Etiqueta: Abuso sexual

  • «Solicito al Dicasterio para el clero, investigue al P. José María Corbelle por abusos sexuales a mi persona y otras religiosas».

    «Solicito al Dicasterio para el clero, investigue al P. José María Corbelle por abusos sexuales a mi persona y otras religiosas».

    Desde hace un tiempo atrás el Vaticano envió religiosas visitadoras al Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará, por las continuas denuncias sobre muchas irregularidades que se vienen tapando a lo largo de estos años dentro los muros del convento: Abusos psicológicos, manipulación, abandono de persona y hasta abusos sexuales en algunos casos.

    Son cientos de religiosas, las que abandonaron la vida religiosa en esta orden, la gran mayoría con mas de 25/30 años de vida consagrada. Hoy muchas de esas hermanas están dispuestas a no callar más y enfrentar con la verdad lo que realmente se vive dentro de la rama femenina de la «Familia» del Verbo Encarnado.

    De los muchísimos testimonios que llegan a nuestra redacción, hoy compartiremos el testimonio de 4 ex-Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, quien con mucho dolor están dispuestas a contar la cruda realidad de lo que vivieron dentro. Ingresaron como tantas otras con grandes deseos de santidad y servicio, pero la realidad que vivieron fue otra. Hoy se presenta el testimonio de algunas de ellas, con votos perpetuos; una de ellas hasta llego ser parte del consejo general en Roma, otras grandes misioneras, que decidieron no callar más para que mas personas no salgan dañadas.

    Yamile Peralta (ex Hna. María Clemens)

    17 años de vida religiosa, misionera en Medio Oriente, fue superiora de las Servidoras en la Franja de Gaza. Ella nos relata su historia vocacional dentro de las SSVM, la manipulación en su vocación religiosa y las tristes consecuencias en su vida. Ella, la mayor de 5 hermanas de sangre religiosas, que ingresaron también a la misma congregación y que luego de muchos años de vida religiosa fueron abandonando de a poco el convento, solo quedando una. Yamile nos explica las manipulaciones por parte de los directores espirituales y lo que tuvo que ver durante esos 17 años dentro de las Servidoras.

    Laura Campo (ex Hna. María del Milagro)

    Laura, con más de 30 años de vida religiosa, tuvo que dar un paso al costado de la Congregación, luego de haber sufrido en sus ingreso al Instituto, abusos sexuales por parte de un sacerdote del IVE (rector del seminario mayor en ese momento). Su relato es desgarrador. Cuenta la manipulación que se hizo con su caso para callar la verdad, y como fue testigo del sufrimiento de otras religiosas que también fueron abusadas por este sacerdote. Laura tiene una vasta experiencia en la congregación ya que fue parte del gobierno general, y superiora de muchas comunidades. Hoy nos relata toda la verdad dentro de los muros de las Servidoras y nos revela los culpables de tapar los abusos.

    Mónica Cobos (ex Hna. María delle Piaghe di Gesu)

    Mónica ingresó a los 18 años, y salió a los 41 años. Sin estudios válidos, sin obra social, sin aportes jubilatorios, sin una casa y enferma. Enfermedad a causa del estrés sufrido dentro de la congregación, cuando en los comienzos, las servidoras atendían un hogar de niños con más de 120 niños (en San Rafael, Argentina). Atendidos solo por 10 religiosas, donde ella era la vicaria (segunda superiora al mando), entregó toda su salud en las distintas obras de las Servidoras. Cuenta las diferentes situaciones que tuvo que pasar, donde ella se cansó de hablar todo lo mal que veía, y nunca había cambios. Hoy, las Servidoras le niegan cualquier tipo de ayuda, como a la mayoría de las que salen. Mónica abre su corazón y expresa todo lo que le hicieron vivir durante más de 20 años.

    Kelly Sue Fitzharris (ex Hna. María Lumen)

    Kelly, una americana que ingresó a las SSVM en Estados Unidos y al poco tiempo fue nombrada superiora en una comunidad de Harlem, Nueva York. La superiora provincial le asignó a su comunidad una religiosa de votos perpetuos, enferma psiquiátricamente y le prohibió decir a las demás hermanas su estado de salud; lo que desencadenó una situación de desorden y desentendimientos dentro de la comunidad.

    La ex superiora M. Lumen acabó por sufrir un colapsó en su sistema nervioso y decidió irse. En su crudo relato cuenta el stress de una vida religiosa acelerada y superficial.

  • La Santa Sede disuelve la «Comunidad Loyola» cofundada por Rupnik

    La Santa Sede disuelve la «Comunidad Loyola» cofundada por Rupnik

    Reproducimos aquí este artículo publicado por InfoCatólica. Consideramos que esta congregación tiene muchas semejanzas con el grupo que nos atañe en este blog.

    (Agencias/InfoCatólica) La archidiócesis de Liubliana (Eslovenia), informó el viernes que el Dicasterio para las Instituciones de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica disolvió el 20 de octubre pasado la Comunidad Loyola. La decisión fue comunicada a las hermanas el 14 de diciembre por el padre Amedeo Cencini y la hermana Marisa Adami, actuales ejecutores vaticanos en este caso. Aunque las religiosas, al residir fuera del país, no pudieron acudir personalmente a la archidiócesis, se conectaron en línea para conocer el decreto de disolución, el cual deberá hacerse efectivo en el plazo de un año.

    El arzobispado de Liubliana explica que en 2019, el arzobispo Stanislav Zore realizó una visita a la Comunidad, de cuyos resultados se informó al dicasterio en febrero de 2020. Dado que la casa general está en Roma, el informe fue remitido a la diócesis del Papa, la cual nombró a un comisario, el obispo auxiliar y jesuita Daniele Libanori. En septiembre de 2022, monseñor Libanori envió sus conclusiones al Dicasterio de Vida Consagrada. Un año después, el 20 de octubre, se decretó la disolución debido a «graves problemas relativos al ejercicio de la autoridad y al modo de vida comunitaria».

    La Comunidad Loyola fue fundada en los años 80 por la hermana Ivanka Hosta y el entonces jesuita Marko Rupnik, siendo reconocida en 1994. Se acusa al sacerdote y artista Rupnik de abusos, principalmente contra religiosas de este instituto, que presentaron las primeras denuncias contra él.

    Rupnik dejó de ser capellán en 1993 y se trasladó a Roma con parte de las hermanas, fundando el Centro Aletti, una escuela de arte y teología donde también se han denunciado abusos. El vicariato papal declaró el 18 de septiembre que actualmente en el Centro Aletti «existe una sana vida comunitaria sin problemas particulares».

    El padre Rupnik fue expulsado de la Compañía de Jesús el 15 de junio de 2023 por no cumplir las obligaciones que le habían impuesto restringiendo su libertad de predicar ejercicios o retiros espirituales o desplazarse fuera del lugar de residencia establecido, como medidas sancionadoras y/o cautelares. Está incardinado desde agosto en la diócesis eslovena de Koper. El 27 de octubre, el Papa solicitó a la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el cardenal Víctor Manuel Fernández, que revisara en su totalidad el caso Rupnik tras conocerse el escándalo de que este obispo esloveno le había incardinado sin mayores problemas, después de haber sido excomulgado y perdonado, y haber sido expulsado de los Jesuítas.  

    En cuanto a la hermana Hosta, superiora general de la Comunidad Loyola desde 1994, tras ser investigada fue apartada del gobierno en junio pasado y no podrá contactar con ninguna hermana actual o anterior durante tres años. 

  • Hermanos Philippe: «una subversión cuya duración dice su fuerza»

    Hermanos Philippe: «una subversión cuya duración dice su fuerza»

    Traducción del artículo publicado en cath.ch el 18 de mayo de 2023. Cualquier parecido con lo que nos incumbe en este blog es pura coincidencia.

    El 16 de mayo de 2023, la sombra blanca del padre Marie-Dominique Philippe (1912-2006) recorre los pasillos y los bancos de la Universidad de Friburgo, donde fue profesor de 1945 a 1982. Tras la revelación de sus abusos «místico-eróticos» a numerosas mujeres, historiadores, teólogos y antiguos alumnos se interrogan sobre la génesis de sus excesos.

    ¿Cómo no vimos lo que teníamos delante de los ojos? La persistente cuestión de la doblez de los frailes dominicos Thomas y Marie-Dominique Philippe, y de su discípulo Jean Vanier, estuvo en el centro de una jornada de estudio que reunió a un centenar de personas, entre ellas muchos de sus antiguos alumnos de la Universidad de Friburgo.

    A propósito de los hermanos Philippe, el historiador Tangi Cavalin, autor del voluminoso informe titulado «L’Affaire», habló de «una subversión cuya duración lo dice todo». «¿Cómo entender algo que parece escapar a todas las categorías? ¿De dónde viene, cómo nace, se construye? Esa ha sido la intención de mi trabajo».

    Primeras revelaciones en 2013

    «Estas personas no son monstruos, sino personas dotadas de una inteligencia superior, con una sólida educación, a menudo admiradas o incluso adoradas. Han sabido reunir todos los elementos para hacer de ellos personajes «incuestionables». Tangi Cavalin aboga por el respeto de la complejidad histórica. Más allá de las trayectorias individuales, hay que ver su historia familiar, el contexto religioso y eclesial. No se trata de hacer revelaciones, ni de llevar a cabo procedimientos policiales o judiciales, sino de intentar comprender.

    Revelados desde 2013, a través de un discurso muy eufemístico de «gestos contrarios a la castidad», los abusos espirituales y sexuales de Marie-Dominique Philippe a mujeres adultas abarcan varias décadas. «Las palabras de algunas víctimas han sido decisivas. Estamos ante algo muy distinto de la pedofilia. La cuestión de los abusos a adultas no surgió hasta finales de los años 2010. Sabemos que a menudo se necesitan décadas para poner palabras a una experiencia.»

    Intelectuales brillantes con un fuerte carisma

    El contexto familiar de los hermanos Philippe está ligado a su tío, el padre Thomas Dehaut, él mismo dominico, que habría tenido y propagado comportamientos desviados. Pero para Tangi Cavalin, evocar una familia incestuosa, como han hecho algunos, no es una explicación suficiente, aunque su papel sea innegable.

    «Como teólogos y predicadores, los hermanos Philippe son referencias en la ortodoxia».

    El papel de los líderes dominicos parece más decisivo. Los hermanos Philippe aparecieron rápidamente como intelectuales brillantes, dotados de un fuerte carisma personal. Como teólogos y predicadores, fueron los referentes de la ortodoxia en una orden dividida entre progresistas y conservadores. Son llamados y utilizados para poner las cosas en su sitio o para defender posiciones. Como ambos dominicos tienen acceso directo a la Curia Romana, las responsabilidades llegan hasta lo más alto de la jerarquía eclesiástica.

    Doctrina frente a vida religiosa

    Para Tangi Cavalin, la insistencia de la época en las cuestiones doctrinales eclipsó la propia vida religiosa y permitió a los hermanos Philippe «volar bajo el radar». No se les pedían cuentas sobre su vida comunitaria, su vida de oración o sus votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia. Llevan su vida como les parece, casi sin vínculos comunitarios. «Siempre he sido ingobernable», confesó el padre Marie-Dominique poco antes de morir.

    Si los hermanos Philippe se benefician de la indulgencia de sus superiores, utilizan su hábito dominico, que casi nunca se quitan, para mostrar su respetabilidad. De hecho, son dominicos sólo en apariencia. Por su parte, no dudan en denunciar a los hermanos cuyo comportamiento, ideas o críticas les molestan.

    Convencidos de que deben «salvar a la Iglesia»

    Los hermanos Philippe «gobiernan» sobre «comunidades secretas» distintas de la suya y justifican esta actitud por razones «superiores». Se han convencido de que su misión es «salvar a la Iglesia» y que, ante este reto, ya no valen las reglas ordinarias. Pocos cohermanos o personas son capaces de detectar sus excesos y su doble juego.

    «En 1957, Marie Dominique Philippe montó, con el Maestro General de los Dominicos, un escenario para ocultar su proceso y su condena».

    La ambigüedad de las condenas romanas

    La ambigüedad no es menor en lo que se refiere a las condenas romanas de los hermanos Philippe. A raíz de las denuncias de las víctimas, Thomas Philippe fue condenado en 1956 y apartado de hecho durante algunos años antes de lanzar la fundación de El Arca y su condena fue olvidada.

    En 1957, Marie-Dominique Philippe, junto con el Maestro General de los Dominicos, montó un escenario para ocultar su proceso y su condena por «una dirección espiritual considerada demasiado mariana y afectiva en varios monasterios». Según la sentencia canónica, ya no tenía derecho a confesar, ni a dirigir espiritualmente, ni a enseñar nada relacionado con la espiritualidad. Con la excusa de que le necesitaban en Roma, el superior le llevó a la Curia General. Su condena se transformó así en un ascenso. Dos años más tarde, siempre con la intervención personal del Maestro de la Orden Dominicana, Marie-Dominique Philippe fue rehabilitado, sin ser absuelto, es decir, recuperó sus prerrogativas. El juego de manos funcionó, la condena se ocultó y permaneció desconocida para la Universidad de Friburgo.

    El caso es un enigma

    El filósofo y director del Instituto Philanthropos, Fabrice Hadjadj, propuso una lectura bíblica del asunto, que para él sigue siendo un enigma. ¿Cómo fueron posibles tales aberraciones en el seno de obras como El Arca y la comunidad de San Juan, que para muchos fueron verdaderos caminos de conversión? Tras la conmoción de las revelaciones, hay que pasar de la conmoción a la reflexión.

    El relato de las «gracias muy oscuras» de un «asimiento divino sobre el cuerpo claramente localizado en la región de los órganos sexuales» recibido por Thomas Philippe en 1938 en Roma debería haber despertado sospechas. Aunque afirma haber recibido un «nuevo conocimiento de la Virgen María», Thomas Philippe se libera de la moral ordinaria, de la razón teológica y del sentido común. «¡No estamos ante un cura pederasta, sino ante un religioso que afirma haberse dejado llevar por una Virgen «pederasta» y lo reivindica como un privilegio!». Asistimos a un aplastamiento de lo místico sobre lo afectivo y lo sexual.

    «No apagar el Espíritu»

    En el espejo de la Escritura, Fabrice Hadjadj cita la figura del rey Salomón. Su reinado comenzó con el asesinato de su hermano Adonías y terminó con el restablecimiento del culto a los ídolos. Entre medias, sin embargo, el heredero de David pide a Dios un corazón inteligente para gobernar a su pueblo y difundir la sabiduría a su alrededor.

    «Su orgullo, tanto más especioso, se ha revestido con los ornamentos de la ortodoxia, la humildad y la compasión».

    El apóstol Pablo ordena a los tesalonicenses (5:19-22): «No apaguéis el espíritu. No despreciéis las profecías, sino discernid el valor de cada cosa: lo que es bueno, guardadlo; apartaos de toda clase de mal».

    Para Fabrice Hadjadj, al final del juicio y de la condena, hay que considerar la perspectiva de la redención. «Es evidente que nuestros padres se entregaron al orgullo. Un orgullo tanto más engañoso cuanto que estaba revestido de los ornamentos de la ortodoxia, la humildad y la compasión.»

    Una teología de la antigüedad

    Joachim Negel, Decano de la Facultad de Teología, habló del contexto histórico del caso de los hermanos Philippe. Mientras Marie-Dominique enseñaba en Friburgo, la Universidad se vio sacudida por el caso de su colega dominico Stefan Pfürtner. El profesor rechaza la condena de la Iglesia a las relaciones sexuales fuera del matrimonio y a la contracepción. La violenta disputa que siguió provocó su salida de la Universidad y luego de la orden dominica. Frente a él, Marie-Dominique Philippe se presenta como garante de una «teología de la antigüedad». Sigue siendo insospechado e insospechable.

    «Limpiar no basta»

    Marie-Jo Thiel, profesora en Estrasburgo y especialista en abusos sexuales, habla de la fascinación que ejercen las figuras narcisistas seductoras. Por una distorsión cognitiva bastante improbable, los dominicos no identifican esta mística desviada que prospera bajo sus ojos. Una ceguera que es signo de su propio egoísmo. El libro «L’Affaire» también le impresionó por la amplitud de sus ramificaciones.

    El comportamiento de los hermanos Philippe muestra una perversión personal. Una escisión de sus personalidades entre el decir y el hacer que responde a la única ley del placer «místico». Tienen un sentimiento de omnipotencia.

    La ley y las reglas deberían permitirles volver a conectar con la realidad. Sin embargo, ni los obispos ni los líderes religiosos se acordaron de ellos. «Una autoridad que no actúa se convierte en cómplice», denuncia Marie-Jo Thiel.

    «Hoy no basta con hacer limpieza. Son necesarias medidas estructurales como la publicidad de los juicios y las sanciones, la separación de poderes, el recurso a expertos externos, la reflexión sobre los votos religiosos». «Si los abusos han continuado, a menudo es por la cobardía de los responsables», concluye.

  • Buela a la par con Luis Fernando Figari, Marcial Maciel y Fernando Karadima

    Buela a la par con Luis Fernando Figari, Marcial Maciel y Fernando Karadima

    Todos hablan de Buela como condenado y abusador, menos los propios miembros de su familia, el Verbo Encarnado.

    Esto parecería ser lo normal y lo “lógico”: defender al propio “Padre” o no decir nada sobre sus andanzas… Recordamos que “lo normal” no siempre es lo moral.

    Es llamativo que los religiosos del IVE se terminen enterando de los delitos de su fundador no a través de sus superiores sino por los de afuera. A veces es cuestión simplemente de salir de la burbuja en la que viven.

    Muchos informativos lo dicen sin pelos en la lengua: “Carlos Miguel Buela, depredador sexual y fundador de una orden religiosa, muere en Italia”

    La noticia que hoy traemos a nuestro blog es sobre “El Sodalicio y el laberinto del abuso sexual en Perú”

    En este informe se hace referencia a Buela y su fundación dando por sabido que el mundo ya sabe, valga la redundancia, sobre la condena del difunto fundador y la naturaleza sectaria de dicha orden.

    Algunas expresiones que pueden ustedes mismos encontrar:

    “Lo que en México ha sido la Legión de Cristo y en Argentina el Instituto del Verbo Encarnado, en Perú lo ha sido el así llamado Sodalicio de Vida Cristiana”. 

    Y un poco más adelante:

    “Parecido, pero más complejo y difícil de asir que las maquinarias que, por su cuenta construyeron los otros tres “grandes” del abuso sexual en gran escala en la Iglesia Católica en la América Latina de finales del siglo XX: Marcial Maciel, Carlos Miguel Buela y Fernando Karadima.”

    Es decir que a Buela se lo coloca a la par de Maciel y Karadima, para que nos demos una idea…

    Y los del IVE todavía no lo saben.

    Repetimos: es llamativo y lamentable que los propios miembros del IVE y las SSVM no lo sepan, en su gran mayoría, y esto por la simple razón de que los superiores no quieren que lo sepan. No hay más misterio.

    Concluimos con la siguiente reflexión: el comportamiento de Buela fue desechable, condenable, repudiable y todo lo que se pueda adjetivar. Pero lo que hacen estos superiores escondiendo la verdad, y peor aún, afirmando la santidad de ese hombre, es mucho peor, porque los daños psicológicos que causan serán irreparables en muchos casos.

    La verdad siempre sale a la luz, tarde o temprano.

    No quisiéramos estar en la mente de tantos pobres religiosas y religiosos cuando se desayunen con esta triste verdad.

    Y peor aún… la difícil aceptación de la verdad de que les estuvieron mintiendo toda su vida.

  • “Dime con quién andas y te diré quién eres”

    “Dime con quién andas y te diré quién eres”

    Ya nadie desconoce la amistad y relación que existía entre el difunto fundador del IVE, Padre Carlos Buela, y el ex Cardenal MacCarrick, ambos condenados por abusos homosexuales a jóvenes religiosos. También se sabe la diferencia entrambos: MacCarrick reducido al estado laical incluso por abusar de un menor de edad; Buela condenado en varias ocasiones, pero misteriosamente nunca de manera definitiva ya que apeló y se defendió hasta la muerte. Aún hoy se espera una condena clara de Buela post mortem.

    Sin embargo, los hechos siguen testarudos gritándonos a todas voces: “¡por algo eran amigos!”

    Es llamativo que dos alas contrarias de la Iglesia se hayan unido tan amigablemente de repente. Este detalle quizás no fue descubierto por todos: MacCarrick representa el ala “progresista” de la Iglesia, mientras que el Padre Buela era representante de la corriente contraria: la tradicional. ¿Cómo y por qué se aliaron estos dos personajes contrarios, así como la congregación fundada por el difunto tradicionalista? Es un enigma que probablemente muchos no advirtieron.

    Sea como sea, los informes de MacCarrick del 2020 lo relacionan con actividades económicas hacia el IVE fundado por el Padre Buela, y, como dijimos, las acusaciones de abusos sexuales de ambos van por la misma línea homosexual, protegida por el también difunto Cardenal Sodano, encubridor de otro difunto homodepredador, el Padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y condenado postmortem el 1 de mayo del 2010.

    Demasiadas coincidencias para los inocentes e ingenuos “bien pensados” de Buela.

    “Dime con quién andas y te diré quién eres”

  • Ejemplo de lo que se debe hacer con los curas abusadores

    Ejemplo de lo que se debe hacer con los curas abusadores

    Estimados lectores:

    Hoy les traemos una noticia que ejemplifica mínimamente lo que se debería hacer con esta clase de sacerdotes abusivos: cárcel para ellos e indemnización a las víctimas.

    ¿Tomarán nota los «distraídos» superiores del IVE y SSVM?

    La Audiencia Provincial de Pontevedra ha dictado una orden de busca y captura contra Segundo Cousido Vieites, sacerdote salesiano y profesor de religión del colegio Salesianos de Vigo (Pontevedra) que fue condenado a 32 años y cinco meses de cárcel por abusos sexuales continuados a seis menores en 2019.

    El sacerdote ya pasó nueve meses en prisión y salió bajo fianza al disminuir el riesgo de fuga. Tenía que haber ingresado en prisión este mes de febrero para cumplir esa pena impuesta. Sin embargo, no lo ha hecho y, al agotarse el plazo, la justicia ha emitido una orden para que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo detengan para llevarlo inmediatamente a la cárcel.

    La sentencia condenatoria dictada en 2021 por la Audiencia Provincial de Pontevedra fue recurrida ante el TSXG por el religioso, pero alto tribunal gallego ratificó la pena en mayo de 2022. Sin embargo, según fuentes del TSXG, los numerosos recursos presentados por el condenado han provocado que se retrasase el inicio de la ejecución de la sentencia del TSXG, que no fue firme hasta finales de octubre.

    Abusos cometidos en 2019

    El Tribunal consideró probado que en 2019, durante un campamento celebrado en la localidad de Cambados, en una peregrinación a Santiago de Compostela y en la sede de una asociación juvenil vinculada al colegio, el acusado realizó tocamientos en los genitales a varios menores, aprovechando su condición de superioridad, al ser profesor de los jóvenes y monitor en sus actividades extraescolares.

    El sacerdote ejercía en el 2019 de monitor, director y acompañante de los menores y dormía en las mismas instalaciones que ellos. Los hechos que tuvieron lugar durante una peregrinación a Santiago tuvieron lugar en un albergue de Valga.

    La Voz de Galicia detalla que en ese campamento como no había literas suficientes, las juntaron y el sacerdote durmió en medio de dos menores. Uno de ellos se despertó a media noche y descubrió que el cura le estaba haciendo tocamientos. Al no atreverse a enfrentarse a él, intentó girarse de lado de la cama para repeler al adulto pero este insistió. A causa de este incidente, el menor sufrió pesadillas y bajó su rendimiento escolar y no quería que sus familiares lo tocasen.

    Otra de las víctimas se despertó y descubrió al sacerdote en plenos tocamientos y este le preguntó por la hora. Otra víctima sufrió los abusos en el albergue de Padrón durante una peregrinación. El menor salió en mitad de la noche al baño y el sacerdote le ayudó a abrir la puerta. Cuando se acostó, a los pocos minutos, notó como el sacerdote le tocaba.

    La mayoría de denuncias y cargos contra este sacerdote son por tocamientos a menores. Las víctimas relataron en el juicio que se quedaron “en shock” cuando les ocurrió, sin ser capaces de reaccionar porque no podían creer que les hiciese algo así. La sentencia fue contundente, exponiendo que los menores “narraron con firmeza y de forma acorde a su edad lo que les ocurrió y lo que vieron respecto de otros”.

    Además de la pena de prisión, la Audiencia de Pontevedra le había impuesto el pago de una indemnización de 76.000 euros al conjunto de las víctimas por los daños psicológicos producidos.

    Fuente: https://infovaticana.com/2023/03/02/en-busca-y-captura-un-cura-de-vigo-condenado-a-32-anos-de-carcel-por-abusos/#comments

  • Semejanzas del ICRSS y el IVE

    Semejanzas del ICRSS y el IVE

    Estimados lectores:

    Compartimos un impresionante testimonio de un ex miembro del ICRSS (Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote) que nos ha llegado y que nos parece muy similar a los comportamientos de Buela y McCarrick.

    Nuevamente, nuestro compromiso con erradicar para siempre esta plaga de depredadores denunciándolos en los tribunales correspondientes y en los medios de comunicación.

    Agradecemos el testimonio de esta persona.

    Estimada en Cristo,

    Un resumen del caso del visitador apostólico:

    Uno de los elementos más espinosos de la historia es el caso «Bacqué» (nuncio apostólico retirado), se trata un arzobispo francés nacido a Burdeos (de una familia de ricos banqueros) y que posee una red muy potente de contactos en el Vaticano, es él, al menos en los últimos años, ciertamente el mayor protector de W.

    Bacqué es ampliamente conocido en los medios romanos por sus tendencias homosexuales (es amigo de Fréderic Martel, autor de «Sodoma», quien le menciona explícitamente en su libro, Bacqué habiéndolo albergado a Roma en la «Casa del Clero» para ayudarlo a realizar su libro sobre la homosexualidad en la curia romana).

    La relación de Bacqué con el Instituto es una relación, podemos decirlo claramente, perversa; el Instituto lo corteja por su dinero y por su poder, Bacqué ha hecho testamento en favor del Instituto y da cada año más de 30,000 euros. A cambio de sus servicios Bacqué pide una cosa sola: seminaristas.

    El Instituto (y no solo, también los legionarios cortejan a Bacqué y le mandan seminaristas, aunque mucho menos que el Instituto) le manda, sobre todo durante sus vacaciones en su casa de familia en Burdeos (le domaine de Sion) seminaristas para hacerle compañía, seminaristas – petición explicita – que deben ser «bellos seminaristas». Hasta donde yo sé Bacqué no ha cometido abusos sexuales, pero sí ha avanzado propuestas indecorosas:

    -Un amigo mío tuvo que hacerle de dama de compañía durante más de un mes; cuando le mostró su habitación, Monseñor Bacqué no se retuvo de comentarle «He aquí la ducha (es espaciosa), hay espacio para más de uno»; Bacqué no se retenía de hacer comentarios sobre la «belleza física» de su jardinero y su círculo de amigos, a decir de mi amigo, estaba claramente compuesto por homosexuales.

    -A dos seminaristas distintos, y en ocasiones distintas, les pidió que le frotasen el trasero y le colocasen una crema, cosa que fue percibida por entrambos como indecorosa y como una solicitación de tipo sexual, por lo menos implícita, uno de ellos, escandalizado, contactó Gricigliano (casa general en Florecncia) para denunciar los hechos, la respuesta de su superior fue: «Cállate y soporta, nosotros también tuvimos que pasar por ahí».

    -Bacqué intentó obtener también «bellos» seminaristas de Tolón, lo pidió a Monseñor Rey, pero Monseñor Rey rechazó (adjunto aquí la carta de Monseñor Rey que no debe ser publicada).

    Todo esto ilumina la relación con el Instituto. El ICRSS fue objeto en 2014 de una visita apostólica, ¿Quién fue el visitador…? Moseñor Bacqué, evidentemente la visita dio «buenos resultados» y el Instituto continuó a mandarle seminaristas… Bacqué dijo a dos personas diversas (un seminarista y un sacerdote que me lo compartieron) que había voluntariamente guardado silencio en su informe sobre los objetivos aspectos desviados del Instituto, mencionando explícitamente el lujo faraónico de la vida de los superiores, especialmente W.

    En el Dossier Canonique hay un apartado sobre Bacqué y la visita de 2014, ahí se narra cómo Bacqué relataba el contenido de todas las entrevistas privadas a W. y cómo los seminaristas tenían instrucción de no decir nada negativo sobre el Instituto, amenazando con que, si lo hacían, W. lo sabría, pues Bacqué se lo diría el día mismo.

    En otros correos trataré de episodios concretos que iluminaban otras dimensiones de la deriva sectaria.

    In Christo Rege

    Para entender más sobre la deriva sectaria de este instituto, leer este artículo de nuestro blog.

  • El sectarismo y los abusos no son algo nuevo

    El sectarismo y los abusos no son algo nuevo

    Artículo original de Lorenzo Prezzi en italiano AQUÍ

    El 30 de enero, se publicaron en Francia dos informes sustanciales sobre los abusos y las tendencias sectarias de tres personalidades católicas muy conocidas en el país y más allá.

    El primero (900 páginas) se refiere al fundador del Arche, una institución eclesial que apoya a cientos de comunidades en todo el mundo a favor de los más discapacitados, Jean Vanier. Una comisión independiente encargada por Arche entregó su trabajo (ver aquí).

    Otra comisión encargada por los dominicos de Francia investigó el comportamiento censurable de dos hermanos, ambos dominicos, Thomas y Marie-Dominique Philippe. El primero es cofundador con Vanier de l’Arche, el segundo iniciador de las diversas familias religiosas de la Comunidad de San Juan (consultar aquí).

    Se espera un tercer informe, de la Comunidad de San Giovanni.

    ¿Puede desaparecer el núcleo sectario?

    Antes de dar unas notas resumidas sobre los resultados de las investigaciones, vale la pena subrayar la valentía de las fundaciones y de la Orden para arrojar luz sobre las páginas oscuras de sus fundadores o cohermanos.

    En segundo lugar, es bueno distinguir lo que puede envenenar los manantiales originales de los carismas y lo que afecta sólo parcialmente el patrimonio espiritual de las familias religiosas. La conclusión del resumen sobre Plagio y abuso es indicativa: una investigación sobre Thomas Philippe, Jean Vanier y l’Arche. “Si el nodo sectario original formó un microsistema en el corazón del Arche, a la luz de los hechos de abuso considerados por la comisión, no parece haberse extendido. El rápido desarrollo de las comunidades y la entrada de numerosas personas con diferentes perfiles y motivaciones, a lo que se suman otros elementos (como el control de los poderes públicos, la presencia de profesionales externos) explican la escasa difusión del nudo sectario y su consumo dentro del Arca«.

    Conclusiones similares son previsibles con respecto a los dominicos: los dos hermanos vivían sustancialmente fuera de la comunidad y lejos de los líderes internos.

    Para la Comunidad de San Juan la cuestión es más penetrante y requiere una mayor atención y energía de purificación interior.

    “La noche de bodas»

    Las denuncias de abusos contra Vanier y los hermanos Philippe estallaron a mediados de la década pasada, iniciando trámites internos de renovación y estudios que ahora se hacen públicos. Pero la historia es mucho más larga.

    Podemos comenzar desde 1938, cuando Thomas Philippe afirma haber tenido experiencias místicas significativas en Roma llamadas la «noche de bodas». La participación del cuerpo en el goce extático se narra como una conjunción con la Virgen y manifestación de una relación más misteriosa (incestuosa) entre María y Jesús, que él recuerda como el fundamento de su camino espiritual.

    El propio Thomas Philippe inició una fundación original en 1945, no lejos del centro de estudios de Saulchoir (Soisy-sur-Seine). Allí se encuentran algunos de los jóvenes católicos más inteligentes y prometedores de Francia. Entre ellos, J. Maritain, C. Journet y el propio Jean Vanier. Un ambiente de gran vivacidad intelectual y sincera investigación que, sin embargo, comienza a tambalearse con las primeras denuncias, muy discretas, del comportamiento de Thomas Philippe (mientras que Marie-Dominique permanece más recluida en ese momento).

    A mediados de la década de 1950 el caso llegó a Roma y, en 1956, hubo una severa condena canónica para Thomas Philippe que lo destituyó del cargo de la asociación Eau vive, privándolo de la celebración litúrgica y del acompañamiento espiritual. Pero la discreción absoluta de la sentencia, la obstinada voluntad del grupo original (menos de una docena de personas), encabezado por Vanier, permite la continuidad de las relaciones y la continuación de prácticas «espirituales» que confunden las relaciones sexuales con experiencias místicas. Son considerados con razón por el Santo Oficio (ahora el Dicasterio para la Doctrina de la Fe) como un «falso misticismo».

    Madre Cecilia, hermana de Philippes, también está involucrada en estas derivas indecorosas. Prácticas custodiadas por un muro de silencio (incluso después de la fundación del Arche en 1964), favorecidas por la total autonomía de las viejas y nuevas fundaciones, por la creciente autoridad de los personajes (que se acreditan hasta las salas de Juan Pablo II, mientras que Juan XXIII había advertido expresamente a Vanier que se distanciara de los Philippe) y del clima sectario que estos inducen a su alrededor. Apreciado por la rigurosa defensa de las razones de la institución eclesiástica y por el número de vocaciones.

    Formas sectarias

    Retomo algunas notas de la citada síntesis (126 páginas) del informe sobre J. Vanier, donde a menudo se evoca a los tres personajes juntos. Si las víctimas consideradas son 25 para Vanier y 23 para Thomas Philippe, su número predecible es mucho más consistente. El rasgo común que los une (y esto también se aplica a Marie-Dominique Philippe) es una relación de poder sobre mujeres interesadas, una situación de dependencia de parte de ellas y la ausencia de su consentimiento válido respecto de las prácticas abusivas de que fueron objeto.

    Thomas, que confía plenamente en Vanier, disfruta de un edificio que puede albergar hasta 300 personas (del Arche y de otras procedencias) en el que reproduce las prácticas ya ensayadas en la época del Eau vive. Una desorganización notoria y la escasez de normas compartidas van acompañadas de la invitación a una insistente oración de adoración y al cultivo de numerosas vocaciones que nutren los diferentes monasterios.

    El abuso sexual se inicia dentro de una aventura humana y espiritual de vocación, gracias a la complicidad involuntaria de muchos que invitan a hablar con el p. Tomás y su creciente reputación de sabiduría y santidad. El diálogo espiritual se produce sin ningún elemento de equilibrio (por ejemplo, con una referencia diferente de la autoridad) y los abusos se producen gracias a una manipulación de los ritos sacramentales, en particular de la confesión.

    Entre Thomas y Vanier los acercamientos a las víctimas son similares. Pero, mientras que para Vanier siempre se trata de mujeres mayores de edad, de buena cultura y clases sociales privilegiadas, para Thomas son sobre todo chicas jóvenes en busca de un camino en la vida. Besos, abrazos, combinaciones de partes eróticas se suceden sin concluir necesariamente con la penetración sexual. No conocen las formas violentas, salvo en contados casos.

    Las justificaciones, -y esto concierne tanto a los hermanos Philippe como a los Vanier-, son de naturaleza mística y teológica en la creencia de un pasaje continuo entre el elemento espiritual y el comportamiento físico. Hasta la paradójica afirmación de Marie-Dominique de la superioridad del miembro masculino de Jesús respecto a su corazón. La engañosa relación incestuosa de Jesús con María se evoca de diversas formas. Sucede que las víctimas de uno de los maltratadores encuentran confirmación de las relaciones irregulares por parte de los otros dos. Cuesta pensar que exista un consenso libre y maduro por parte de gente encantada con el carisma de personajes de este calibre, temerosa de desagradarlos y de ser abandonada. Algunos de ellos siguen convencidos de que han tenido una experiencia liberadora. Solo después de un tiempo perciben la violencia a la que han sido sometidos.

    Los signos de la liberación

    La toma de conciencia y el despertar se dan ante la advertencia de un sufrimiento interior insoportable o ante el enfrentamiento con alguien ajeno a las instituciones y cuando, por diversas razones, estalla un desacuerdo con el maltratador.

    El uso de terapeutas y la pertenencia en las asociaciones de víctimas resultó ser importante. Las quejas se presentan generalmente a las autoridades eclesiásticas y a las referencias internas. En el caso de Vanier, son los nuevos directores del Arche quienes lo cuestionan al respecto, obteniendo admisiones limitadas. Recién cuando las denuncias se hacen públicas y son recogidas por los medios de comunicación, se inician los procesos internos y externos correspondientes.

    Muy delicada es la reflexión sobre la comunicación espiritual más amplia, a través de libros, entrevistas y videos, particularmente extensa en lo que se refiere a Vanier.

    La insistencia en el acompañamiento, la alianza y la comunión tienen plena legitimidad en la comunicación eclesial. Sólo un ojo más atento percibe la presencia de raíces enfermas que retroceden a las desviaciones originales. Se podría hablar de dos niveles distintos: «El primero se basa en una mística íntima, secreta, derivada del «matrimonio espiritual» con las deformaciones ya indicadas. El segundo piso revela una espiritualidad de compromiso con los pobres, reconociéndoles un papel eminente para la conversión y transformación de las relaciones en la sociedad”.

    Los estudios avalan unánimemente la modalidad y la intencionalidad que guió la comisión autónoma de investigación de abusos, dirigida por Jean-Marc Sauvé.

    Hasta aquí la noticia.

    Conclusión nuestra:

    Después de leer artículos informativos como el presente, no nos cabe ninguna duda, más bien todo lo contrario: nos reafirmamos en la necesidad apremiante de denunciar todos los abusos dentro de la iglesia. Muchas aberraciones como éstas se siguen perpetuando justamente por «el silencio de los buenos»

  • Las autoridades de la Iglesia se desentienden y no responden: ¿Qué hacer entonces?

    Las autoridades de la Iglesia se desentienden y no responden: ¿Qué hacer entonces?

    Noticias de abusos en la Iglesia nunca faltan, y menos en estos últimos tiempos.

    Los casos del obispo Zanchetta y del reciente Padre Rupnik son un actual e innegable ejemplo.

    Evidentemente, la Iglesia ha tomado una política de callar y encubrir casos que, a todas luces, es la peor. ¿Acaso disminuirán el escándalo por esconderlo? Sabemos que es todo lo contrario: el escándalo aumenta cuando se ocultan y encubren los casos.

    Y la máxima autoridad en la Iglesia lo sigue haciendo: Ya lo hizo con Zanchetta; ahora lo hace con Rupnik.

    Hoy queremos dar a conocer a nuestros lectores esta lamentable política que se viene aplicando, y que no es en absoluto distinta a la utilizada con el fundador del Verbo Encarnado, el Padre Carlos Miguel Buela.

    Contacta una de las víctimas del jesuita Ivan Rupnik con el portal italiano Left para contar que ella y otras tres monjas de la congregación del sacerdote artista escribieron sendas cartas al Papa, cartas que nunca recibieron respuesta.

    El Papa Francisco recibió cuatro cartas de otras tantas ex monjas de la comunidad del comisariado. “Una era mía”, dice la víctima que se ha puesto en contacto con Left, y que ofrece un extracto de la misiva: “En los últimos años las pocas vocaciones de la Comunidad de Loyola han venido sobre todo de Brasil y África. Son niñas frágiles por cultura y por historias personales muy complejas y dolorosas, que pueden quedar atrapadas más fácilmente en relaciones de dependencia y sumisión absoluta, según una forma malsana (tanto desde el punto de vista religioso como antropológico) de concebir el valor y la práctica del voto de obediencia y del propio carisma comunitario, entendido como «disponibilidad a los Pastores”.

    Cada vez es más evidente que “la adicción y el maltrato psicológico son muy difíciles de probar y que por ello se configuran como una forma de maltrato aún más grave”, prosigue la exmonja. Un dolor silencioso, que hace a la víctima aún más frágil y expuesta porque no es creída, no reconocida; o porque se considera responsable de su condición.

    El Papa Francisco nunca contestó a esta o a las otras tres cartas. Además, denuncia la fuente, “llevamos meses esperando el resultado de la investigación de Libanori, el jesuita encargado sobre el proceso a Rupnik, sobre la Comunidad de Loyola”.

    Un silencio inexplicable. «Hoy la Comunidad Loyola prácticamente ya no existe, pero sabemos que la fundadora, Ivanka Hosta, y sus seguidoras se han mudado a Braga en Portugal”, aclara la víctima anónima citada por Left. “Aquí, a pesar de la investigación y todas las prohibiciones que siguieron, hubo un intento de que una niña brasileña tomara los votos perpetuos. Su hermana está desesperada porque se dio cuenta de que todo es una estafa y está muy preocupada porque le impiden contactarla. Aquí también está toda la dinámica de una secta: ha habido un alejamiento de la familia que no es del todo voluntario, hay un impedimento para cualquier contacto con el mundo exterior, hay una situación de fragilidad interior, y hay dudas que han llevado a esta chica a un paso de rendirse. Dudas que desaparecen con mucha culpa por haber vacilado, frente a algunas de las figuras de autoridad, figuras claves de la Comunidad Loyola”.

    Al igual que estas monjitas, nosotros también seguimos esperando la justicia del Vaticano con el Padre Buela y un saneamiento de su “fundación”. Mientras tanto… ¿qué hacer?

    Por supuesto, no sólo esperar, sino, sobre todo, continuar.

    Continuar con las denuncias, seguir con la política acertada de dar a conocer la inmoralidad de los inmorales y procurar la correspondiente justicia; denunciar en los tribunales civiles, no dejar de escuchar y defender a las víctimas, en simples palabras: seguir haciendo lo que venimos haciendo en este blog.

  • Un análisis imperdible sobre los abusos en la Iglesia

    Un análisis imperdible sobre los abusos en la Iglesia

    Creo que casi todos los lectores estarán al tanto de las distintas y recurrentes noticias de abuso sexual dentro de la iglesia, y no se estarán desayunando con ninguna nueva sobre este desagradable tema.

    Hoy queremos ofrecerles un artículo de Domenico Marrone que nos ha parecido excelente en su análisis, y muy actual con lo que respecta al caso Rupnik, el más actual y escandaloso del decadente pontificado de Francisco. Los dejamos con el texto:

    En el ámbito eclesiástico, en los últimos años se han registrado abusos sexuales y abusos espirituales, entendidos como el ejercicio del poder, la sumisión y la dignidad vulnerada, explotando la fe de la víctima como contexto de cobertura. El caso Rupnik nos ha dejado atónitos e incrédulos.

    El asombro también lo determina el hecho de que estamos en presencia de un artista talentoso y de renombre internacional. Picasso afirmó que «el arte tiene el extraordinario poder de sacudir el polvo acumulado en la vida cotidiana del alma». Creemos en esta afirmación, pero, al mismo tiempo, sentimos que nuestra alma está como abrumada por una tormenta de arena y polvo.

    El caso Rupnik

    Entendemos el poder que está en manos del arte y los artistas. El verdadero artista tiene una sensibilidad particularmente desarrollada y su genio se realiza a través de un análisis social, civil y religioso muy profundo y agudo. El artista es un intelectual con un papel que conlleva una gran responsabilidad humana y social.

    El artista es el vocero de pensamientos éticos, religiosos, sociales y humanos que pueden ayudar a construir un mundo mejor alrededor de las personas. La del artista es una verdadera misión comunitaria. Los artistas pueden ayudar a ser más felices y a redescubrir un entusiasmo positivo capaz de cambiar a las personas desde dentro.

    Entendemos cuál debe ser el papel ético del artista y qué importante responsabilidad social tiene que gestionar. En el caso Rupnik surgen cuestiones de no poca importancia: ¿rechazar las obras de los artistas inmorales? ¿Atribuir la ética del autor a sus obras? ¿Es correcto disfrutar de obras de arte hechas por personas inmorales? Éstas son solo algunas de las preguntas que abrumadoramente surgen ante el lamentable caso.

    Sentimos el desenlace dramático de una arrogancia prometeica disruptiva y devastadora de una concupiscencia insaciable y lujuriosa de un solo hombre, encerrado en la prisión de un narcisismo trágico, en un vano intento de ponerse en el lugar de Dios usurpando su poder. Estamos en presencia de una decidida perversión del espíritu y/o del enmascaramiento de una perversión sexual (y las dos cosas suelen coincidir). Estamos en presencia de una mística orgiástica.

    Abuso: un incesto espiritual

    Inmediatamente debemos señalar que los abusos perpetrados tienen un rasgo que puede calificarse de incesto espiritual. De hecho, fueron cometidos -si se establece la imputabilidad- precisamente por quien debería haber sido la transparencia encarnada de la paternidad de Dios y la maternidad de la Iglesia para aquellos de quienes en cambio abusó escandalosamente.

    Y tales abusos son también espiritualmente orgiásticos, siendo el protagonista también un hermano en la misma fe por su común bautismo. Justificó las acciones desviadas en sus ojos. Abusó del papel de «padre espiritual» para imponer actos eróticos a personas subyugadas y sin libertad.

    También se hace referencia impropiamente a una excomunión latae sententiae para la absolución del cómplice. Pero ¿se puede considerar cómplice a una persona sometida y no libre? ¿No sería más apropiado hablar de violación y uso fraudulento, con el único fin de obtener ganancias sexuales, del discurso religioso, de teología desviada y corrupción de las almas? Necesitamos deconstruir las «justificaciones» de la casuística hipócrita.

    Si nos limitamos a la indignación (y esto es necesario, ante tal acumulación de escándalos internos), si nos conformamos con explicaciones psicológicas o psiquiátricas (que en todo caso son parte del problema), corremos el riesgo de perdernos lo esencial: el vínculo directo entre el abuso espiritual y el abuso sexual.

    Los depredadores sexuales operan dentro de las estructuras eclesiales sobre almas inocentes sedientas de Dios, no fuera, al margen de las sexualidades imposibles, sino al contrario en el seno de sus misiones religiosas.

    Estos escuchan confesiones, dirigen las conciencias para torcerlas mejor y devolverlas a sus perversiones. Se aprovechan de su ascendencia religiosa, de su posición de dominio (fundador, sacerdote o en todo caso «padre espiritual») para practicar no sólo violaciones de la conciencia, violaciones de la inocencia, de la frescura del alma, del cuerpo y del espíritu, sino también para justificar todo esto en nombre de la religión.

    Perversión de la palabra religiosa

    Entonces se comprende mejor por qué la perversión sexual interviene en el proceso de perversión del discurso religioso: se necesita el dominio espiritual sobre un alma inocente para corromperla; se necesita el poder del secreto religioso y la iniciación en los misterios de Dios para conducir a las víctimas a esa muda impotencia; se necesita el poder de la gracia de Dios para borrar todo. Este uso de Dios para fines de humanidad diabólica mantiene al pervertido en la ilusión de una justificación diferente, de una «relación especial» que estaría más allá de las reglas morales.

    Es sobre todo una perversión espiritual. La víctima debe consentirlo. La violación se convierte en una “relación especial”. La moral se desvanece en favor de la «misión». Para pasar la repugnante página de los abusos, la cuestión de la manipulación espiritual en la Iglesia todavía necesita ser abordada, a través de sus instrumentos (confesión, dirección/acompañamiento espiritual), sus discursos.

    Incluso más allá de las flagrantes perversiones, estas herramientas siempre deben manejarse con precaución, y los discursos deben hacerse con el mayor respeto por las personas y la mayor consideración por la integridad (espiritual, psíquica y física) de las personas.

    ¿Cuál es la relación entre el abuso espiritual y el sexual? El abuso espiritual y sexual están estrechamente entrelazados. El abuso espiritual es a menudo la estrategia de preparación, es decir, la estrategia de iniciación del abusador para prepararse y justificar el abuso sexual.

    Abuso espiritual

    En comunidades organizadas jerárquicamente o en relaciones donde hay un superior y un subordinado, siempre existe la posibilidad de conflictos. En la búsqueda de una definición adecuada de cuándo se produce un abuso de poder, de autoridad o espiritual, es necesario ante todo advertir que cualquier dificultad con el respeto a la autoridad en la jerarquía eclesiástica no es ya en sí misma un abuso.

    Hablamos de maltrato espiritual cuando en un contexto religioso se rebasan los límites de la dignidad de la persona, que el Creador ha trazado para el hombre como persona, de tal forma que se restringe su espacio vital físico, espiritual e íntimo. Esto ocurre de manera manipuladora y sin el consentimiento del individuo, para que bajo el pretexto de la espiritualidad en el sentido más amplio de la palabra sea humillado o anulado.

    El límite del abuso es cuando la persona en el cargo de superior abusa del poder y la autoridad para satisfacción personal e ingresa al espacio íntimo y espiritual de la persona subordinada, utilizando diferentes formas de manipulación e intimidación.

    La primera característica del abuso espiritual es la violación de los límites. La violación de los límites espirituales viola la privacidad de una persona. La persona pierde el espacio de protección que merece su dignidad. Aquí tienen lugar las cosas más íntimas de la vida espiritual. En las comunidades, esto, aterradoramente, a menudo toma la forma de un acompañamiento que se ofrece, incluso se permite, solo dentro de la comunidad.

    Aquí se fusionan las áreas del foro interno y del foro externo, estrictamente separadas por el derecho canónico. Las estructuras incestuosas se desarrollan muy fácilmente en las comunidades.

    Toma el lugar de Dios

    Según Klaus Mertes, el abuso espiritual se basa en una profunda confusión en la relación entre el guía espiritual y la voz de Dios, lo que puede dar lugar a las siguientes anomalías. El superior o compañero confunde al subordinado para que éste lo confunda con la voz de Dios. Una segunda posibilidad es que el mismo superior o compañero sustituya la voz de Dios. En cambio, una tercera variante de abuso espiritual conduce a la sustitución combinada de roles de las dos primeras posibilidades. Esto quiere decir que el superior se considera enviado por Dios en quien el subordinado debe creer y seguir, pero el mismo subordinado también lo ve bajo esta luz.

    Este tipo de abuso puede incluir manipulación y explotación, imposición de responsabilidades falsas, censura de decisiones, demandas de secreto, coerción, control bajo el disfraz de la voluntad de Dios, demandas de obediencia, subrayar la posición excepcionalmente privilegiada o sublime de los subalternos, el aislamiento como un instrumento de castigo, superioridad y elitismo.

    Es característico del abuso espiritual que la persona superior lesione al sumiso en el ámbito de su autonomía personal y libertad en un contexto religioso. Este abuso puede manifestarse en forma de abandono espiritual, donde la persona subordinada es privada de las posibilidades de crecimiento espiritual, como manipulación espiritual o como violencia espiritual.

    Un tipo de comportamiento sutil y oculto es propio de la manipulación espiritual, donde la persona subordinada es engañada, recibe información incorrecta sobre su comportamiento, para que no se dé cuenta de que le están quitando su autonomía, es decir, su libertad personal.

    En la violencia espiritual hay un control total del otro que debe seguir las indicaciones, aceptar los ideales presentados, limitar severamente los contactos con los demás, someterse al control en la vida cotidiana, por ejemplo, en la comunicación con los demás. Tal forma de abuso puede durar mucho tiempo hasta que la persona subordinada reconoce su autoridad y poder al superior, es decir, hasta que logra escapar del círculo de cautiverio.

    Los abusos espirituales, de los que la Iglesia sólo en los últimos años ha tomado conciencia de manera más integral y completa, pueden afectar al individuo o a las comunidades. Ocurren en un ambiente de fe, donde bajo el pretexto de escuchar a Dios, representado por el guía espiritual o superior, ejerce poder sobre los demás.

    Violencia sexual y violencia espiritual

    El abuso espiritual puede relacionarse con el abuso sexual y puede ser un preludio del mismo, aunque esto no es una regla. Ambos pueden manifestarse como formas independientes de abuso. La característica de ambos es la relación asimétrica entre el responsable y el subordinado, por lo general se trata de abuso espiritual en sistemas cerrados con una organización estrictamente jerárquica.

    Aquí se debe enfatizar que la violencia sexual en un contexto religioso es difícil de entender sin conocer la naturaleza y el contexto de la violencia espiritual. Las personas frágiles y en riesgo que son presa fácil de este tipo de abusadores, son especialmente los novatos en las comunidades religiosas, los conversos, las personas con ideales elevados, las comunidades carismáticas y religiosas con reglas confusas sobre el papel de los miembros individuales y los órganos de gobierno.

    La principal característica del maltrato espiritual es la pérdida de la autonomía espiritual personal, por lo que el maltratador desprecia a la víctima, la manipula y ejerce violencia contra ella. Aquí siempre está en evidencia la pregunta por Dios y la fe, por lo que se abusa de lo que es de Dios en la relación con el otro para satisfacer necesidades personales.

    Al igual que el abuso sexual, la dinámica del abuso espiritual también es tal que posteriormente la víctima, si no procesa los traumas, puede convertirse en perpetrador del abuso y asumir sin saberlo los modelos de comportamiento de los abusadores, repitiendo en el rol de gobierno lo que ha sufrido como víctima.

    ¿Cuáles son las causas del abuso contra la mujer? El primer requisito es un desequilibrio de poder. Las mujeres adultas a menudo son abusadas en las relaciones pastorales. El adicto suele tener una confianza enorme en el agresor, puede ser manipulado. El agresor utiliza el poder para transformarla en un objeto con el que puede hacer lo que quiera.

    En el caso de los sacerdotes entra en juego el exceso de poder sobre las mujeres. Las mujeres piensan: «Estoy bien cuando sirvo y no digo ‘yo’ demasiado alto». El abuso sexual a menudo no se trata de la satisfacción de impulsos, sino más bien de la necesidad narcisista de manipular a una persona hasta el punto de quebrantar su voluntad.

    De la confianza a la agresión sexual

    El abuso viene lentamente, no sucede de inmediato. Los atacantes generan confianza y se vuelven indispensables. Le dicen a la víctima que ella es la persona más importante en la vida y empieza a creérselo y se vuelve adicta. Sólo entonces se producen los ataques. Los afectados ya sienten que esto no es bueno para ellos, pero su percepción está tan anulada que ya no pueden encontrarle sentido.

    En las comunidades, los miembros se encierran en sí mismos y esto resulta en intimidación y aislamiento. Y de repente no queda nadie para que el afectado cuente lo que está pasando. Los atacantes les dijeron cuál era la voluntad de Dios para ellos y tenían que obedecer.

    Es difícil definir el abuso sexual; hay varios intentos de una definición especializada. El concepto de abuso (del latín, abusus) en el sentido más amplio del término significa una actividad o acto contrario a las normas sociales vigentes, a las normas humanas generalmente aceptadas y contra la dignidad de la persona humana.

    Indica la explotación de su condición para beneficio personal o para una acción ilegal que causa daño material o inmaterial a sí mismo y a los demás. Es el uso incorrecto o negativo, es decir, el abuso de la propia condición en contraposición a la finalidad del cargo encomendado. El abuso se caracteriza porque su acción es planificada e intencional, lo que también se aplica a la dinámica del abuso sexual.

    El abuso sexual es cualquier acción no verbal, verbal o física que atente contra la dignidad y traspase los límites de otra persona de cualquier edad o género con el propósito de lograr placer sexual o perpetrar violencia. Es todo contacto o interacción física, acción visible, verbal o psicológica entre un menor y un adulto, o entre dos adultos, cuando el maltratador utiliza al otro contra su voluntad como medio de excitación sexual.

    Trauma y poder

    La violencia sexual es una de las experiencias existenciales más traumáticas y deja profundas heridas. Cuando hablamos de violencia sexual, primero pensamos en la violación, que sin embargo representa solo un aspecto mínimo en el contexto de este tipo de violencia. La mayoría de los abusos son otros mecanismos anteriores de dependencia en las relaciones y la demostración de poder sobre víctimas particularmente seleccionadas.

    Sólo cuando miramos la experiencia interior de la víctima, con la que el agresor se comporta como ella no quiere, nos damos cuenta de que se trata de violencia. En esta condición la víctima no logra desarrollar ni reconocer su propia voluntad, y menos aún hacerla valer.

    Las experiencias de los psicoterapeutas atestiguan que en todos los casos de abuso sexual hay una larga preparación que comienza en primer lugar en la fantasía del abusador. En primer lugar, el abuso sexual es un abuso de confianza, es decir, un abuso sentimental, que sólo puede alcanzar el nivel físico en un paso posterior, como es propio en particular de los miembros de la familia o de quienes abusan entre las filas del clero, que goza de gran confianza entre la gente. El abuso a largo plazo, aunque sea sólo sentimental, y la adicción a las relaciones pueden tener consecuencias incurables.

    Cuanto más dura el abuso, peores consecuencias deja para la víctima, dañándola espiritualmente hasta el punto de no poder vivir con normalidad. La víctima, que para el maltratador no es una pareja de igual a igual, sino un puro objeto sexual, es asaltada por graves sentimientos de culpa y vergüenza, por lo que suele presentar trastornos alimentarios y dificultades para cumplir con los deberes cotidianos, el sueño y las relaciones en general.

    Por lo general, la víctima ve en escapar de la trampa su salvación, pero el escape solo puede ser interno, frente a sentimientos de culpa personales, y no frente al abusador. La huida del cuerpo, de la condición y de la experiencia personal lleva a la persona maltratada al extrañamiento de sí mismo y a la soledad, lo que puede llevar a tal confusión que ya no permite una evaluación correcta de las propias percepciones, ni confiar en ellas.

    Los perpetradores de violencia sexual a menudo son adictos a la sexualidad. La adicción es una enfermedad caracterizada por la repetición y agravamiento de conductas nocivas. Las características de la adicción son la embriaguez, la repetición y el aumento de la dosis, los excesos y las caídas del humor, la incapacidad para detener la conducta patológica a pesar de la conciencia de su nocividad y la reacción de abstinencia. La persona adicta nota la conducta dañina y quiere parar, pero fracasa, porque de lo contrario viviría una crisis de abstinencia.

    No casos sino una cuestión estructural

    La violencia sexual no es sólo una cuestión de casos individuales, sino un fenómeno generalizado y un problema estructural. En ocasiones, las instituciones eclesiales han ofrecido un entorno propicio para ejercer la violencia sexual y ocultar a los perpetradores contra jóvenes y adultos de ambos sexos que, bajo el pretexto de la espiritualidad y la vida de fe, han abusado del cargo y la autoridad encomendados para ejercer el poder y descargar sus impulsos sexuales en niños, jóvenes y adultos.

    Un gran desafío para la Iglesia es el reconocimiento de la culpa y la aceptación de la responsabilidad. Ocultar el problema debe ser cosa del pasado: se necesita honestidad, verdad y transparencia.

    Concluyo volviendo a la pregunta inicial sobre los criterios de valoración del arte. Cada vez que salen a la superficie las turbias fechorías de los ídolos del panteón del arte, uno se pregunta: ¿es correcto separar la obra del artista?

    Detrás de la cándida efigie de alguien que ha hecho de la pureza y de la sublimidad el principio de sus creaciones parecería en efecto esconderse un alma muy limpia. Los hechos que se han conocido han arrojado luz sobre los lados oscuros de una personalidad ambiguamente siniestra, que supuestamente explotó su autoridad para ejercer un control perverso sobre el cuerpo y el alma de las mujeres. De ahí la inquietante hipótesis de los actos sexuales consumidos sin su consentimiento.

    La imagen de Rupnik y su producción artística

    Luego viene la gran pregunta que es difícil de responder en monosílabos: ¿es correcto que esto repudie, en retrospectiva, el invaluable legado que este artista del mosaico ha donado a la historia del arte sacro mundial? ¿Es legítimo condenar sus tan alabados mosaicos, ahora que su imagen se ve comprometida por supuestas (o ciertas) acusaciones de abuso sexual y espiritual? Después de la noticia de los abusos, ¿es realmente posible, por tanto, poder contemplar sus mosaicos con el corazón alegre, sin dejarse arañar por una sensación de malestar por los abusos cometidos por el autor? ¿Se puede omitir este “detalle” de su vida privada?

    Mantener el foco en el producto creativo más que en el autor, ¿no significa acaso abdicar de la responsabilidad educativa y de la influencia que el arte y sus representantes ejercen en la vida de sus usuarios? ¿No sería adecuado tomar distancia para evitar que tales abusos se legitimen?

    De hecho, si en los últimos años ha crecido la conciencia en el debate público sobre actitudes que ya no se normalizan como en el pasado, habiendo cambiado -afortunadamente, añadiría- los estándares de aceptación en los circuitos artísticos, es difícil aceptar que lo que amamos es hijo de distorsiones debidas a personalidades autoritarias que se esconden detrás de una creación artística que ha atemperado nuestro gusto a lo largo de los años y trazado nuestras coordenadas en la geografía de la producción artística.

    Por lo tanto, si defender el arte por el arte significa hacerlo en detrimento de sujetos violados en su dignidad humana, además de físicamente, tal vez deberíamos repensar los límites de nuestra aceptación. Deberíamos escuchar a quienes no se sienten a gusto con ese encanto tan idolatrado en sus mosaicos. También tenemos el deber de diseccionar los efectos de esas obras en la comunidad eclesial y cuestionarnos.