Autor: admin

  • Investigación-Incursión en el mundo del Opus Dei

    Informe del 4 de noviembre de 2021

    Por primera vez en Canadá, un ex miembro del Opus Dei revela lo que vivió dentro de la organización. Desde la publicación del Código Da Vinci, que presentaba al Opus Dei como una sociedad medieval secreta y ávida de poder, la organización ha resultado tan fascinante como inquietante. 

    Un montrealense rompe el silencio y denuncia el control absoluto que esta organización ha ejercido sobre él. Además de su testimonio condenatorio, antiguos miembros cuentan cómo sentían que el Opus Dei controlaba sus vidas y dominaba sus mentes.    

    Nos adentramos en los entresijos de una multinacional cuyos miembros pretenden alcanzar la santidad y santificar el mundo, según la terminología de la Obra.  Por una rara ocasión, el Opus Dei se explica.   Según la organización, los miembros gozan de mucha libertad y la disciplina no es tan estricta como hace 50 años. 

    Periodista: Johanne Faucher
    Periodista de investigación: Daniel Tremblay
    Director: Denis Roberge
    Editores: Martin Poiré, Rebecca Moréel

     

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  • Salvatore Cernuzio: “Algunas congregaciones solo quieren religiosas que sean obedientes y calladas”

    Salvatore Cernuzio: “Algunas congregaciones solo quieren religiosas que sean obedientes y calladas”

    Salvatore Cernuzio

    Vida Nueva – 14/11/2021 – Dario Menor (Roma)

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  • Papa elogia libro que destapa abusos de autoridad en comunidades religiosas

     SALVATORE CERNUZIO – “El velo del silencio”

    “Según su experiencia, el esquema del problema es este: personas con cargos de responsabilidad, como madres superioras, maestras de novicias, provinciales, generales, que tratan a estas mujeres como perennes menores de edad. No las tratan como mujeres adultas que han iniciado un camino de discernimiento y madurez vocacional”.

    Salvatore Cernuzio relata el camino de anulación de la propia personalidad que religiosas han recorrido en sus congregaciones.

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  • “Confundir la tarea de una superiora con una cura de almas puede desembocar en abuso de poder y de conciencia»

    “Confundir la tarea de una superiora con una cura de almas puede desembocar en abuso de poder y de conciencia»

    La teóloga esclava de la Santísima Eucaristía abre la Jornada de Estudio promovida por el Instituto Teológico de Vida Religiosa 

    Vida Nueva – 28/11/2021 – José Beltrán 

    Para la teóloga Ianire Angulo, urge “ponernos todos manos a la obra” para acabar con cualquier maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales en el seno de la Iglesia. una de las reflexiones que compartió ayer durante la primera sesión de la Jornada de Estudio sobre el abuso de poder y de conciencia organizadas por el Instituto Teológico de Vida Religiosa. Esta iniciativa formativa pionera en habla hispana contará con una segunda entrega el próximo 4 de diciembre en la que participará el secretario de la CIVCSVA, José Rodríguez Carballo, y la teóloga chilena Carolina Montero.

    Crisis global de los abusos

    La religiosa esclava de la Santísima Eucaristía y profesora de la Universidad Loyola de Andalucía está convencida de la necesidad de dar respuesta a la “crisis global” generada en el seno de la Iglesia a raíz de la pederastia y que ha puesto de manifiesto un sistema estructural caduco que también ha generado otra serie de agresiones también a adultos vulnerables.

    Entre ellas, lo que Angulo denomina “la presencia innombrada”, o lo que es lo mismo, las situaciones de ‘mobbing’ que tienen lugar en los institutos de vida consagrada, singularmente en los femeninos. Para esta docente, las monjas de vida contemplativa y las religiosas de vida activa también pueden convertirse en víctimas de abusos en el seno de sus propias congregaciones y comunidades.

    Tomar conciencia

    “Piensen un minuto qué tiene que sentir una hermana de comunidad que ha sufrido abusos (y por supuesto la comunidad no lo sabe: no se habla cuando se quiere sino cuando se puede) ante los comentarios comunitarios que se hacen ante ciertas noticias, ante la facilidad con la que se juzga una información convirtiendo a las víctimas en culpables…”, interpeló durante su alocución a los participantes en la Jornada de Estudio sobre la complicidad que se puede ejercer en estos casos desde la indiferencia o el encubrimiento. “El Señor nos juzgará también del dolor que generamos, por más que sea ‘sin saber’”, dejó caer Angulo. “Los datos demuestran que no se trata de “personas con problemas”, de “manzanas podridas” que se convierten en la excepción que confirma la norma”, señaló la religiosa, convencida de que “no se trata de que haya “manzanas podridas”, sino que nuestros “cestos” son capaces de pudrirlas. No es el vino el que es malo, pero si no cambiamos los recipientes, podemos morir envenenados”.

    Modo de gobernanza

    Por eso, apeló a modificar el “modo de gobernanza” en los institutos de vida consagrada, apartando todo vestigio de clericalismo, acompañado de una necesidad de sanear el concepto de obediencia.  “Lo que se supone que es una mediación carismática propia para nuestra vivencia de la obediencia a Dios, es, a su vez, un espacio en el que se puede producir con facilidad los abusos de poder al marcar una diferencia de función entre sus miembros”, detalló.

    Y, desde ahí, lanzó una advertencia: “Confundir la tarea de la superiora con una cura de almas o una maternidad espiritual es un espacio especialmente fácil para el abuso de poder y conciencia”.

    Salvadores del legado

    Al entrar en esta dinámica, según Angulo, se puede caer además en una manipulación del carisma fundacional en tanto que los superiores pueden convertirse, desde una idea errada de la autoridad, en  “guardianes, depositarios salvadores del legado espiritual”, que lleve a “canonizar” una única y estática comprensión del carisma, convirtiéndolo en una “ideología incuestionable”.

    Al abordar el perfil de los abusadores de poder y conciencia en la vida religiosa, se detuvo en la “tendencia al narcisismo”, destacando rasgos como su deseo de generar admiración alrededor, prepotencia, intento de quitar de en medio a quienes pueden hacerle sombra, rodearse de aduladores, echar la culpa siempre a los demás, usar a las personas para su propio bien, amoldarse a lo que socialmente se espera de ellos, inteligencia emocional que les permite descubrir con rapidez los puntos débiles de la gente… “Suelen ser personas encantadoras», incluso “carismáticas» podríamos decir, alertó.

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  • El abuso en los conventos, ¿ya no es un tema tabú?

    El abuso en los conventos, ¿ya no es un tema tabú?

    El periodista de los medios vaticanos Salvatore Cernuzio recoge los testimonios de algunas religiosas en el libro ‘El velo del silencio’

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  • Dr Isabelle Chartier Siben sobre abusos en la Iglesia católica 2021

    Original en @Corref Médias la doctora médico y psicoterapeuta interviene en 2021 en la asamblea de CORREF, Conferencias de religiosos y Religiosas de Francia, sobre los abusos sexuales, psicológicos y espirituales dentro de las comunidades católicas


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  • ‘El velo del silencio’: Once monjas revelan los abusos sufridos en la Iglesia Católica

    ‘El velo del silencio’: Once monjas revelan los abusos sufridos en la Iglesia Católica

     

    Salvatore Cernuzio

    El libro ‘El velo del silencio’, de Salvatore Cernuzio y publicado por San Paolo, muestra casos de maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales sufridos por estas mujeres durante su vida consagrada y que prefieren mantener el anonimato

    La subsecretaria del Sínodo de Obispos, Natalie Becquart, señala en el prólogo que el libro «invita a mirar a la cara a la realidad» e invita a tomar medidas para «prevenir estas posibles desviaciones»

    Además del maltrato, el racismo es otro tema que emerge en este libro, sobre todo, en el caso de las monjas jóvenes que proceden de países de África o Asia

    Otro relato significativo es el de una psicóloga que ha acompañado a cerca de quince monjas contemplativas que habían presentado su renuncia y que sentían ganas de suicidarse. «No mostraban signos de desequilibrio mental o de depresión severa. Las causas estaban relacionadas más bien con el estilo de vida», asegura


    El libro ‘El velo del silencio’ (San Paolo) del periodista del periódico oficial del Vaticano L’Osservatore Romano, Salvatore Cernuzio, recoge once testimonios de abusos sufridos por religiosas y ex religiosas de distintas edades y lugares del mundo
    Se trata de casos de maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales sufridos por estas mujeres durante su vida consagrada y que prefieren mantener el anonimato. Todas ellas han soportado años de silencio por miedo o por una fuerte presión psicológica, pero ahora se aventuran a contar su historia para ayudar a aquellas mujeres que todavía no han reunido el coraje para denunciar su situación.
    «Se trata de casos de maltrato psicológico, verbal o mental, presiones acoso y chantajes emocionales sufridos por estas mujeres durante su vida consagrada»

    La subsecretaria del Sínodo de Obispos, la hermana francesa Natalie Becquart, única mujer en tener derecho a voto en los sínodos, señala en el prólogo que el libro «invita a mirar a la cara a la realidad», «a decir la verdad» y a buscar «posibles caminos para acompañar a las personas que sufren en la vida religiosa o que la han abandonado y deben reconstruirse».
    Además, invita a tomar medidas para «prevenir estas posibles desviaciones, ayudando a las comunidades religiosas a adoptar un estilo cada vez más sinodal».
    La primera en contar su historia es una amiga de la infancia del autor a la que no veía desde hacía doce años porque decidió entrar en un convento de clausura en Italia. En marzo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia, cuenta que sus superioras la echaron de la comunidad con estas palabras: «No eres obediente, no quieres ser santa, no tienes vocación».
    Otra de las religiosas relata cómo su experiencia en comunidad se asemejaba más a la de «un cuartel militar» que a la de un monasterio. «Era como si estuviera adoctrinada (…) Me impresiona pensar que esa rigidez que me hacían sufrir se aplicase también a las más pequeñas», explica.
    Elizabeth: durante su vida en el convento interiorizó que todas tenían que obedecer «como perros»
    Otra monja, nacida en Australia e identificada solo como hermana Elizabeth, narra que durante su vida en el convento interiorizó que todas tenían que obedecer «como perros». «Nos decían que nos sentáramos y nos sentábamos; que nos levantáramos y nos levantábamos; que nos diéramos la vuelta y nos dábamos la vuelta», detalla.
    Mientras, Aleksandra, nombre ficticio de una joven consagrada de 31 años, explica que tras confesar a su superiora de la congregación que habría sufrido abusos sexuales por parte de un sacerdote con el que trabajaba en un proyecto, ésta la acusó de haberlo provocado ella. «Obviamente habéis sido vosotras las que habéis provocado al sacerdote», le espetó.
    Finalmente, acabó buscando ayuda fuera de la Congregación donde vivía. «No sé adónde iré, solo quiero seguir a Jesús, y aquí ya no es posible. Ya no puedo vivir en esta situación y tengo miedo de destruir mi salud física, psicológica y espiritual. Espero encontrar ayuda, tal vez por parte de algunos laicos porque sé que mi congregación no se preocupará por mí «, lamenta.
    Aleksandra, tras denunciar que había sufrido abusos sexuales,  a la superiora, eschuchó: «Obviamente habéis sido vosotras las que habéis provocado al sacerdote»
    De hecho, uno de los temas que trata en el libro es la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres consagradas cuando dan el paso definitivo y salen del convento: «La culpa siempre es del que se va», señala Aleksandra, que acabó dejando su vida religiosa después de 30 años.
    El racismo es otro tema que emerge en este libro, sobre todo, en el caso de las monjas jóvenes que proceden de países de África o Asia. Según el autor, este tipo de abusos se dan también en mujeres europeas, pero en realidad son «las mujeres africanas y asiáticas, en particular las que vienen de India y Filipinas», las que están más expuestas. Las de estos países, corren más riesgo, porque están desprovistas de una red de apoyo y son obligadas en muchos casos a aceptar «compromisos» para poder comer y no acabar durmiendo en un parque o en una estación.
    Otra de ellas es Anne-Marie, de Camerún. Su madre falleció mientras ella estaba en el primer año de noviciado y ni siquiera le comunicaron la noticia hasta pasados unos días. Marcela, otra de las religiosas, explica cómo la mortificación psicológica era asimilada «al ideal de perfección» por parte de las superioras. «Intentaba por todos los medios no ser humillada. Me levantaba antes de la hora para no llegar tarde; comía rápidamente; siempre estaba presente en las oraciones y en las tareas, aunque estaba cansada y mi cuerpo me pedía descansar. No quería que me riñesen», recuerda.
    «Anne-Marie, de Camerún: Su madre falleció mientras ella estaba en el primer año de noviciado y ni siquiera le comunicaron la noticia hasta pasados unos días»
    Otro de los testimonios detalla cómo el trabajo y el sacrificio son considerados los valores más altos de todos. «Una monja agotada por el trabajo es igual a una buena monja. Lo que importa es la cantidad de cosas que haces: planchar, lavar, cocinar, acompañar a alguien. (…) Este sistema se puede comparar con la ideología de los países comunistas, donde la persona cuenta mientras pueda trabajar», señala en el libro.
    Otro relato significativo recogido por Cernuzio es el de una psicóloga que ha acompañado a cerca de quince monjas contemplativas que habían presentado su renuncia y que sentían ganas de suicidarse. «No mostraban signos de desequilibrio mental o de depresión severa. Las causas estaban relacionadas más bien con el estilo de vida (…) Habían intentado convertirse en la santa monja perfecta renunciando a todo lo que aspiraban», explica la experta en el libro.

  • «El velo del silencio» –  De Salvatore Cernuzio

    «El velo del silencio» – De Salvatore Cernuzio

    Mobbing y abuso en conventos, 
    un libro-investigación levanta «El velo del silencio»

    En el texto de Salvatore Cernuzio, 11 monjas revelan enfrentamientos de poder, violencia y chantajes sufridos. Hermana Becquart: «Corregir estas prácticas erróneas de obediencia». El psiquiatra Cantelmi: «Es la imposibilidad de vivir una auténtica hermandad».

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  • La estructura y el fundador

    La estructura y el fundador

    Responde Ludovicus – Caminante Wanderer

    Brevemente, porque esto lo hemos tratado muchas veces.
    Si la buena fe, convicción o heroísmo de sus integrantes fuera la regla para juzgar la bondad de una institución, la Iglesia de los Testigos de Jehová o Al Qaeda serían el summum.
    Una institución se estructura alrededor de una serie de principios y normas ordenadoras. En la Iglesia Católica, los principios y normas de las congregaciones o movimientos, desde hace unos siglos, dimanan de su respectivo fundador, como recuerda la Lumen Gentium. De tal modo, un fundador con serias fallas daña severamente la organización, corrompiendo la estructura y por ende dañando a los miembros.
    Estos daños, que son mensurables en sufrimiento, peligro para la fe, daño psicológico, ruina económica, pérdida de expectativas, etc, convierte a los integrantes de la organización en rehenes por partida doble de la estructura dañada. En efecto, sufren las deformaciones estructurales, y a la vez su heroísmo es utilizado por la organización como evidencia de su propia bondad.
    Mi respeto a los miembros de la organización, pero un movimiento o congregación se juzga por su ortodoxia y por su ortopraxis, esto es, por la salud de su fe y de sus prácticas. Una organización sana puede estar llena de miembros podridos. Una organización podrida puede estar llena de miembros santos.
    Si la organización está podrida y está llena de miembros sanos, generará sufrimiento, espiritual, psicológico y físico. Sólo la reforma radical de dicha organización, desde sus principios, criterios y normas, podrá ser efectiva.
    Dicho de otra manera, y sin alusión personal, «¡Es la estructura, estúpido!» y «¡Es el Fundador!».
    Toto corde
    Ludovicus