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  • «Solicito al Dicasterio para el clero, investigue al P. José María Corbelle por abusos sexuales a mi persona y otras religiosas».

    «Solicito al Dicasterio para el clero, investigue al P. José María Corbelle por abusos sexuales a mi persona y otras religiosas».

    Desde hace un tiempo atrás el Vaticano envió religiosas visitadoras al Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará, por las continuas denuncias sobre muchas irregularidades que se vienen tapando a lo largo de estos años dentro los muros del convento: Abusos psicológicos, manipulación, abandono de persona y hasta abusos sexuales en algunos casos.

    Son cientos de religiosas, las que abandonaron la vida religiosa en esta orden, la gran mayoría con mas de 25/30 años de vida consagrada. Hoy muchas de esas hermanas están dispuestas a no callar más y enfrentar con la verdad lo que realmente se vive dentro de la rama femenina de la «Familia» del Verbo Encarnado.

    De los muchísimos testimonios que llegan a nuestra redacción, hoy compartiremos el testimonio de 4 ex-Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, quien con mucho dolor están dispuestas a contar la cruda realidad de lo que vivieron dentro. Ingresaron como tantas otras con grandes deseos de santidad y servicio, pero la realidad que vivieron fue otra. Hoy se presenta el testimonio de algunas de ellas, con votos perpetuos; una de ellas hasta llego ser parte del consejo general en Roma, otras grandes misioneras, que decidieron no callar más para que mas personas no salgan dañadas.

    Yamile Peralta (ex Hna. María Clemens)

    17 años de vida religiosa, misionera en Medio Oriente, fue superiora de las Servidoras en la Franja de Gaza. Ella nos relata su historia vocacional dentro de las SSVM, la manipulación en su vocación religiosa y las tristes consecuencias en su vida. Ella, la mayor de 5 hermanas de sangre religiosas, que ingresaron también a la misma congregación y que luego de muchos años de vida religiosa fueron abandonando de a poco el convento, solo quedando una. Yamile nos explica las manipulaciones por parte de los directores espirituales y lo que tuvo que ver durante esos 17 años dentro de las Servidoras.

    Laura Campo (ex Hna. María del Milagro)

    Laura, con más de 30 años de vida religiosa, tuvo que dar un paso al costado de la Congregación, luego de haber sufrido en sus ingreso al Instituto, abusos sexuales por parte de un sacerdote del IVE (rector del seminario mayor en ese momento). Su relato es desgarrador. Cuenta la manipulación que se hizo con su caso para callar la verdad, y como fue testigo del sufrimiento de otras religiosas que también fueron abusadas por este sacerdote. Laura tiene una vasta experiencia en la congregación ya que fue parte del gobierno general, y superiora de muchas comunidades. Hoy nos relata toda la verdad dentro de los muros de las Servidoras y nos revela los culpables de tapar los abusos.

    Mónica Cobos (ex Hna. María delle Piaghe di Gesu)

    Mónica ingresó a los 18 años, y salió a los 41 años. Sin estudios válidos, sin obra social, sin aportes jubilatorios, sin una casa y enferma. Enfermedad a causa del estrés sufrido dentro de la congregación, cuando en los comienzos, las servidoras atendían un hogar de niños con más de 120 niños (en San Rafael, Argentina). Atendidos solo por 10 religiosas, donde ella era la vicaria (segunda superiora al mando), entregó toda su salud en las distintas obras de las Servidoras. Cuenta las diferentes situaciones que tuvo que pasar, donde ella se cansó de hablar todo lo mal que veía, y nunca había cambios. Hoy, las Servidoras le niegan cualquier tipo de ayuda, como a la mayoría de las que salen. Mónica abre su corazón y expresa todo lo que le hicieron vivir durante más de 20 años.

    Kelly Sue Fitzharris (ex Hna. María Lumen)

    Kelly, una americana que ingresó a las SSVM en Estados Unidos y al poco tiempo fue nombrada superiora en una comunidad de Harlem, Nueva York. La superiora provincial le asignó a su comunidad una religiosa de votos perpetuos, enferma psiquiátricamente y le prohibió decir a las demás hermanas su estado de salud; lo que desencadenó una situación de desorden y desentendimientos dentro de la comunidad.

    La ex superiora M. Lumen acabó por sufrir un colapsó en su sistema nervioso y decidió irse. En su crudo relato cuenta el stress de una vida religiosa acelerada y superficial.

  • Carta del Card. Santos Abril, comisario pontificio y superior general del IVE (diciembre de 2023) – 3 – Anexo 2 – Fuero interno

    Carta del Card. Santos Abril, comisario pontificio y superior general del IVE (diciembre de 2023) – 3 – Anexo 2 – Fuero interno

    Para ver la parte 1 (Carta del Cardenal) y la parte 2 (Anexo 1 – Reunión del Consejo General del IVE)

    Sin entrar en las distinciones entre abuso de conciencia, abuso de poder y abuso espiritual, mirado desde la óptica del victimario, el abuso espiritual es una clara deformación de su rol propio, que es la salvación de las personas a través de su cuidado. Revestirse indebidamente de la autoridad divina para utilizarla para fines ilegítimos es una forma de suplantación. El carácter absoluto de la autoridad suplantada, la divina, hace que sea una forma particularmente grave de violación del oficio concedido. No es este el lugar para desarrollar una teología de la mediación, pero es claro que usurpar el lugar de Dios es una evidente transgresión de los límites que tiene toda mediación humana de la autoridad divina.

    Se puede definir el abuso espiritual como «una forma de abuso emocional y psicológico. Se caracteriza por un patrón sistemático de comportamiento coercitivo y controlador en un contexto religioso. El abuso espiritual puede tener un impacto profundamente dañino en aquellos que lo experimentan. Este abuso puede incluir: manipulación y aprovechamiento, rendición de cuentas forzada, censura de la toma de decisiones, exigencia de secreto y silencio, coerción para amoldarse, control mediante el uso de textos o enseñanzas sagradas, exigencia de obediencia al abusador, la suposición de que el abusador tiene una posición ‘divina’, aislamiento como medio de castigo, superioridad y elitismo».

    Además de lo indicado en referencia a los religiosos y religiosas, dado que siguen llegando quejas en este sentido, sobre todo de los formandos, es necesario recordar una vez más a todos los religiosos, especialmente a los Superiores, algunas de las normas que se refieren al fuero interno y a la obligación de no confundir entre fuero interno y fuero externo:

    1. Can. 630 §1: Los Superiores reconozcan a los miembros la debida libertad por lo que se refiere a la dirección espiritual, sin perjuicio de la disciplina del instituto. La libertad de los religiosos en cuanto se refiere a la dirección espiritual y a la confesión es fundamental. Los Superiores no pueden obstaculizar, sino que deben positivamente reconocer y tutelar este derecho de los religiosos. Por lo que a esta libertad se refiere, el único límite que hay, para disponer las cosas ordenadamente y evitar eventuales abusos, es la disciplina del Instituto. A nadie se puede imponer un confesor o un director espiritual concretos.
    2. Can. 630 §3: En los monasterios de monjas, casas de formación y comunidades laica/es más numerosas, ha de haber confesores ordinarios aprobados por el Ordinario del lugar, después de un intercambio de pareceres con la comunidad, pero sin imponer la obligación de acudir a ellos. La obligación del Superior es que haya confesores disponibles, pero no pueden obligar a los religiosos a que acudan a ellos. Además, dado que el Instituto del Verbo Encarnado es un Instituto religioso clerical de derecho diocesano, el nombramiento de los confesores para las casas de formación (seminario menor, noviciado, seminario mayor…), aunque el confesor fuera un miembro del IVE, el nombramiento corresponde al Ordinario del lugar, no al Superior Mayor del instituto (cf. cann. 968 §2 y 969 §2).
    3. Can. 630 §4. Los Superiores no deben oír las confesiones de sus súbditos, a no ser que éstos lo pidan espontáneamente. No es casualidad que, al referirse a la mediación de la autoridad del superior religioso, se use la expresión «vices gerentes Dei», es decir, gobernar haciendo las veces de Dios (cf. can. 601) 2. Debe notarse, sin embargo, lo acotado de esta expresión al ámbito de la obediencia religiosa, que no es, en sentido propio, una obediencia de conciencia, sino sólo de voluntad. Es decir, se debe obedecer, en un ámbito restringido a aquello dispuesto por la normativa del instituto religioso, no porque en conciencia se considere que es el mejor curso de acción, sino porque el superior es el intérprete auténtico de esa normativa. La extensión del concepto de obediencia religiosa fuera del ámbito de aquellos vinculados por voto a obedecer es ciertamente ilegítima, lo cual no quiere decir que no se aproveche la ignorancia de los fieles en esta materia para sobrepasar los límites de la autoridad. Sin embargo, dado que supone una forma inadecuada del ejercicio de la autoridad, esto sería un abuso de poder.
    4. Can. 630 §5. Los miembros deben acudir con confianza a sus Superiores, a quienes pueden abrir su corazón libre y espontáneamente. Sin embargo, se prohíbe a los Superiores inducir de cualquier modo a los miembros para que les manifiesten su conciencia. El abuso de conciencia se da de suyo en el fuero interno, esto es, al margen de una relación de autoridad formal entre víctima y victimario. La Iglesia es plenamente consciente de este peligro, por eso establece la así llamada distinción de fueros, es decir impide la simultaneidad de la potestad de gobierno y la potestad sacramental o espiritual hacia una misma persona. Sin duda es posible, conviene recordarlo una vez más, servirse de la autoridad para obligar a actuar en contra de la conciencia o para coaccionarla, pero, en este caso, se trata primariamente de una forma de abuso de poder, puesto que la autoridad está actuando más allá de sus atribuciones. Por definición la autoridad, no puede ejercerse en el ámbito de la conciencia, sino sólo en el fuero externo. En otras palabras, es propio del abuso de conciencia darse en una relación de cuidado, asimétrica, donde una persona abre voluntariamente su conciencia a otra con el fin de recibir ayuda y no en una relación de autoridad. Por ello, la Iglesia establece en el Código de Derecho Canónico que, en las comunidades religiosas o similares los superiores no deben inducir en modo alguno a los súbditos a confesarse con ellos o a manifestarles la conciencia fuera de la confesión. El abuso espiritual y el abuso de conciencia comprometen la confianza, que es un presupuesto de la relación de autoridad en un contexto religioso o de una relación de cuidado.
    5. Can. 239 §2. En todo seminario ha de haber por lo menos un director espiritual, quedando sin embargo libres los alumnos para acudir a otros sacerdotes que hayan sido destinados por el Obispo para esta función.
    6. Can. 240 §1. Además de los confesores ordinarios, vayan regularmente al seminario otros confesores; y, quedando a salvo la disciplina del centro, los alumnos también podrán dirigirse siempre a cualquier confesor, tanto en el seminario como fuera de él.
    7. Can 240 §2: Nunca se puede pedir la opinión del director espiritual o de los confesores cuando se ha de decidir sobre la admisión de los alumnos a las órdenes o sobre su salida del seminario. Esto resulta obvio por una norma no sólo jurídica sino ética-sacramental, en la admisión al Orden sagrado, también por analogía en la admisión a la profesión religiosa, así como en la posible dimisión del seminario (o del Instituto) está absolutamente prohibido pedir la opinión al respecto a los confesores y directores espirituales.
    8. Can. 1378 §1. Quien, aparte de los casos ya previstos por el derecho, abusa de la potestad eclesiástica, del oficio o del cargo debe ser castigado de acuerdo con la gravedad del acto u omisión, sin excluir la privación del oficio o del cargo, quedando firme la obligación de reparar el daño. Es cierto que no existe la tipificación del abuso de conciencia en derecho canónico, pero se suele recurrir al can. 1378 para sancionarlo.
    9. Can. 1378 §2. Quien, por negligencia culpable, realiza u omite ilegítimamente, y con daño ajeno o escándalo, un acto de potestad eclesiástica, del oficio o del cargo, debe ser castigado con una pena justa según el c. 1336, §§ 2-4, quedando firme la obligación de reparar el daño4.

    Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2690: «El Espíritu Santo da a ciertos fieles dones de sabiduría, de Je y de discernimiento dirigidos a este bien común que es la oración {dirección espiritual). Aquellos y aquellas que han sido dotados de tales dones son verdaderos servidores de la tradición viva de la oración: Por eso, el alma que quiere avanzar en la perfección, según el consejo de san Juan de la Cruz, debe «mirar en cuyas manos se pone, porque cual fuere el maestro tal será el discípulo, y cual el padre, tal el hijo». Y añade que el director: «además de ser sabio y discreto, ha de ser experimentado. [ ..] Si no hay experiencia de lo que es puro y verdadero espíritu, no atinará a encaminar el alma en él, cuando Dios se Jo da, ni aun Jo entenderá» (Llama de amor viva, segunda redacción, estrofa 3, declaración, 30). El abuso de conciencia es también grave porque el ingreso a este sagrario5 requiere de suyo especial prudencia. De ahí que la Iglesia enseñe que este servicio requiere de competencias específicas que deben ser especialmente reconocidas. Por eso la cura animarum, por medio del oficio de párroco o del acompañante espiritual constituye un oficio que debe ser reconocido por la autoridad eclesiástica (cann. 239 §2; 521 y 630). El abuso de conciencia por parte de estos bautizados -especialmente constituidos para estas relaciones de cuidado- afecta la credibilidad de las mediaciones eclesiales, además de dañar la integridad psicológica -a veces física- de las víctimas.

  • Carta del Card. Santos Abril, comisario pontificio y superior general del IVE (diciembre de 2023) – 2 – Anexo 1 – Reunión del Consejo General del IVE

    Carta del Card. Santos Abril, comisario pontificio y superior general del IVE (diciembre de 2023) – 2 – Anexo 1 – Reunión del Consejo General del IVE

    Para ver la parte 1 (Carta del Cardenal) y la parte 3 (Anexo 2 – Fuero interno)

    Por la importancia de los temas tratados y de las decisiones tomadas, por medio de la presente se informa a todos los religiosos del Instituto del Verbo Encarnado de las decisiones tomadas en nuestra reunión del Consejo General del pasado 4 de diciembre:

    1. Modificación de las Provincias.

    El Comisario Pontificio con el consentimiento de su Consejo ha procedido a la incorporación por fusión (can. 581) de las Provincias Nuestra Señora de El Cisne (Ecuador) y Nuestra Señora de Chapi (Perú-Bolivia) en la Provincia Nuestra Señora de Aparecida (Brasil).

    Se continúa adelante con la reflexión y toma de decisiones respecto a la modificación de las demás Provincias.

    2. Nombramiento de Superiores Provinciales.

    El Comisario Pontificio, con el consentimiento de su Consejo, ha nombrado al

    • P. Andrew Whiting, Superior Provincial de la Provincia Inmaculada Concepción.
    • P. Alfredo Alós, Superior Provincial de la Provincia Nuestra Señora de Luján.
    • P. Carlos Goncalves, Superior Provincial de la nueva Provincia Nuestra Señora de Aparecida.

    El mandato de los nuevos Superiores Provinciales se iniciará el 1º de enero de 2024; la Profesión de Fe (can. 833, 8º) la emitirán ante los Obispos diocesanos de las sedes provinciales.

    3. Procedimiento para la elección de los Consejeros provinciales.

    Para las Provincias Inmaculada Concepción y Nuestra Señora de Luján se seguirán las normas aprobadas por el Dicasterio el pasado 30 de octubre:

    1. La Asamblea provincial elegirá cuatro consultores y dos suplentes.
    2. Para el Vicario Provincial se exigen al menos 10 años de profesión perpetua en el Instituto; para los demás Consejeros, son suficientes 7 años de profesión perpetua. En caso de que alguno de los elegidos no cumpla el requisito, el Comisario Pontificio con su Consejo, si lo estima oportuno, puede conceder la dispensa correspondiente.
    3. Los elegidos deben ser miembros incardinados en la Provincia. Se entiende por tales quienes figuraban en las listas enviadas por los Superiores Provinciales al Comisario Pontificio en julio/agosto de 2022.
    4. El primer Consejero que se elija desempeñará el oficio de Vicario Provincial.
    5. Al menos dos de los cuatro Consejeros no deben haber sido Consejeros en el mandato precedente.
    6. El Secretario Provincial y el Ecónomo Provincial serán elegidos directamente por el Superior Provincial de entre los cuatro Consejeros.
    7. Una  vez realizadas  las elecciones, serán  comunicadas  inmediatamente al Comisario

    Pontificio. Los Consejeros provinciales electos no pueden iniciar su oficio hasta que reciban la confirmación en el mismo por el Comisario Pontificio.

    En el caso de la Provincia de Nuestra Señora de Aparecida, al resultar de la unión de tres Provincias, se aprobó solicitar al Dicasterio competente permiso para proceder a la elección de los Consejeros para esta Provincia de la siguiente manera:

    1. El Vicario Provincial será elegido directamente por el Superior Provincial.
    2. Los otros tres Consejeros y sus suplentes serán elegido, uno por cada una de las anteriores Provincias, en las Asambleas que serán convocadas oportunamente por el Superior Provincial.
    3. Las demás normas serán las ya aprobadas por el Dicasterio el pasado 30 de octubre para las otras Provincias.

    4. Páginas web, blogs, redes sociales (instagram, facebook, etc.).

    Es una cuestión muy delicada, y varias veces objeto de comentario en nuestras reuniones del Consejo. La proliferación de páginas web, blogs y redes sociales, directa o indirectamente relacionados con el IVE, a través de los cuales, muchas veces de manera anónima, se emiten todo tipo de opiniones, que en tantas ocasiones dejan mucho que desear. La situación se hace más grave porque estas páginas sirven como información, formación y adoctrinamiento para los religiosos, religiosas y laicos de la familia del Verbo Encarnado. Un punto muy concreto, pero que nos da claridad sobre el modo de actuar que tienen estas páginas, es el hecho de que en ninguna de ellas se hace referencia a que el IVE está, desde hace más de cuatro años, bajo un Comisario Pontificio, por decisión del Papa Francisco.

    Se recuerda a todos, especialmente a quienes tienen responsabilidad en las labores de gobierno, Superiores Provinciales y Locales, la responsabilidad que tienen de conocer y controlar estas páginas y a quienes están detrás de ellas y, en todo caso, recordar la obligación que el can. 832 establece: que los miembros de los Institutos religiosos, para poder publicar escritos que tratan de cuestiones religiosas o morales, necesitan la autorización de su propio Superior Mayor.

    5. Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará.

    El Directorio de Gobierno del Instituto del Verbo Encarnado, en sus números 232-238 indica quiénes son los encargados de «velar» por la Rama Femenina: a nivel de congregación, el Padre Espiritual; en cada Provincia el Asesor Espiritual; en cada Casa Local el Consejero Espiritual. Se indica además, que estos religiosos tienen una función de asesoría y que les corresponde formar, orientar, enseñar, dar criterios de discernimiento, etc. a las religiosas. Es importantísimo su papel en la formación de las religiosas y en la marcha espiritual de las comunidades. Deben asesorar autoritativamente. Sus juicios no deben ser dubitativos y su consejo no es un consejo cualquiera sino cualificado.

    Tratándose de un Instituto religioso diferente y autónomo, este tipo de intervención no parece ni prudente ni adecuado, menos en este momento en que el Instituto de las Servidoras se encuentra intervenido por la Santa Sede por medio de una Visita Apostólica; hay que evitar ser un obstáculo e interferencia para el buen desarrollo de la Visita Apostólica y de los fines que ésta debe alcanzar.

    En consecuencia, obtenido el consentimiento de mi Consejo, y habiendo oído a la Visitadora Apostólica, a partir de la presente cesan automáticamente en sus cargos y oficio, quedando prohibida la realización de nuevos nombramientos: el Padre Espiritual, los Asesores Espirituales, los Consejeros Espirituales, los Capellanes, Confesores y demás nombramientos en relación con el Instituto de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará.

    Para lo que se refiere al nombramiento de confesores (can. 630) y capellanes (can. 565), las religiosas deben seguir lo que indica el derecho común: el nombramiento de confesores y capellanes corresponde hacerlo al Obispo diocesano, no a los Superiores del Instituto del Verbo Encarnado y se debe reconocer siempre a los miembros la debida libertad por lo que se refiere al sacramento de la penitencia y a la dirección espiritual (can. 630 §1).

  • Carta del Card. Santos Abril, comisario pontificio y superior general del IVE (diciembre de 2023) – 1 – La carta al IVE.

    Carta del Card. Santos Abril, comisario pontificio y superior general del IVE (diciembre de 2023) – 1 – La carta al IVE.

    Para ver la parte 2 (Anexo 1 – Reunión del Consejo General del IVE) y la parte 3 (Anexo 2 – Fuero interno)

    Roma, 18 de diciembre de 2023.

    Prot. IVE 426/2023

    El sí de las promesas ha llegado, la alianza se cumple poderosa, el Verbo eterno de los cielos con nuestra débil carne se desposa. Misterio que sólo la/e alcanza, María es nuevo templo de la gloria, rocío matinal, nube que pasa, luz nueva en presencia misteriosa.

    (Himno de la Liturgia de las Horas}

    La celebración del Adviento, nos da la oportunidad de centrarnos en la preparación para el maravilloso misterio de la Encarnación, es decir, que Dios se haga humano, nazca en nuestro mundo y en nuestra historia en la persona de Jesús de Nazaret, para que nosotros participemos de su vida divina.

    En las circunstancias actuales no podemos evitar traer a nuestra mente la tierra y el pueblo en el que Jesús nació y vivió y que, en este momento de la historia, está experimentando y soportando un sufrimiento y una destrucción intolerables a causa de la guerra. No obstante, esta es la tierra y el pueblo que Dios eligió para que Jesús naciera y viviera su vida humana como el «Príncipe de Paz»; tampoco podemos olvidar las guerras en curso y otros conflictos violentos que causan sufrimiento y destrucción indecibles a personas, propiedades y a la naturaleza en otros lugares de nuestro mundo como, por ejemplo, Ucrania, Yemen, Siria, Libia, Afganistán, Sudán, Haití… por nombrar algunos. Como tantas veces nos recuerda el Papa Francisco estamos viviendo una guerra mundial a pedazos.

    El ¡Ven, Señor Jesús!, que nos acompaña a lo largo del Adviento sea nuestra sencilla oración de fe durante este tiempo santo y gozoso, en el que preparamos nuestras vidas y corazones para recibir a nuestro Salvador, Jesucristo, el Príncipe de Paz. En el ángelus de la reciente celebración de Cristo Rey el Papa Francisco decía»la oración es la fuerza de paz que rompe la espiral del odio, quiebra el ciclo de la venganza y abre caminos de reconciliación no esperados».

    Junto con mi Consejo nos unimos a todos vosotros en esta oración y súplica confiada: ¡Ven, Señor Jesús! Oración que se hace más cercana a todos los religiosos del Instituto del Verbo Encarnado que en Ucrania, Tierra Santa y demás lugares viven el horror de la guerra y de otras calamidades.

    Examinemos también cada uno de nosotros nuestro corazón y oremos: «Ven, Señor Jesús, modela mi corazón, para que sea signo e instrumento de tu paz».

    A todos os deseamos una feliz Navidad y próspero y santo año nuevo 2024.

    Cardenal Santos Abril y Castelló

    Comisario Pontificio del IVE

  • La Santa Sede disuelve la «Comunidad Loyola» cofundada por Rupnik

    La Santa Sede disuelve la «Comunidad Loyola» cofundada por Rupnik

    Reproducimos aquí este artículo publicado por InfoCatólica. Consideramos que esta congregación tiene muchas semejanzas con el grupo que nos atañe en este blog.

    (Agencias/InfoCatólica) La archidiócesis de Liubliana (Eslovenia), informó el viernes que el Dicasterio para las Instituciones de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica disolvió el 20 de octubre pasado la Comunidad Loyola. La decisión fue comunicada a las hermanas el 14 de diciembre por el padre Amedeo Cencini y la hermana Marisa Adami, actuales ejecutores vaticanos en este caso. Aunque las religiosas, al residir fuera del país, no pudieron acudir personalmente a la archidiócesis, se conectaron en línea para conocer el decreto de disolución, el cual deberá hacerse efectivo en el plazo de un año.

    El arzobispado de Liubliana explica que en 2019, el arzobispo Stanislav Zore realizó una visita a la Comunidad, de cuyos resultados se informó al dicasterio en febrero de 2020. Dado que la casa general está en Roma, el informe fue remitido a la diócesis del Papa, la cual nombró a un comisario, el obispo auxiliar y jesuita Daniele Libanori. En septiembre de 2022, monseñor Libanori envió sus conclusiones al Dicasterio de Vida Consagrada. Un año después, el 20 de octubre, se decretó la disolución debido a «graves problemas relativos al ejercicio de la autoridad y al modo de vida comunitaria».

    La Comunidad Loyola fue fundada en los años 80 por la hermana Ivanka Hosta y el entonces jesuita Marko Rupnik, siendo reconocida en 1994. Se acusa al sacerdote y artista Rupnik de abusos, principalmente contra religiosas de este instituto, que presentaron las primeras denuncias contra él.

    Rupnik dejó de ser capellán en 1993 y se trasladó a Roma con parte de las hermanas, fundando el Centro Aletti, una escuela de arte y teología donde también se han denunciado abusos. El vicariato papal declaró el 18 de septiembre que actualmente en el Centro Aletti «existe una sana vida comunitaria sin problemas particulares».

    El padre Rupnik fue expulsado de la Compañía de Jesús el 15 de junio de 2023 por no cumplir las obligaciones que le habían impuesto restringiendo su libertad de predicar ejercicios o retiros espirituales o desplazarse fuera del lugar de residencia establecido, como medidas sancionadoras y/o cautelares. Está incardinado desde agosto en la diócesis eslovena de Koper. El 27 de octubre, el Papa solicitó a la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el cardenal Víctor Manuel Fernández, que revisara en su totalidad el caso Rupnik tras conocerse el escándalo de que este obispo esloveno le había incardinado sin mayores problemas, después de haber sido excomulgado y perdonado, y haber sido expulsado de los Jesuítas.  

    En cuanto a la hermana Hosta, superiora general de la Comunidad Loyola desde 1994, tras ser investigada fue apartada del gobierno en junio pasado y no podrá contactar con ninguna hermana actual o anterior durante tres años. 

  • La Iglesia rechaza un recurso presentado por el IVE contra el Cardenal Santos Abril y Castelló

    La Iglesia rechaza un recurso presentado por el IVE contra el Cardenal Santos Abril y Castelló

    La casta carismática del Instituto del Verbo Encarnado se niega a obedecer a su nuevo superior general y su gobierno. La Iglesia toma medidas al respecto.

    El Cardenal Santos Abril y Castelló, actual superior general del Instituto del Verbo Encarnado, envió un extenso comunicado con fecha 21 de noviembre de 2023, explicando a todos los miembros las decisiones que se deberán llevar a cabo en orden a ayudar al IVE a poner en regla todo el desorden que durante años han tapado tanto el fundador como la «casta iveísta».

    En la misiva enviada, y que el lector podrá leer más abajo, solo remarcamos aquí la actitud contestataria del IVE, y la falta de obediencia que se transmite al resto; un grupo de superiores provinciales negacionistas que no quieren obedecer lo que el nuevo consejo general del Instituto les pide. No solo que no obedecen sino además critican y hasta se burlan como vimos en el video del provincial de Argentina, imitando al Cardenal y burlándose de el.

    El Padre Francisco (alias «Franco») Liporace, provincial del Instituto del Verbo Encarnado para el Norte de Europa, presentó un recurso de amparo al Comisario y al Dicasterio pidiendo que se revoquen las decisiones del Comisario.

    Recordemos que el IVE sin autorización del comisario se largó a fundar casas desde 2019 en adelante, tratando de expandirse lo máximo aunque sea con un solo miembro en la comunidad. Obviamente contrario a las Constituciones y sin autorizaciones de su actual superior general, el Comisario Pontificio. Lógicamente ante esto el Cardenal mandó a cerrar esas nuevas fundaciones.

    La casta que siempre comandó el IVE y quieren seguir siendo el gobierno en la sombra, rechazó esto a través de la figura del Padre Franco Liporace, compañero de curso de los Padres Gustavo Nieto, Ricardo Clarey, Diego Pombo , etc., y cercano al Cardenal McCarrick, con quien estuvo a cargo de la pastoral hispana en la Arquidiócesis de Washington (Estados Unidos). Digamos no es un novato, sino del grupo de la «casta intocable». Hoy levanta su voz en nombre de todos, Pero no recibió la respuesta que esperaba.

    Por supuesto el Dicasterio respondió recordando que el Comisario es el nuevo superior general y tiene todas las facultades para hacerlo, que el derecho canónico lo respalda y que ¡por favor obedezcan y se dejen ayudar y colaboren!

    Otro llamado de atención a las continuas desobediencias de este grupo que más actúa como una secta dirigida por unos 20 «manijeros» que no concuerda con lo que ellos mismos enseñan a sus súbditos y predican en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, el famoso «Sentir con la Iglesia».

    En el mismo comunicado, también el cardenal habla de:

    • Reorganizar las provincias, unificarlas (el Instituto del Verbo Encarnado llama «provincias» a agrupaciones de casas que en cualquier congregación religiosa normal no constituiría una provincia).
    • Revisar los tiempos de formación; de hecho no tienen estipulado el tiempo de postulantado; los que entran a los meses e incluso días reciben la sotana.
    • También hizo notar en la carta que aunque son muchos los que ingresan son muy numerosas las deserciones y se está sobrecargando de trabajos a los miembros.
    • Se decidió que a partir de ahora los seminaristas del seminario de Montefiascone, Italia para que se puedan ordenar deberán tener su formación filosófica y teológica en el seminario diocesano de Viterbo. Y esto se seguirá implementado en otras partes del mundo.

    Dentro de poco el Cardenal y su consejo anunciará los nuevos provinciales y delegados del IVE, que puedan ayudar en el crecimiento y cambio que el IVE debe hacer para dejar atrás su tendencia de silenciar los abusos.

    En fin, aunque el Cardenal trate de ponerles límites, no sé si el árbol torcido podrá enderezarse.

  • Miguel Fuentes: 30 años del teólogo irresponsable

    Miguel Fuentes: 30 años del teólogo irresponsable

    El Padre Miguel Fuentes, creador de la página Web «El Teólogo Responde», estudió en Roma teología moral y familia. Luego de sus estudios lo enviaron a San Rafael, al seminario mayor del Instituto del Verbo Enсarnado, donde prácticamente pasó toda su vida sacerdotal. Tal vez eso explica su carácter hosco y poco sociable: nunca fue destinado a una de las misiones que tiene el IVE, tampoco a parroquias con un trabajo pastoral en contacto con la realidad (la Parroquia «Nuestra Señora de los Dolores», que se sitúa dentro del predio del Seminario Mayor del Instituto del Verbo Encarnado en Argentina, no puede decirse que sea una parroquia como «normal», ya que es asistida por todo un seminario y es muy poca la concurrencia laical que tiene).

    Cuando el Instituto del Verbo Encarnado comenzó con muchísimos problemas morales entre sus miembros, fue el Padre Miguel Fuentes quien comenzó a tratar y asistir a cientos de religiosas y sacerdotes. Él mismo aconsejó y se hizo cargo de abrir la famosa residencia, una casa para el tratamiento de religiosos con problemas sexuales, depresión, problemas vocacionales etc… A todo aquel que tenía problema en su comunidad y que los superiores no sabían qué hacer se lo enviaba a esa residencia.

    El Padre Fuentes, junto a algunos laicos (el Dr. Jorge Randle, padre de varios religiosos del IVE) llevó a cabo esas dos casas: una para los sacerdotes, otra para las religiosas. Lamentablemente no todos los que han pasado por ahí tienen buenos recuerdos de esas «terapias», no aprobada ni por la iglesia, ni por las autoridades sanitarias argentinas.

    Un método de terapia al estilo de un ejercicio espiritual, con tiempos de silencios, de charlas de este mismo sacerdote y del que incluso medicaba en algunos casos, el Doctor Jorge Randle… todo en una ambiente de secreto estricto de los que pasan por ese lugar. Ya que son algunos meses sin conexión con el resto, aislados de todos.

    Aquellos que tenían un estado depresivo, lo alojaban en esa casa sin contacto con los demás, recibiendo sermones de todo lo mal que hicieron, haciendo penitencia, leyendo los libros solo permitidos pel Padre Fuentes, hablando en consulta solo con ellos… sin ver a nadie más.

    Un tratamiento muy cerrado que en algunos casos despues de meses de mal trato psicológico para algunos, lograron escaparse (literalmente) y luego de eso pidieron la dispensa de sus votos. De 30 religiosos que han pasado por esa residencia, solo el 3% agradece su paso por ahí; el resto tienen muy malos recuerdos, abrumadores para su psicologia cansada y enferma, por una vida religiosa totalmente estructurada y estresante.

    En este video que el sacerdote publica, se enorgullece de los 30.000 emails que respondio a sus preguntas ,ayudando a tantos laicos… Yo me pregunto, y le pregunto a los religiosos de su congregación:

    ¿Por qué no pudo dar respuestas a las tantas consultas que recibía de los religiosos que le contaban los abusos sexuales, psicológicos, los escándalos de que eran testigos en las misiones por parte de sacerdotes, por parte de algunos superiores enfermos, por falsas vocaciones que eran manipuladas?

    El mismo Padre Fuentes, a sus dirigidas, les aconsejaba ir contra su voluntad: «si te cuesta estar encerrada, reza, ofrécete a ser contemplativa», logrando así el quiebre psicológico de muchas, que sí obedecían pero después empezaban con un montón de problemas de salud, ya que ese no era ni su temperamento ni su vocación.

    Lo mismo con las misiones: «hay que ofrecerse a lo que más te cueste». Pero él nunca salió a una misión ni vivió en un monasterio. Él sí tiene clara su vocación; dar charlas morales y preparar clases. Y que nadie lo saque de esa «misión» por que ahí si conocerán su verdadero carácter.

    30 años del «teólogo inmoral», digamos… ya que en esos 30 años podría haber ayudado a tantos que no hablaron en confesión sino en consultas…

    Le trajeron denuncias, problemas graves morales dentro del Instituto; y en vez de actuar, denunciar, ayudar a las víctimas, tuvo la cobardía de enviarlos a la residencia, aconsejarles que guarden silencio, que no se metan, o que dejen la vida religiosa.

    Su silencio lo hizo cómplice en muchos casos. Mantenía en la residencia sacerdotes acusado de abusos a menores y decía que luego de su tratamiento se habían curado y los devolvía a las misiones. Jamás se lo escuchó dar una charla sobre cómo actuar con los casos de abusadores o de abusados. Todo eso se silencia. Tal vez por eso sigue siendo el gurú del IVE. Por que no se mete y tapa lo que tiene que tapar.

    Yo le diría, irónicamente

    Padre Miguel Fuentes:

    «Feliz 30 años de silenciar conciencias, feliz 30 años de tapar los abusos en el Instituto del Verbo Encarnado. ¡¡¡Lo hizo bien!!!».

    Siga adelante. La máquina de destruir personas y devolverlas destrozadas al mundo rotas ha funcionado.

    Ya son más de 500 entre el Instituto del Verbo Encarnado y las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará «fuera del sistema».

  • Lo que realmente ocurrió en el convento

    Lo que realmente ocurrió en el convento

    Publicamos aquí una traducción del artículo publicado por Kelly Sue Fitz (ex Madre Lumen) en su blog, originalmente en inglés. Gracias Kelly Sue por autorizarnos a publicarlo aquí.

    En los últimos meses he estado sumergida en el «trabajo en la sombra» y me he dado cuenta que, incluso, cuando uno cree que has superado todo, siempre queda algo más por superar. Y ese algo para mí ha sido el tiempo en que pasé en el convento.

    Hasta ahora creo que nunca di voz suficiente a la injusticia real y a la imagen completa de abandono y disfunción que viví y que se vive allí.

    Y aunque he escrito blogs, he hecho vídeos e incluso escribí una carta pública de 3 páginas a mi ex Congregación en el año 2015, rara vez he publicado los detalles crudos y descarnados, quizás, por tratar de ser algo respetuosa, supongo, obedeciendo a ese arquetipo de «niña buena», que aún vive en mí.

    He de decir que resulta difícil, muchas veces, contestar a la pregunta: «¿Por qué dejaste el convento?», elaborar una respuesta elevada, según a quién no es posible, así que, suelo contar una versión abreviada y digerible, pero una ex hermana una vez me recordó la importancia de no minimizar lo sucedido, sobre todo, para mí misma. Así que, estoy intentando canalizar la guerrera y la bruja que vive en mi interior para hacer un informe más completo de lo ocurrido. Además, me he dado cuenta a lo largo de esos años que, al intentar contenerme, no se ha visibilizado y validado suficientemente mi testimonio.

    Parte de «mi sombra» con la que he estado trabajando recientemente es el peso que cargo en mi entorno por ser considerada «perezosa», ya que, no concibo trabajar a tiempo completo nunca más, y no lo he hecho desde el año 2019, pero ¿será que si el mundo supiera por lo que he pasado en pocos años, pero de forma tan intensa, mi deseo de no volver a trabajar a tiempo completo sería validado?

    Parte de ese mi «trabajo en la sombra» es justamente asumir esa «sombra» y poder salir de ella, es un intento de dejar esa sombra de chica perezosa, pero yo sé que solo es una parte de mí, pues hay una otra parte que sabe y conoce que existe un ritmo natural en cada uno de nosotros que también debe ser buscado, reconocido y obedecido.

    Las semanas laborales de más de 40 horas pueden ser consideradas ridículas para cualquier ser humano, si nos fijamos en que también estamos hechos para disfrutar de nuestros seres queridos, cultivar dones, cultivar la naturaleza, etc y no solamente estar sentados frente a la computadora dedicando horas en conseguir dinero para seguir sobreviviendo, pero por desgracia, vivimos en 2023 y para la mayoría de nosotros es un constante tira-y-afloja, el sobrevivir y tener tiempo para hacer cosas que nos gustan con las personas que amamos.

    De todos modos, que este escrito también sirva cómo una llamada a las SSVM (otra vez), y sea un intento de validar mi yo más joven que en esa época necesitaba que alguien luchara por ella y no encontraba a nadie.

    Convento St Paul, hacia 2009

    Este será mi mejor intento de hacer una lista de aquellos años de «espectáculo de mierda»:

    • A los 26 años, fui nombrada Madre Superiora del convento de East Harlem, Nueva York, siendo la más joven de esa comunidad, tanto en edad como en vida religiosa, sin haber hecho aún los votos perpetuos. En una gigantesca parroquia bilingüe.

    • Al cabo de un año, me enviaron a una hermana que había sido diagnosticada con trastorno límite de la personalidad. Era argentina y tenía unos 30 años, había hecho sus votos perpetuos y había estado causando malestar en las casas de formación de Washington, donde había estado viviendo. Mis superioras me la enviaron a mí, diciéndome: «Lumen, tú eres tan tranquila, estamos seguras de que podrás manejarla», y me dijeron que leyera el libro; «Walking on Eggshells» para mejor prepararme y poder tratarla. A esas alturas me sentía «tranquila», pues creo que ya estaba viviendo en una constante disociación con la cantidad de cosas que iba ocurriendo.

    • No se me permitió informar a la comunidad sobre el diagnóstico de esta hermana, por lo que esencialmente tuvieron que sufrir su ira, sus arrebatos y el malestar que esa hermana provocaba, sin entender por qué nadie hacía nada al respecto.

    • Diariamente yo tenía largas sesiones de diálogo y escucha con ella —a veces hasta 2 horas seguidas— mientras ella lloraba encerrada en su mundo emocional de auto-odio, absorbiéndome, quitándome la energía y el tiempo que tenía que disponer también a las demás hermanas de la comunidad.

    • Iba a un psiquiatra y tomaba varios medicamentos psicóticos, también le fue sugerido una terapia dialéctica conductual residencial debido a la gravedad, yo a su vez pedí esto por escrito para presentarlo a mis superioras cómo una prueba de su gravedad. Las superioras lo denegaron por motivos económicos, pero tampoco quisieron enviarla de regreso a su casa, así que tuvo que seguir en mi comunidad, tomando sus medicaciones y haciendo terapia de conversación una vez a la semana, lo que no sirvió absolutamente de nada. Esto duró 2 años sin ningún control, mientras yo poco a poco «perdía la cabeza».

    • Esta hermana tenía regularmente arrebatos a causa de su trastorno, tanto conmigo cómo con el resto de la comunidad, aparentemente por nada o por pequeñas cosas, cómo por ejemplo, que una hermana doblara mal las toallas.

    • Muchas veces se encerraba en el baño durante horas o se golpeaba la cabeza contra la pared repetidamente para hacerse daño; todo tipo de locuras.

    • Aparte del libro, no me dieron ningún tipo de preparación o apoyo para ayudarla. solo me decían: «No te tomes nada de lo que diga o haga como algo personal, es su enfermedad».

    • Además era una hipocondríaca furiosa. Llegó con alergias alimentarias, le extirparon la vesícula biliar cuando yo estaba a cargo de la comunidad, fuimos a docenas de especialistas en NY en el transcurso de sus 2 años conmigo en Harlem.

    • Por no hablar de que constantemente me llamaba mientras yo trabajaba en la oficina de Catecismo parroquial (sustituyendo a otra hermana que se marchó durante un año y a la que no se prestó tampoco ningún apoyo —pero sobre esto más adelante—) quejándose de dolor, apartándome del trabajo o lo que parecía ser más probable, simplemente intentando llamar mi atención, como suele ocurrir con personas con trastorno límite de la personalidad a la persona que tienen de apoyo.

    • Pasaron muchas cosas en ese primer año, pero recuerdo que otra hermana de mi comunidad necesitaba regresar a Argentina para apoyar a su madre por un tiempo indefinido. Esta hermana era la responsable del catecismo en la parroquia, el apostolado era muy grande y el trabajo era a tiempo completo, pues había más de 400 niños y más de 50 catequistas en un programa bilingüe (español los sábados e inglés los domingos). ¿Adivinen quién debía cubrir su puesto mientras ella estaba de licencia indefinida? Sí, yo.

    Pedí apoyo a las superioras porque, literalmente, me estaba volviendo loca. Mis superioras sabían lo difícil que era tener una hermana con un trastorno límite de la personalidad dentro de la comunidad, por tanto, ¿Cómo podían pensar que yo pudiese asumir una responsabilidad más y reemplazar a esa hermana que faltaba asumiendo también el papel de directora de Catecismo a tiempo completo?

    A final me enviaron una hermana que me ayudaba a tiempo parcial, fue para mí una verdadera bendición, pero no lo suficiente, porque para mi sorpresa ella también estaba enferma y muchas veces necesitaba ausentarse, hasta que finalmente acabó por abandonar la vida religiosa (hoy se encuentra mejor, curada y prosperando en su vida). Conclusión: tuve que cubrir este puesto a tiempo completo durante todo el año catequético, junto con la gestión de la hermana enferma y el resto de las hermanas de la comunidad, sin contar que también era la responsable a nivel de provincia de la parte litúrgica, planificaba toda la liturgia cantada para las fiestas, misas de votos y eventos, donde reuníamos a cientos de personas.

    Ensayo del coro, 2010

    Además, ser superiora de una comunidad que ya conlleva sus propias responsabilidades que, abarcan a todas las hermanas, reuniones de superioras, funciones de liderazgo, etc. dentro de todo era la parte más fácil, pero no significaba que no hiciera nada; el apostolado era muy grande y había que constantemente preparar y organizar clases en la parroquia, retiros para jóvenes, niños etc. Siempre había mucho por hacer.

    Pero, ¿había alguien escuchándome?

    ¡Y no he acabado aún!

    • Mis superioras parecía ignorar todo lo que yo decía. Me comunicaron que tenía que viajar à Argentina y acompañar a la hermana enferma para que se hiciera ver con un médico de allí. Debíamos quedarnos en la casa de su tía en Buenos Aires durante unos días, para que el médico le hiciera algunas pruebas, mientras ella tomaba sus medicaciones, no recuerdo bien qué medicaciones eran, pero no estaban relacionados con el trastorno que tenía, sino con su salud física, así que viajamos hasta allí e hicimos todo lo que se necesitaba, no fue fácil y tuvimos muchas peleas durante el viaje.

    En el último momento, quiso que le acompañara a visitar a su familia a otra región de Argentina (¿a visitar su familia negligente y disfuncional?). Este es el amor/odio en las relaciones entre una persona con trastorno límite de la personalidad y las personas que las cuidan, un día te odia y al día siguiente, están súper apegados a ti (no es de extrañar su temor a las relaciones humana).

    En ese momento me dije a mí misma: «ni pensar, no voy. Ellos literalmente son la razón por la que eres cómo eres». No se lo he dicho, pero era la verdad.

    Le rogué a mi superiora que me dejara volar sola de regreso a Nueva York, y me concedieron. Así que volé de Buenos Aires a Nueva York y apenas llegué, le rogué a mi director espiritual (un sacerdote del IVE), que urgentemente hiciera algo por mí, o se iba esa hermana de la comunidad o me sacaran a mí. ¡Yo ya no podía más!

    Finalmente, gracias a sus súplicas (y lo que es más impresionante, hizo falta que un hombre dijera algo para que por fin tomaran alguna providencia), la enviaron a la Casa Provincial (a 4 manzanas de distancia).

    • Unos meses más tarde, pedí un tiempo para descansar y me enviaron a Avondale (Pensilvania), para ser la directora de Catecismo de allí. ¿Si eso les parece un descanso? Avondale era otra parroquia enorme y la directora de Catecismo era una responsabilidad igual de grande y a tiempo completo. Por lo tanto, no sólo desempeñaría ese papel, sino que, a diferencia de Harlem, tendría que aprender nuevas forma de hacer las cosas, conocer a todos los nuevos profesores, familias, etc. Cada parroquia es un mundo diferente con sus propias reglas. ¡Sí, genial, muchas gracias por todo!

    Dejé la vida religiosa sólo 2 meses después de mi traslado y todo empezó a desmoronarse en mí apenas un mes después de estar allí. Empecé a llorar a diario, no podía comer, no podía sonreír, no tenía energía ni afecto, me sentía profundamente triste. Había llegado al otro extremo de lo que es el agotamiento, me sentía en un completo duelo, una parte de mí parecía haber muerto contenida en esa especie de vida religiosa. Irónicamente, me llamaba «Lumen» (luz), pero sentía cómo mi luz interior se había apagado.

    La única paz que sentía era la de imaginar dejar esa vida y la esperanza —a pesar de todos los miedos de volver al mundo a los 30 años, con la cabeza rapada y un vacío de 8 años en el currículum— de que algo podía ocurrir en mi vida que fuera mejor de lo que estaba viviendo.

    Y este ha sido mis 12 años allí. No ha sido fácil y sigue sin serlo, abrir camino en esta sociedad capitalista es difícil, pero tengo buenos aliados visibles e invisibles que me ayudan.

    • Mi director espiritual me dio el visto bueno para pedir el indulto de salida, así que se lo pedí a mi superiora y ella inmediatamente pensó que yo estaba teniendo un ataque de nervios, -si analizamos en retrospectiva, así era-. Quería enviarme al monasterio unas semanas o a California «para descansar». Intenté explicarle que esto venía de hace mucho ¿era posible que no se diera cuenta? Un descanso de 2 semanas en el monasterio no arreglaría aquello. Finalmente, mi petición fue dirigida a la Superiora Provincial y tuve que mantenerme en contacto con ella para asegurarme de que mi petición seria escuchada y saber cuándo podría volver a casa. Pasó un mes hasta que por fin me dieron una fecha para irme, el 19 de septiembre.

    Abandono y maltrato

    Llevo 3 años trabajando «entre bastidores», en una consulta excepcional de terapia dialéctica conductual, con un conocimiento cercano y personal, tanto de la modalidad como de los tipos de cliente típicos que mejor se ajustan a los criterios de ese tipo de terapia. Puedo decir con seguridad que el hecho de que las superioras se negaran a permitir el tratamiento a esa hermana con trastorno límite de la personalidad (incluso en régimen de internamiento) fue una negligencia, ya que, ella estaba causando daño a sí misma y a las de su comunidad.

    Esa Orden religiosa se enorgullecen de «cuidar de los suyos», una estupidez escrita en sus Constituciones, en este caso y en tantos otros, vemos la negligencia y los cuidados insuficientes que tenían. En mis tiempos, rara vez enviaban a una hermana enferma de vuelta a casa, bajo lo que dice la misma regla, pero estoy segura que esta hermana en particular se habría negado vehementemente ante tal propuesta, pero algo habría que hacer, pues la realidad era la de una una mujer joven, diagnosticada con trastorno límite de la personalidad, recomendada por escrito hacer una terapia dialéctica conductual residencial por su psiquiatra, y la Orden a la que pertenece se negaba a proporcionarle el tratamiento para que tuviera una salud mental estable. Siendo las consecuencias:

    • un sufrimiento diario para esa hermana que constituía en subidas y bajadas de emociones incontrolables,

    • que las demás tenían que sufrir sus arrebatos de ira, su volatilidad emocional y manipulación con regularidad, sin que supieran el por qué,

    • su superiora, como yo misma, tuve que hacerme cargo y cuidar de alguien que padecía una enfermedad mental y emocional crónica, sin tener ninguna formación particular ni apoyo profesional en este tipo de función, y al mismo tiempo tenía que cuidar del resto de la comunidad, de las responsabilidades del apostolado, asumiendo también responsabilidades de la provincia.

    SIN MENCIONAR que nadie se preocupaba por mí, Me la enviaron con un libro, al estilo manual de preparación para vivir con una persona enferma. No logré que le asignasen un terapeuta cuando realmente lo necesitaba; no logré que me enviaran una hermana más para ayudar en el apostolado, es decir, no recibí ningún tipo de apoyo regular para hacer frente a todo esto sola.

    Todo lo que estaba a mi alcance era llamar por teléfono a la superiora provincial cuando la situación se ponía realmente fea y salía del control, pero nunca se hizo nada para cuidar de mi salud mental y emocional.

    Desde aqui mando un saludo a mis padres

    Menos mal, que crecí en un hogar estable y con vínculos seguros, menos mal que tuve una educación sana y tuve siempre los pies en la tierra, con un sabio discernimiento, profundas habilidades intuitivas y la capacidad de gestionar mi mundo emocional lo suficiente cómo para no salir desesperada corriendo de allí cuando un día se desató toda la mierda; y menos mal que siempre he tenido la capacidad de aprender rápidamente, pues esto me ayudó a sobrevivir a toda aquella locura, y ahora entiendo porqué me cargaron con todo, las que han estado en esa Orden entenderán: ¡APOYA SIEMPRE A TUS SUPERIORAS!

    Pero, ¿Qué están haciendo SSVM?

    Es como tener a los 5 titulares de un equipo de baloncesto, que son los que más minutos juegan y los que más apoyan al equipo, pero ninguno de ellos participan de otros beneficios, cómo por ejemplo, ir al quiropráctico, a la sauna, ni comer comidas buenas y nutritivas, etc. Cómo se explica todo esto sin hablar de negligencias y abusos.

    Y no me hagas hablar de cómo se nos enseña a ser «generosas con Dios», pues de esta forma «Dios nos dará la gracia para cualquier cosa que se nos asigne». Eso no es más que un lavado de cerebro para que te calles y seas una monja buena y callada; para que te sientas culpable y que ante cualquier pensamiento contrario vayas a confesarte, cuando literalmente son ellos los que están chupando la vida que Dios te ha regalado. ¿Bastante retorcido, no? ¡Bienvenidas al convento!

    (Estoy redactando esto).

    ¿Nos hemos apuntado todas a una vida de servicio, obediencia y «muerte al yo como Cristo en la Cruz»? De hecho, sí. Pero ¿sabíamos que sería tan disfuncional y perjudicial para nuestra propia salud mental, emocional y física? ¡No! Deberíamos, entonces haber leído «la letra pequeña».

    En mi opinión, al aplicar la frase: «¿Qué haría Jesús?», -lo que para mí es una pregunta básica del cristianismo-, las SSVM hicieron lo contrario. Tendrían que haberse preocupado, haber permitido y haber conseguido un lugar para el tratamiento de esa hermana con trastorno. De esta forma le ayudaría no solo a ella, sino a las hermanas que tenían que convivir con ella y a la superiora a su cargo, y no solo con miras al presente, sino también al futuro. No se puede negar algo así por falta de medios económicos, porque las SSVM, SÍ TIENEN FONDOS.

    Resumen

    También escribo cosas positivas sobre mi paso por la vida religiosa, lo he dicho una vez y no cambiaría la decisión que tomé de entrar en las Servidoras. Es un camino de vida poco común que me siento agradecida de haberlo recorrido, pero he de decir que ha sido profundamente perjudicial para muchas de nosotras.

    Mi historia es una de las más «ligeras», no sufrí insultos, no sufrí maltratos, no me enviaron a casa sola y sin dinero, cómo hicieron a otras. Me llevaron de regreso a casa dos hermanas, probablemente porqué yo había sido superiora durante 4 años y sentía que las hermanas me apreciaban o, quizá, porque simplemente era una chica blanca y norteamericana, ¡quién sabe! Pero hay otras historias tristes y lamentables y que causaron más daños. La mía entraría dentro de los traumas crónicos y de larga duración, a lo mejor, somos menos, ¡pero existimos!

    A principio de este año recibí la noticia de una hermana con la que había vivido que había decidido irse, llevaba unos 20 años de vida religiosa y eso me preocupa, rezo para que esté bien. Le hemos tendido la mano, pero ahora mismo no quiere ningún tipo de apoyo. Muchas estuvieron menos tiempo que nosotras, pero con historias igual de intensas. Ambas son válidas y perjudiciales.

    Cada una de nosotras buscamos sanar y as veces el proceso es largo, pero diría que la dificultad está en que nuestras historias conventuales son difíciles de visibilizar porque todo pasa en un ambiente con mucho secretismo y nadie sabe REALMENTE lo exigente que es la vida que llevamos y el lavado de cerebro que hay, al menos que lo haya vivido.

    Repetiré siempre que se trata de una secta y no lo suavizo, pero cómo todo está bajo una fachada que gran parte del mundo honra —monjas haciendo obras de caridad, ayudando a los más pobres entre los pobres, esposas de Cristo— es difícil separar lo virtuoso de lo dañino, pero las 2 pueden coexistir.

    Sin embargo, aquí estamos. Intentando llevar nuestras historias, nuestros secretos y heridas de la mejor manera posible; intentando convertirlos en magia y servicio en este mundo, a menudo con el alma un poco cansada y llena de cicatrices por lo que hemos pasado; intentando seguir sin «quemarnos», una vez más y sin que se aprovechen de nosotras siendo un poco más sabias e indecisas a la hora de entregarnos por completo a algo.

    Y Esta es la razón por la que no quiero trabajar a tiempo completo nunca más. Haber sido monja era un trabajo 24/7 sin límites. ¡Es una mierda salvaje!

    Después de mi salida, «me quemé» otras 3 veces más en el mundo laboral a tiempo completo, y aunque, esto no es objetivamente un problema por lo que todos enfrentamos, simplemente he decidido que, ya no es para mí.

    Sólo quiero tumbarme en la hierba, contemplar la brisa entre los árboles y jugar con gatos el resto de mis días, y bailar, por supuesto.

  • Se estrena el film «Caminemos Valentina»

    Se estrena el film «Caminemos Valentina»

    Dirigida por Alberto Lecchi y estrenada en cines el jueves pasado, «Caminemos Valentina» cuenta la historia de Migliore y Valentina Rojas, dos exmonjas que sufrieron abusos durante sus años de Aspirantado y Postulantado en la congregación «Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey».

    Sandra, oriunda de Córdoba, Argentina y con muchos años de vida religiosa decide dejar la congregación. No sabiendo cómo sobrevivir económicamente, que el Instituto la incorpora en unos de sus colegios de Lanús como administrativa.

    Allí llega Valentina como religiosa y representante legal. Compartían la tarea diaria cuando empezaron llegar a la institución e-mails con denuncias sobre los abusos de la hermana Bibiana, una monja encargada de la formación de las jóvenes durante una década, los años 80. Sandra y Valentina habían sido también sus víctimas, pero casi nadie lo sabía. No lo habían hablado entre ellas ni con nadie más. En ese período en que empieza a conocerse la verdad se ubica temporalmente la mayor parte de la película.

    La reacción de Valentina sobre Bibiana:

    “Con la idea de que era una madre para nosotras, ella iba propiciando un contacto cada vez más cercano, más íntimo, que desembocaba en manoseos y en un abuso sexual y de poder sobre nosotras, adolescentes, vulnerables, asustadas. No era como hoy, que los jóvenes reciben una formación mayor sobre lo que pueden permitir de los adultos. Hace casi 40 años no se hablaba, y mucho menos dentro de una congregación religiosa. Cuando me di cuenta… ‘Esta mujer me está tocando de una forma que no es maternal’. Encima, ella te hacía saber que tenía que quedar en secreto y te culpaba de todo lo que sucedía: ‘Vos me haces hacer esto’. Y yo sentía todo con culpa y muchísima vergüenza”.

    Mientras Sandra conoció a la hermana Bibiana en el noviciado, apenas ingresó, en 1983. “Cuando, muchos años después, hablé por primera vez de lo que me había sucedido con ella, un sacerdote me dijo: ‘Esto no fue culpa tuya ni es un pecado que confesar, esto lo tienen que saber los superiores’. Pero hablé con los superiores y me mandaron a callar: ‘Esto no puede trascender las paredes de este lugar’”. Sandra dejó los hábitos y se alejó de la Iglesia, pero volvió al colegio porque necesitaba trabajo. Quiso retomar su puesto de docente titular; no la dejaron. Le dijeron que era “una vergüenza volver y trabajar frente al alumnado sin el hábito”.

    Pero la supervisora le ofreció el trabajo administrativo –primero a escondidas de la institución– a cambio de que nunca dijera nada. Ella cuent

    “Ella era una persona mayor que había sido realmente como una madre para mí en los primeros años en Buenos Aires. Me callé por eso y porque necesitaba trabajar. Yo tenía 24 años y muchas inseguridades”.

    Cuando llegaron los e-mails a las casillas de todas las monjas y ex monjas de la congregación en Buenos Aires y Formosa, donde había trabajado también la hermana Bibiana –allí era la hermana Leopoldina–, la supervisora de Sandra le preguntó qué opinaba sobre el tema:

    “Le dije que no opinaba nada: que me constaba que era cierto porque yo también había sido su víctima”.

    El caso no tuvo mayores consecuencias, salvo para ellas, después de que enviaran las denuncias a la madre general de la congregación, con sede en Roma. A raíz de eso, Sandra fue desplazada de sus tareas y Valentina recibió la seductora propuesta de irse a Europa, pero en lugar de aceptar, renunció. La única respuesta positiva fue la promesa de separar a la hermana Bibiana de la congregación, pero no sucedió:

    “Bibiana se escapó, se fugó a Venezuela. Cambió su nombre, seguramente apañada por la congregación. Hoy se hace llamar Victoria y trabaja en un hogar de ancianos. Sigue siendo monja”.

    El director de la película, Alberto Lecchi, dijo muchas veces: la película no quiere ser un ataque a la Iglesia ni a la fe de las personas. Es una situación concreta que ocurrió dentro de una institución y también una denuncia a quienes dentro de esa institución siguen encubriendo o mirando para un costado”.

    A raíz de este film se nos vino a la memoria los distintos de casos de abusos que sufrió el IVE y sigue sufriendo dentro y fuera de sus puertas. Mientras los moralistas y biblistas del IVE se creen el ala más ortodoxa y fiel de la Iglesia, al mismo tiempo debieron crear una residencia que trate a sacerdotes con problemas sexuales de diferente tipos, depresiones, ansiedad etc.

    Sin ir más lejos hace unos días nos escribió el P. Enzo C. (IVE), agrediéndonos por ser voz de los que no tienen voz, paradójicamente nos dicen que escandalizamos, ¿¿y ellos??

    Puntualmente este sacerdote se fue en Brasil con su monaguilla, no tuvo mejor idea que vivir frente del seminario… pero ellos ahí no escandalizan… para ellos no aplica el escándalo. Si todavía es un fanático del IVE y el P. Buela entonces tiene todo perdonado, por eso cuando se cansó de su vida conyugal se lo volvió a admitir y se lo traslado de misión a Chile. Al menos en su caso como él dice, pidió perdón a sus superiores y siguió adelante, ojala sus superiores aprendan y pidan perdón a las víctimas de tantos abusos dentro del IVE y que siguen sin reconocer.
    Lamentablemente los mismos miembros del IVE, sobre todo los más jóvenes no saben la doble vida que tiene el IVE, y la manera de tapar las cosas.

    ¿Cuántas religiosas hablaron de abusos a sus superiores cometidos por sacerdotes y solo se trasladó el problema? O lo que es peor pusieron a trabajar con jóvenes del colegio a sacerdotes que después se enteraron que tenían HIV (que había contraído por su lujuriosa vida en la misión) y que seguía ahora desparramando en Argentina hasta que alguien denunció públicamente y no les quedó otra que allanarlo al estado seglar, sino es la hora que sigue en otra misión

    ¿Cuanto luchó el IVE por tapar el problema de abusos y alcoholismo del fundador?

    El problema del IVE y de muchas Instituciones es que hay que defender más la institución que los miembros, los miembros son piezas que van cayendo rotas en el camino y no se habla más. Se remplaza por otras piezas jóvenes que solo ven la santidad reinante en el ambiente y no conocen de historia ni pasados. Hasta que esa pieza se desgaste y sea remplazada.

    Algún día con el tiempo las víctimas se irán animando a hablar y con esto se ayudara a que las instituciones miren por las almas que Dios les encomendó que por el fanatismo de defender la institución.