto de manifiesto un sistema estructural caduco que también ha generado otra serie de agresiones también a adultos vulnerables.

    Entre ellas, lo que Angulo denomina “la presencia innombrada”, o lo que es lo mismo, las situaciones de ‘mobbing’ que tienen lugar en los institutos de vida consagrada, singularmente en los femeninos. Para esta docente, las monjas de vida contemplativa y las religiosas de vida activa también pueden convertirse en víctimas de abusos en el seno de sus propias congregaciones y comunidades.

    Tomar conciencia

    “Piensen un minuto qué tiene que sentir una hermana de comunidad que ha sufrido abusos (y por supuesto la comunidad no lo sabe: no se habla cuando se quiere sino cuando se puede) ante los comentarios comunitarios que se hacen ante ciertas noticias, ante la facilidad con la que se juzga una información convirtiendo a las víctimas en culpables…”, interpeló durante su alocución a los participantes en la Jornada de Estudio sobre la complicidad que se puede ejercer en estos casos desde la indiferencia o el encubrimiento. “El Señor nos juzgará también del dolor que generamos, por más que sea ‘sin saber’”, dejó caer Angulo. “Los datos demuestran que no se trata de “personas con problemas”, de “manzanas podridas” que se convierten en la excepción que confirma la norma”, señaló la religiosa, convencida de que “no se trata de que haya “manzanas podridas”, sino que nuestros “cestos” son capaces de pudrirlas. No es el vino el que es malo, pero si no cambiamos los recipientes, podemos morir envenenados”.

    Modo de gobernanza

    Por eso, apeló a modificar el “modo de gobernanza” en los institutos de vida consagrada, apartando todo vestigio de clericalismo, acompañado de una necesidad de sanear el concepto de obediencia.  “Lo que se supone que es una mediación carismática propia para nuestra vivencia de la obediencia a Dios, es, a su vez, un espacio en el que se puede producir con facilidad los abusos de poder al marcar una diferencia de función entre sus miembros”, detalló.

    Y, desde ahí, lanzó una advertencia: “Confundir la tarea de la superiora con una cura de almas o una maternidad espiritual es un espacio especialmente fácil para el abuso de poder y conciencia”.

    Salvadores del legado

    Al entrar en esta dinámica, según Angulo, se puede caer además en una manipulación del carisma fundacional en tanto que los superiores pueden convertirse, desde una idea errada de la autoridad, en  “guardianes, depositarios salvadores del legado espiritual”, que lleve a “canonizar” una única y estática comprensión del carisma, convirtiéndolo en una “ideología incuestionable”.

    Al abordar el perfil de los abusadores de poder y conciencia en la vida religiosa, se detuvo en la “tendencia al narcisismo”, destacando rasgos como su deseo de generar admiración alrededor, prepotencia, intento de quitar de en medio a quienes pueden hacerle sombra, rodearse de aduladores, echar la culpa siempre a los demás, usar a las personas para su propio bien, amoldarse a lo que socialmente se espera de ellos, inteligencia emocional que les permite descubrir con rapidez los puntos débiles de la gente… “Suelen ser personas encantadoras», incluso “carismáticas» podríamos decir, alertó.

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  • El abuso en los conventos, ¿ya no es un tema tabú?

    El abuso en los conventos, ¿ya no es un tema tabú?

    El periodista de los medios vaticanos Salvatore Cernuzio recoge los testimonios de algunas religiosas en el libro ‘El velo del silencio’

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  • Dr Isabelle Chartier Siben sobre abusos en la Iglesia católica 2021

    Original en @Corref Médias la doctora médico y psicoterapeuta interviene en 2021 en la asamblea de CORREF, Conferencias de religiosos y Religiosas de Francia, sobre los abusos sexuales, psicológicos y espirituales dentro de las comunidades católicas


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  • ‘El velo del silencio’: Once monjas revelan los abusos sufridos en la Iglesia Católica

    ‘El velo del silencio’: Once monjas revelan los abusos sufridos en la Iglesia Católica

     

    Salvatore Cernuzio

    El libro ‘El velo del silencio’, de Salvatore Cernuzio y publicado por San Paolo, muestra casos de maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales sufridos por estas mujeres durante su vida consagrada y que prefieren mantener el anonimato

    La subsecretaria del Sínodo de Obispos, Natalie Becquart, señala en el prólogo que el libro «invita a mirar a la cara a la realidad» e invita a tomar medidas para «prevenir estas posibles desviaciones»

    Además del maltrato, el racismo es otro tema que emerge en este libro, sobre todo, en el caso de las monjas jóvenes que proceden de países de África o Asia

    Otro relato significativo es el de una psicóloga que ha acompañado a cerca de quince monjas contemplativas que habían presentado su renuncia y que sentían ganas de suicidarse. «No mostraban signos de desequilibrio mental o de depresión severa. Las causas estaban relacionadas más bien con el estilo de vida», asegura


    El libro ‘El velo del silencio’ (San Paolo) del periodista del periódico oficial del Vaticano L’Osservatore Romano, Salvatore Cernuzio, recoge once testimonios de abusos sufridos por religiosas y ex religiosas de distintas edades y lugares del mundo
    Se trata de casos de maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales sufridos por estas mujeres durante su vida consagrada y que prefieren mantener el anonimato. Todas ellas han soportado años de silencio por miedo o por una fuerte presión psicológica, pero ahora se aventuran a contar su historia para ayudar a aquellas mujeres que todavía no han reunido el coraje para denunciar su situación.
    «Se trata de casos de maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales sufridos por estas mujeres durante su vida consagrada»

    La subsecretaria del Sínodo de Obispos, la hermana francesa Natalie Becquart, única mujer en tener derecho a voto en los sínodos, señala en el prólogo que el libro «invita a mirar a la cara a la realidad», «a decir la verdad» y a buscar «posibles caminos para acompañar a las personas que sufren en la vida religiosa o que la han abandonado y deben reconstruirse».
    Además, invita a tomar medidas para «prevenir estas posibles desviaciones, ayudando a las comunidades religiosas a adoptar un estilo cada vez más sinodal».
    La primera en contar su historia es una amiga de la infancia del autor a la que no veía desde hacía doce años porque decidió entrar en un convento de clausura en Italia. En marzo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia, cuenta que sus superioras la echaron de la comunidad con estas palabras: «No eres obediente, no quieres ser santa, no tienes vocación».
    Otra de las religiosas relata cómo su experiencia en comunidad se asemejaba más a la de «un cuartel militar» que a la de un monasterio. «Era como si estuviera adoctrinada (…) Me impresiona pensar que esa rigidez que me hacían sufrir se aplicase también a las más pequeñas», explica.
    Elizabeth: durante su vida en el convento interiorizó que todas tenían que obedecer «como perros»
    Otra monja, nacida en Australia e identificada solo como hermana Elizabeth, narra que durante su vida en el convento interiorizó que todas tenían que obedecer «como perros». «Nos decían que nos sentáramos y nos sentábamos; que nos levantáramos y nos levantábamos; que nos diéramos la vuelta y nos dábamos la vuelta», detalla.
    Mientras, Aleksandra, nombre ficticio de una joven consagrada de 31 años, explica que tras confesar a su superiora de la congregación que habría sufrido abusos sexuales por parte de un sacerdote con el que trabajaba en un proyecto, ésta la acusó de haberlo provocado ella. «Obviamente habéis sido vosotras las que habéis provocado al sacerdote», le espetó.
    Finalmente, acabó buscando ayuda fuera de la Congregación donde vivía. «No sé adónde iré, solo quiero seguir a Jesús, y aquí ya no es posible. Ya no puedo vivir en esta situación y tengo miedo de destruir mi salud física, psicológica y espiritual. Espero encontrar ayuda, tal vez por parte de algunos laicos porque sé que mi congregación no se preocupará por mí «, lamenta.
    Aleksandra, tras denunciar que había sufrido abusos sexuales,  a la superiora, eschuchó: «Obviamente habéis sido vosotras las que habéis provocado al sacerdote»
    De hecho, uno de los temas que trata en el libro es la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres consagradas cuando dan el paso definitivo y salen del convento: «La culpa siempre es del que se va», señala Aleksandra, que acabó dejando su vida religiosa después de 30 años.
    El racismo es otro tema que emerge en este libro, sobre todo, en el caso de las monjas jóvenes que proceden de países de África o Asia. Según el autor, este tipo de abusos se dan también en mujeres europeas, pero en realidad son «las mujeres africanas y asiáticas, en particular las que vienen de India y Filipinas», las que están más expuestas. Las de estos países, corren más riesgo, porque están desprovistas de una red de apoyo y son obligadas en muchos casos a aceptar «compromisos» para poder comer y no acabar durmiendo en un parque o en una estación.
    Otra de ellas es Anne-Marie, de Camerún. Su madre falleció mientras ella estaba en el primer año de noviciado y ni siquiera le comunicaron la noticia hasta pasados unos días. Marcela, otra de las religiosas, explica cómo la mortificación psicológica era asimilada «al ideal de perfección» por parte de las superioras. «Intentaba por todos los medios no ser humillada. Me levantaba antes de la hora para no llegar tarde; comía rápidamente; siempre estaba presente en las oraciones y en las tareas, aunque estaba cansada y mi cuerpo me pedía descansar. No quería que me riñesen», recuerda.
    «Anne-Marie, de Camerún: Su madre falleció mientras ella estaba en el primer año de noviciado y ni siquiera le comunicaron la noticia hasta pasados unos días»
    Otro de los testimonios detalla cómo el trabajo y el sacrificio son considerados los valores más altos de todos. «Una monja agotada por el trabajo es igual a una buena monja. Lo que importa es la cantidad de cosas que haces: planchar, lavar, cocinar, acompañar a alguien. (…) Este sistema se puede comparar con la ideología de los países comunistas, donde la persona cuenta mientras pueda trabajar», señala en el libro.
    Otro relato significativo recogido por Cernuzio es el de una psicóloga que ha acompañado a cerca de quince monjas contemplativas que habían presentado su renuncia y que sentían ganas de suicidarse. «No mostraban signos de desequilibrio mental o de depresión severa. Las causas estaban relacionadas más bien con el estilo de vida (…) Habían intentado convertirse en la santa monja perfecta renunciando a todo lo que aspiraban», explica la experta en el libro.

  • «El velo del silencio» –  De Salvatore Cernuzio

    «El velo del silencio» – De Salvatore Cernuzio

    Mobbing y abuso en conventos, 
    un libro-investigación levanta «El velo del silencio»

    En el texto de Salvatore Cernuzio, 11 monjas revelan enfrentamientos de poder, violencia y chantajes sufridos. Hermana Becquart: «Corregir estas prácticas erróneas de obediencia». El psiquiatra Cantelmi: «Es la imposibilidad de vivir una auténtica hermandad».

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  • La estructura y el fundador

    La estructura y el fundador

    Responde Ludovicus – Caminante Wanderer

    Brevemente, porque esto lo hemos tratado muchas veces.
    Si la buena fe, convicción o heroísmo de sus integrantes fuera la regla para juzgar la bondad de una institución, la Iglesia de los Testigos de Jehová o Al Qaeda serían el summum.
    Una institución se estructura alrededor de una serie de principios y normas ordenadoras. En la Iglesia Católica, los principios y normas de las congregaciones o movimientos, desde hace unos siglos, dimanan de su respectivo fundador, como recuerda la Lumen Gentium. De tal modo, un fundador con serias fallas daña severamente la organización, corrompiendo la estructura y por ende dañando a los miembros.
    Estos daños, que son mensurables en sufrimiento, peligro para la fe, daño psicológico, ruina económica, pérdida de expectativas, etc, convierte a los integrantes de la organización en rehenes por partida doble de la estructura dañada. En efecto, sufren las deformaciones estructurales, y a la vez su heroísmo es utilizado por la organización como evidencia de su propia bondad.
    Mi respeto a los miembros de la organización, pero un movimiento o congregación se juzga por su ortodoxia y por su ortopraxis, esto es, por la salud de su fe y de sus prácticas. Una organización sana puede estar llena de miembros podridos. Una organización podrida puede estar llena de miembros santos.
    Si la organización está podrida y está llena de miembros sanos, generará sufrimiento, espiritual, psicológico y físico. Sólo la reforma radical de dicha organización, desde sus principios, criterios y normas, podrá ser efectiva.
    Dicho de otra manera, y sin alusión personal, «¡Es la estructura, estúpido!» y «¡Es el Fundador!».
    Toto corde
    Ludovicus

  • «Opacidad y poder: Marcial Maciel» – Entrevista a José Barba

    «Opacidad y poder: Marcial Maciel» del capitulo del libro de ‘Depredadores Sagrados – Pederastia Clerical en México’ por Bernardo Barranco. 

    Los Legionarios de Cristo NO HAN REPARADO A SUS VÍCTIMAS HISTORICAS (los primeros denunciantes) de acuerdo a lo que dice su representante.

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  • Pero, ¿Qué es el Aspirantado?

    Pero, ¿Qué es el Aspirantado?

    Escrito por una ex SSVM de Estados Unidos en Servants of the Lord (SSVM): Info & Experience explicando la realidad de los aspirantados en su país. Yo por mi parte refuerzo mis conocimientos sobre este tema en los demás aspirantado de las SSVM

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    Apertura del aspirantado en EEUU – 2011

    Resumen: Las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará dirigen lo que ellas llaman “Aspirantados”, son conventos o casas de formación a tiempo completo y habitadas por niñas de 11 a 17 años. Esos conventos-aspirantados son exclusivos de la SSVM y no forman parte de la tradición o práctica de la Iglesia católica para niñas menores. Son -en las SSVM- un entorno disfuncional, ya que,  si no se permite el correcto discernimiento para las vocaciones adultas, mucho menos tendrán un proceso adecuado esas niñas con ciertas inquietudes vocacionales. Además esas casas son dirigidas y puestas bajo la responsabilidad de hermanas profesas de votos temporales, cuya formación propia aún no ha sido completada – hermanas sin experiencias que de ninguna manera deberían ser encargadas de formar a otras.

    Hubo en los Estados Unidos una seria discusión acerca de este tipo de casas, por la confusión que generaba de que si era un convento o una escuela conventual. Interesante saber qué dice la Iglesia a respecto de las vocaciones femeninas menores de edad, y la existencia y definición propia de los aspirantados y escuelas conventuales, internados, etc.

    En primer lugar, definamos qué es un aspirantado. Después de todo, el derecho canónico no define este modo de vida en niñas menores de edad, y ciertamente no de la manera en que las Servidoras llevan a cabo, no encontramos -hasta donde averiguamos- este tipo de vida para niñas menores de edad en otras ordenes religiosas. Distinto se hablamos de escuelas conventuales o internados. Es decir, la palabra en cuanto tal significa aspiración: aspirar a algo, en este contexto son niñas que con inquietudes vocacionales aspiran a una vida religiosa y están allí para que les ayuden a discernir esa «llamada», esa «aspiración». Es un termino también utilizado para aquellos que desean ingresar en una orden religiosa como postulante (mayor de edad) y luego novicio.

    Este es el propósito de la palabra aspirante a la vida religiosa, aunque cada orden tenga sus propios limites y exigencias de edades, generalmente está abierto a mayores de 18 años (o por lo menos a los ya graduados a la enseñanza elemental).

    El tiempo del aspirantado es diferente en cada orden religiosa o monasterio, pero siempre es el candidato adulto que decide y se adelanta a pensar en la vida religiosa, quizás viviendo en el convento durante un tiempo, antes de tomar una decisión. No se considera una etapa de formación, sino una etapa de investigación, de experiencia, y después de este tiempo de discernimiento y acompañamiento maduro, con superiores experimentados y responsables, donde el aspirante es ayudado, tras lo cual por su libre adhesión pasará a la etapa de formación religiosa restringida sólo a los adultos, es decir, a los mayores de 18 años. 

    Lo que vemos en la SSVM es difuso, la «casa aspirantado» como podría llamarse es definida por ellas como una casa para chicas menores de edad que desean ser religiosas, esta es una explicación que dan tanto el IVE como la SSVM, pero termina siendo una explicación bastante generalizada, sin definición de procesos y casos particulares de quienes ingresan allí. Lo que vemos por experiencia es que chicas muy jóvenes -me atrevería a decir que muchas de ellas ingresan, incluso en su infancia y preadolescencia- y (se podría plantear la pregunta sobre qué dice el Código de Derecho Canónico sobre las menores de edad). ¿Cuál es la edad mínima permitida. Asimismo, ¿tendrían estas niñas una formación integral en su etapa infanto-juvenil, además de una formación meramente religioso-catequética? ¿Una formación seria afectiva-emocional? No se puede pasar por alto que se trata de niñas lejos del ámbito familiar y en etapa de desarrollo y formación en todos los aspectos de su personalidad; luego reafirmando de que, por lo menos, hasta donde se sabe no está muy bien definida, ni contemplada por la Iglesia -como hemos dicho anteriormente- como una etapa de formación propiamente religiosa. La respuesta a la pregunta que dan las SSVM de que si «¿es natural separar una menor de su familia?», la respuesta se resume en que «no es natural es sobrenatural y solo se entiende a los ojos de la fe», una respuesta algo escueta considerando todas las dimensiones humana de la persona, aun más considerando que las personas encargadas de formarlas y ayudarlas también en ese proceso de inquietud vocacional no cuentan ni con la edad ni con las experiencias necesarias. No podemos concebir la fe y la visión sobrenatural como conceptos mágicos.

    En épocas anteriores (estamos hablando de hace décadas) los aspirantes no tenían límite de edad, al igual que la vida religiosa no tenía límite de edad, y mujeres de todas las edades, incluso tan jóvenes como las niñas, podían ser aspirantes. Desde entonces, la Iglesia, en su sabiduría, ha abandonado esta práctica y ha restringido la vida religiosa a aquellos que tienen la madurez espiritual y la edad legal para discernir y determinar sus vocaciones de esta manera.

    Un ejemplo patente que podemos encontrar en Estados Unidos es el aspirantado de la SSVM en Avondale, PA, que no se ajusta a la práctica de la Iglesia. Esto es obvio por la forma en que no publican en su sitio web la existencia de un convento de aspirantes. ¿Por qué no?

    En primer lugar, aunque ellas suelen denominarse el aspirantado como una escuela, en las páginas de servidoras.org figura oficialmente como una casa de formación. De hecho, todos los aspirantados están incluidos en una lista de casas de formación religiosa: véase Brasil, Italia, Egipto, Ecuador, Perú, ArgentinaUcrania, Paraguay (una excepción es Jordania, que parece ser apenas un descuido). Sin embargo, en Estados Unidos no aparece en su página web oficial, lo que culturalmente no es nada aceptable. Pero, si las Servidoras creen firmemente lo contrario, que son realmente vocaciones, ¿Por qué ocultan la existencia del aspirantado en sus páginas webs? ¿Por qué no hay información disponible públicamente? Hemos encontrado una discusión sobre esto en foros en los Estados Unidos.

    Es un asunto serio. Estamos hablando de niñas escolares, «reclutadas» en edad escolar. Lo sé porque yo he estado allí cuando empezó el aspirantado, y recuerdo concretamente haber estado en un Festival de la Juventud con el IVE el año que empezó y una de las chicas con la que estaba fue invitada y lleva ya tres años allí. En mi caso concretamente, no hubo mucha insistencia por parte de ellos a que me quedara. 

    Estas niñas son «reclutadas» entre los 11 y los 13 años para entrar en el aspirantado, que en realidad sería de 14 a 18 años. Esto significa que el IVE y las SSVM moldearán completamente la experiencia espiritual de estas niñas a una edad muy temprana.

    Y para aclarar, en términos de la concreta  realidad de aquí en los Estados Unidos, el aspirantado no es una escuela con un convento adjunto, que es una práctica educativa católica normal que encontramos en muchos lugares, ni es un internado. Las niñas tienen clases en línea en la escuela en combinación con una educación en el convento por una hermana. En mi época la hermana encargada del aspirantado era la hermana Éfeso, que sólo emitió los votos perpetuos cuando ya era formadora en el aspirantado. Normalmente los formadores en las órdenes religiosas tienen años de experiencia en la vida religiosa antes de dirigir las casas de formación, pero en las SSVM no existe ese patrón, muchas religiosas jóvenes son elegidas como directoras de vocaciones (encargadas de hablar con las chicas laicas y animarlas a entrar en la vida religiosa), al igual que las superioras en otros lugares (Ver el testimonio de Kelly Fitzharry).

    Seamos claros: puede ser un proceso abusivo espiritual, psicológica, emocional y académico si es el caso, para estas niñas menores de edad, hacerles pensar desde el primer momento que entran en la vida religiosa a los 11 años, cuando en realidad sólo tienen el deseo de tener una experiencia que les ayuden en un proceso serio de discernimiento en su primera «llamada» que puede sí resultar a una verdadera vocación o puede que no. Por otro lado, me rompe el corazón que las familias sean manipuladas por las servidoras para que acepten esto como una tradición de la Iglesia, cuando en realidad la idea del aspirantado presentada por las SSVM y ayudados por el IVE es algo más de su propia cosecha que de la tradición habitual de la Iglesia.

    Las experiencias escritas por algunos miembros tanto en Iveinfo, ssvmabuse, como en este Blog atestiguan que la Familia Religiosa del Verbo Encarnado es un ambiente completamente disfuncional, vemos lo duro que está siendo para los miembros y ex miembros adultos a través de sus dolorosas experiencias como para permitir que los niños sean dirigidos por personas en su mayoría mal preparadas cuando hay opciones perfectamente sanas como las escuelas católicas, la educación en casa o los programas parroquiales de educación religiosa disponibles o un acompañamiento vocacional, donde no les induzcan a pensar que si están allí es porqué tienen vocación para las Servidoras. 

    Básicamente, tanto si se quedan como si se van, estas chicas crecerán con la mentalidad del IVE/SSVM y será la única de la que estarán dotadas, ya que, muchas critican sin piedad incluso a otros sectores dentro de la misma Iglesia con tal de abogar por el IVE/SSVM. No es justo para los jóvenes católicos darles ese modelo de vida espiritual y enseñarles que así funciona la fe de la Iglesia.

    Esta es la única mención que encontré hace tiempo sobre el convento aspirantado encontrado aquí en los Estados Unidos:

    Además, las hermanas y aspirantes de la comunidad SSVM Blessed Mary Catherine of St. Augustine de Avondale, PA, asistieron a la investidura. El aspirantado se fundó a principios de 2011 para jóvenes de bachillerato que quisieran discernir la vida religiosa mientras terminan sus estudios secundarios y conviven con hermanas de las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará. (Para más información, póngase en contacto con Aspirancy aquí).

    Aquí hacen un poco de publicidad del aspirantado disfrazando que vivirán con las Hermanas mientras terminan el curso escolar, lo hacen porque no está nada aceptado por la cultura y las leyes norteamericanas que las chicas decidan ser religiosas tan jóvenes, y por eso, no hay mucha información sobre el aspirantado en Estados Unidos en sus webs, pero en la práctica funciona como cualquier otro aspirantado de las SSVM en todo el mundo. Vivir en un convento como estudiante de bachillerato no es vivir en un colegio, finalmente acaba funcionando como cualquier aspirante de la ssvm en otras partes del mundo, ellos mismos afirman que sí, que el aspirantado es parte de una formación religiosa, cuando en realidad, ya sabemos que es sólo un periodo de discernimiento.

    Hay que tener en cuenta que en la rama masculina, el Instituto del Verbo Encarnado (IVE), hay un seminario menor que comienza a una edad muy temprana. Pero, ¿Por qué no se permite a la SSVM publicitar el aspirantado femenino e intentan contactar con las chicas de forma más privada, pero los sacerdotes promocionan el seminario menor públicamente? 

    En resumen: el IVE y las SSVM han creado instituciones en las que la vida religiosa comienza esencialmente a los 14 años (aunque aceptan niños de hasta 11 años). Pero… ¿reciben ayuda, un proceso serio de discernimiento y formación adecuada? ¿respetan la autoridad de los padres de esos niños, es decir, respetan como católicos y religiosos que son la santidad de la Iglesia doméstica: la familia, o interfieren e incluso debilitan la relación familiar?  

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