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  • Las groseras faltas de respeto del IVE hacia su superior general, el Cardenal Santos Abril

    Las groseras faltas de respeto del IVE hacia su superior general, el Cardenal Santos Abril

    Desde hace mucho tiempo el IVE y su gobierno paralelo han declarado una guerra abierta contra lo que la iglesia misma ha decretado para ellos, un nuevo superior general, el Cardenal Santos Abril, y su nuevo consejo conformado por distintos sacerdotes, incluso algunos son miembros del IVE.

    Pero con esta decisión del papa parece no le cayó bien a los religiosos del IVE, sobre todo a su antiguo superior general, el Padre Nieto, y demás consejeros antiguos, por lo que decidieron formar un gobierno en la sombra, donde se siga actuando y manejando a los miembros como mejor les parezca, decidiendo y organizando un sinfín de actividades para unir la prole en este tiempo y proteger al rebaño de cualquier información que venga desde afuera, incluso del mismo comisario superior general.

    He aquí que se organizó para Buela un funeral tan largo como el de la Reina… donde se pedía que la mayoría de los miembros viajaran para el mismo; y así en Italia tuvieron cientos de religiosos y en Argentina otro tanto. Sin embargo, solo eran miembros del IVE. Nunca lograron ni un responso, ni una misa celebrada por algún Obispo. Ni en Italia (donde tienen tantas fundaciones), ni en San Rafael, donde es la casa madre. Ningun obispo quiso ir… Nadie quiso quemarse con un fundador acusado de abusos.

    Luego del entierro en Argentina, el IVE con su impronta chabacana estuvo de festejo en La Finca el día miércoles 31 de Mayo en una cena solo para religiosos. Aparte de los típicos cantos parte del fogon, tuvieron un número especial y esperado: el provincial de Argentina, Padre Emilio Rossi, junto al Padre Diego Ruiz, chileno, misionero en el seminario de Estados Unidos, quienes interpretaron disfrazados de españoles, la canción de Carlos Vives («La gota fría») —todo en alusión al Cardenal— y cambiaron el estribillo de la canción por:

    Comisario a mí no me lleva por que no me da la gana… y el tiro le salio mal…

    Como se podrá ver y escuchar los festejos de los superiores reflejan que lograron que Buela muriera sacerdote y sin condena, y dejar en claro que no les da la gana hacer nada que venga ordenado por el cardenal. No solo lo dicen sino que si los superiores tienen esta actitud y se la enseñan a los cientos de religiosos presentes burlándose así de un prelado de la iglesia (puesto por el mismo Papa Francisco),por lo que ya podemos imaginar como tomarán la próxima carta del cardenal y sus decisiones.

    Esto, por supuesto, ante los aplausos de todos los presentes, incluido el superior renegado P. Gustavo Nieto, quien luego también fue ovacionado y reconocido como al líder que hay que seguir y en quien como dice el que dirige el show, el P. Gabriel Zapata: «Nuestras vidas estan en tus manos…»; no en Dios, sino en las manos de Nieto, en el confian todos para que los salve y siga organizando desde Estados Unidos un plan de salvacion contra lo que ellos llaman sus perseguidores: la misma Iglesia.

    Lamentablemente una vez más se puede ver la dicotomia del IVE, por un lado escuchamos en sus sermones y retiros la «gracia de la persecución», la «caridad ante todo», el «amor a las tres cosas blancas», y aquí en los actos diarios de sus vidas la realidad que son. Imaginemonos si esto hacen los superiores que supuestamente están más formados, que se espera del resto.

    La chabacanería del IVE está cada vez más lejos.

  • La visión de un laico

    La visión de un laico

    ¿También en Argentina?

    Bien, esto es realmente difícil para mí, con tantas cosas horribles que parecen estar sucediendo en todo el mundo y, como si eso no fuera suficiente, también dentro de la Iglesia. Bueno, de todos modos, en este artículo quiero tratar ese tema, sin importar la depresión que lo acompaña.

    Por favor, tengan paciencia conmigo, soy argentino y, además, intento informar una historia de este remoto rincón del mundo. Particularmente la historia de una de las criaturas de Sodano, el Padre Carlos Miguel Buela, otro de sus nuevos fundadores de los “Nuevos Movimientos” en este caso una congregación de sacerdotes, monjas y laicos, con seguidores en toda Argentina y una docena más de países, incluido EE.UU. (dicen que sus miembros son más de mil, y contando, todo en menos de un cuarto de siglo). Pero, como veremos, ahora está en problemas.

    Cómo todo empezó

    En 1971 llegó a Buenos Aires un joven jesuita, el padre Alfredo Sáenz, que acababa de terminar sus estudios en Roma. En ese entonces la Iglesia argentina estaba en un perfecto lío con prácticamente todos los obispos del país experimentando con la liturgia, el clero vistiéndose como los laicos, las monjas con faldas, los maestros en varios seminarios entrando en Teología de la Liberación, cambiando el catecismo, ahondando en Rahner o Congar (o sus peores discípulos); cientos de sacerdotes y monjas destrozando su vocación, algunos de ellos casándose, otros incurriendo en todo tipo de hechos extraños y otro tanto se unieron a las guerrillas marxistas que en este país habían comenzado una campaña violenta contra el gobierno militar, entonces en el cargo. En esos ajetreados días, un conocido obispo, Monseñor Podestá se había fugado con una monja.

    Para aquellos de nosotros que lo recordamos, fueron tiempos muy agitados y confusos, hasta mismo la devoción a la Virgen María fue más o menos sistemáticamente desacreditada, el rosario burlado, algunas de sus imágenes retiradas de aulas, parroquias, etc., hubo confesiones colectivas, los altares fueron derribados, en algunas parroquias tocaron bandas de rock durante la Misa, la gente comenzó a tomar la comunión de pie, seguido algunos años más tarde con la comunión en la mano; toda la liturgia un enorme campo de experimentación, toda reverencia, devoción o decoro perfectamente olvidados, por no hablar de la falta de apariencia de uniformidad. Fue muy difícil asistir a una misa en la que se podía contar con unos minutos de silencio. A eso lo llamaron “la nueva primavera de la Iglesia” y nos preguntamos: si eso era la primavera, ¿cómo sería el invierno? Ahora lo sabemos.

    Sin embargo, entonces como ahora, el Padre Sáenz parecía impávido. Tenía planes perfectamente imposibles: comenzar un seminario adecuado con estudios serios, patrísticos y teológicos, una sólida historia de la Iglesia, latín y griego, un decoro litúrgico, una devoción sincera, una buena reseña de profesores eruditos, un buen coro, teatro y artes en general, en resumen, todo lo que se necesita para hacer de los jóvenes, buenos sacerdotes, una tarea difícil, ¡si es que alguna vez ha sido fácil! De todos modos, de una forma u otra, como podemos decir con seguridad casi 40 años después, el padre Sáenz lo logró. El obispo de la ciudad de Paraná, en el corazón del país, Monseñor Tortolo, tenía un seminario enorme, que había visto días mejores, en 1971 había sólo un par de seminaristas y poco más. El obispo le ofreció al Padre Sáenz la oportunidad de hacerse cargo, lo que el joven jesuita aceptó con entusiasmo. No tardaron en acudir en masa los mejores sacerdotes del país para ocupar el cargo de maestros, comenzando por el renombrado Padre Alberto Ezcurra, gran amigo del Padre Sáenz recién llegado de Roma, donde se había licenciado en Teología Moral y Marcos González, un erudito dominico, teólogo, que era ampliamente respetado. Pronto el seminario comenzó a mejorar, más que eso ¡fue un éxito asombroso! Se estaban inscribiendo chicos de todo el país que se enteraron de este nuevo seminario conservador o tradicional. En 1972, cuando fui a ver si tenía vocación (finalmente decidí que no), solo había 8 seminaristas, pero para 1980 había más de 200. Las clases estaban llenas, una atmósfera alegre lo impregnaba.

    Los padres Sáenz, Ezcurra y González eran muy queridos por todos; y la revista del seminario, Mikael, había alcanzado estándares internacionales con importantes colaboradores (me vienen a la mente Josef Pieper, el cardenal Ratzinger, Cornelio Fabro, Gustave Thibon, Thomas Molnar y Dietrich Von Hildebrand, entre muchos otros). El coro cantaba maravillosamente; los muchachos aprendían latín, griego, francés, inglés, patrística, teología tomista, espiritualidad, teología dogmática, moral, etc. Y todo en poco menos de diez años.

    Por supuesto, a los progresistas no les gustó ni un poco, y cuando la salud de Mons. Tortolo le obligó a dimitir (creo que en 1983), se hizo cargo un nuevo obispo con ideas muy distintas. El Padre Sáenz fue llamado por su orden, la Compañía de Jesús, a los profesores se les dijo que su presencia no era exactamente deseada y en menos de tres meses el seminario volvió a estar en desorden general.

    Nuevos planes

    Aquí es donde entra el Padre Buela. En aquellos días era un joven párroco, recién ordenado y se había hecho amigo de los Padres Sáenz y Ezcurra. Ahora el P. Buela estaba, en buenos términos, con otro obispo, Mons. Kruk, (de ascendencia ucraniana), quien ocupó su cátedra en la ciudad de San Rafael, a unos 1000 kilómetros de Buenos Aires. El obispo Kruk se encontraba en el mismo dilema que había afligido a Mons. Tortolo en Paraná, ¿por qué no repetir la experiencia tradicionalista o conservadora en San Rafael?

    Sin embargo, había una trampa: como he dicho, el Padre Sáenz era jesuita, y sus superiores luego se negaron a dispensarlo de su trabajo como profesor de la Compañía de Jesús en su casa principal en Buenos Aires. ¿Entonces qué es lo que había que hacer? Aquí debemos ir poco a poco para comprender cómo se desarrolló esta historia. Los tres sacerdotes Buela, Sáenz y Escurra eran buenos amigos desde hacía algunos años y ninguno de ellos podía pretender ser jefe o superior entre ellos en ningún sentido, excepto que el Padre Sáenz era el mayor y tenía la autoridad natural de alguien con experiencia en el manejo de un seminario y el Padre Ezcurra era mayor que el Padre Buela y había secundado a Sáenz en su trabajo. Así que, finalmente llegaron a un arreglo que parecía perfectamente natural: el Padre Ezcurra sería el director del seminario diocesano de San Rafael, el Padre Buela su segundo a cargo, y el Padre Sáenz vendría de vez en cuando para dar pequeños cursos sobre esto y aquello y supervisar en general las cosas. Al principio, todo parecía ir bastante bien. El seminario diocesano pronto se llenó, con muchos seminaristas huyendo de Paraná y de los cambios que se estaban produciendo allí, bajo el nuevo obispo.

    El obispo de San Rafael, Mons. Kruk estaba encantado con su nuevo seminario lleno de jóvenes entusiastas que, según se veía, se estaban tomando las cosas en serio. También aquí, al principio, todo parecía bastante prometedor. El Padre Ezcurra tuvo mucho que ver con esto, siendo como era, especialmente carismático con los muchachos, servicial, perspicaz, sensato, paciente y siempre alegre; el Padre Buela, en ese momento, no parecía diferente…

    Retrato de un sacerdote joven

    Conocí al Padre Buela cuando tenía treinta y tantos años, luchando en una parroquia muy pobre en las afueras de Buenos Aires, un sacerdote fuerte, cabezota y brillante. Siempre estaba de excelente humor, solía reírse mucho de todo y de todos (incluido él mismo), vistiendo en todo momento una vieja sotana desafiante, algo que no se veía en esos días, el trozo de tela negra era un símbolo de la resistencia a lo generalizado, de las tendencias progresistas de aquellos días. Había estudiado en el seminario principal de Buenos Aires (Villa Devoto), un bastión progresista, y había logrado abrirse camino hasta la ordenación a pesar de sus duros ataques contra todo lo modernista y su firme postura de las doctrinas y prácticas tradicionales.

    Era un tipo alegre, ingenioso, que soltaba frases enérgicas e hilarantes e historias divertidas sobre casi cualquier cosa debajo de la tierra. Por otro lado, también llevaba un marcado contraste con sus homólogos Sáenz y Ezcurra, pues Buela provenía de la clase trabajadora argentina, y no era muy leído, no tenía una educación refinada y no había viajado mucho al exterior. No se podía decir del todo que fuera un simplón, pero ciertamente no era sofisticado. Más bien parecía complacer su comportamiento general identificando sus maneras más bien contundentes con la humildad cristiana en abierto contraste con las maneras refinadas que parecía asociar con las tendencias farisaicas. Por supuesto, hay algo que decir al respecto, pero visto objetivamente, de vez en cuando uno sentía que era un poco exagerado, demasiado ruidoso y casi poco caritativo cuando empezaba a regañar a alguien. Era agudo y no siempre tan compasivo y tolerante como uno esperaría que fuera un sacerdote. Sin embargo, mucha gente (yo entre ellos) lo amábamos y respetábamos bastante. Defendía las mejores causas, era un buen predicador, escribía pasablemente bien, había mostrado una lealtad valiente a las mejores tradiciones de la Iglesia, se había ganado cierta reputación como un excelente confesor (yo, por mi parte, no estaba de acuerdo con esto, lo veía demasiado moralista para mi gusto, si saben a qué me refiero), y su amistad con los padres Sáenz y Ezcurra solo contribuyó a su bien ganada fama como ejemplo vivo de lo que debe ser un joven sacerdote católico.

    ¡Pobre de mí!

    Ay, (les dije que esta era una historia difícil y trágica de contar para los lectores estadounidenses). Las cosas salieron mal para él, para el seminario diocesano de San Rafael, para todos nosotros. En primer lugar, el Padre Sáenz solo podía visitar el seminario de vez en cuando, por lo que los padres Buela y Ezcurra tenían que hacer las cosas por su cuenta. Entonces, de repente, en 1984, el Padre Buela anunció que había comprado una pequeña finca en las afueras de San Rafael donde iba a comenzar una especie de congregación, llevándose consigo algunos de los seminaristas, para vivir una “vida religiosa”, en contraposición a la de un clérigo secular (en cuanto a de dónde vino el dinero para la granja, eso sigue siendo una pregunta abierta). Pronto se habló de que había tomado su decisión “inspirado” por una visión o algo y se anunció que el carisma original de la nueva organización incluía una vida religiosa más exigente para sus candidatos que, una vez ordenados, ocuparían sus lugares en abandonadas parroquias, dondequiera que los obispos los llamen. El plan era que una vez que los reclutas fueran ordenados sacerdotes, irían de a dos o de a tres a su parroquia asignada y vivirían una vida común de oración y devoción mientras ministraban a los laicos. La idea general parecía ser que llevar una especie de vida cenobítica protegería a los sacerdotes jóvenes y los ayudaría junto con el trabajo, y no tan abrumador, como el de administrar solos una parroquia. En aquellos días era un plan bastante interesante. En efecto, no quiero adelantarme, pero creo que debo mencionar aquí que, tal y como resultaron las cosas, el padre Buela agregó sucesivamente un carisma tras otro a su congregación para que al final nadie se acordara del todo de lo que se había propuesto a principio, es decir, su característica distintiva en primer lugar.

    Pero volviendo a los comienzos… Muy pronto las cosas se agriaron. Primero, como finalmente descubrimos, el padre Buela nunca consultó su mudanza de planes con los padres Sáenz o Ezcurra. Siguió su propio consejo para consternación de sus amigos; por cierto, nos enteramos de todos estos años después: Sáenz y Ezcurra se guardaban sus rencores para sí mismos, por discreción, aunque no Buela. Desde un principio comenzó a cortejar a los seminaristas diocesanos de San Rafael de una manera bastante agresiva, en el sentido de que su congregación, denominada “Instituto del Verbo Encarnado”, era más estricta en sus deberes y obligaciones que la ordinaria en el seminario secular. A medida que pasaba el tiempo, las cosas empeoraron, lo que implicaba que si un seminarista se negaba a seguir su ejemplo, era porque no era lo suficientemente serio en su vocación.

    Los padres Alberto Ezcurra y Alfredo Sáenz quedaron atónitos ante este giro de los acontecimientos: en primer lugar, su amigo, el padre Buela, les había dado la espalda y se había ido por su propio camino sin la menor consulta. Ahora promovía activamente la deserción de los seminaristas del seminario original a favor de su congregación recién fundada, y esta promoción se llevó a cabo con un buen grado de beligerancia y manipulación. Años más tarde, el padre Ezcurra me confió que esta campaña que se estaba llevando a cabo era bajo el espíritu de “Él que no está conmigo, está contra mí” (Mt 12, 30), algo, dijo Ezcurra que, sólo Cristo podía reclamar legítimamente para sí mismo esa frase. Me atrevo a decir.

    El principio de Jack

    Cualquiera que esté familiarizado con la lectura de CS Lewis, especialmente «Los cuatro amores», reconocerá el principio de Jack: “Lo más alto no se sostiene sin lo más bajo”, cosa en lo que he estado rumiando la major parte de mi vida ¡con excelentes resultados! Y claro está se aplica a lo que les he dicho hasta ahora. Por ejemplo, supongamos que el P. Buela tuvo una visión ¿por qué no? Es perfectamente posible. ¿Quién soy yo para presumir otra cosa? Entonces, concedamos que Nuestra Señora le indicó al P. Buela que era la voluntad de Dios que fundara una nueva congregación a tal o cual efecto. Se ha visto antes y se puede ver de nuevo. Es perfectamente católico, nada de malo con eso. Por supuesto, una institución antigua como la Iglesia sabe perfectamente bien que nueve de cada diez visionarios resultan ser falsos, pero «abusus non tollit usum»; y no podríamos prescindir, digamos, de Santa Teresa o de San Francisco, etc. De todos modos, un católico sabio es siempre un poco más cauteloso acerca de estas revelaciones privadas y cosas por el estilo, ¡está muy bien, es como se debe ser! Pero, como digo, esto está fuera de mis conocimientos. A lo que voy: “que lo más alto no se sostiene sin lo más bajo”; es una regla general perfecta si quieres distinguir la cizaña del trigo. Muy bien, el P. Buela tuvo una visión: ¿por qué no se lo contó a sus amigos? ¿Por qué no contárselo con alegría a sus asociados, los padres Sáenz y Ezcurra? ¿Por qué no hablar de ello? Y, sobre todo, ¿por qué actuar sin planificar cuidadosamente cómo se iba a llevar a cabo, tratando de zanjar las diferencias, tratando de conciliar el nuevo proyecto con el anterior? (Lo he dicho es esa una buena regla de oro).

    ¡No hizo nada por el estilo! Como he dicho, siguió adelante, solo, sin consultar, sin referencia a hombres mayores más sabios y más experimentados. Parecía saber perfectamente bien de qué se trataba y no parecía necesitar de los comentarios y los consejos de sus amigos. De hecho, con el paso del tiempo perdió a todos sus amigos y continuó simplemente solo, es decir, si no se tiene en cuenta la pequeña camarilla de sacerdotes y seminaristas muy jóvenes que él prefería tener a su alrededor en todo momento y esa no es la mejor manera de evitar a ese viejo enemigo de cualquier líder: la adulación. No importa en qué lugar esté, la adulación, es la clásica maldición destinada a afligir a cualquiera que esté a cargo de un grupo de personas.

    “Lo más alto no se sostiene sin lo más bajo”, e incluso si se trata de una visión, un llamado o una iniciativa santa y puede ser esta tan elevada como se quiera, pero no se debería acabar con la amistad, -una cosa “inferior” si se quiere decir- ya que, Nuestro Señor la tenía en alta estima, como bien sabemos, tanto que lo incluyó como uno de los principios centrales de la Iglesia que iba a fundar (Juan 15:15).

    Con el beneficio de la retrospectiva, uno no puede evitar ver en estos comienzos las semillas de lo que iba a ser. Pero eso no quiere decir que compartamos la opinión de quienes reprochan al Padre Sáenz o al Padre Ezcurra su discreción, tolerancia, paciencia y actitud general de “déjalo estar”. Estaban haciendo todo lo posible y difícilmente podrían haber imaginado lo mal que se pondrían las cosas en el futuro.

    Cáncer

    Y las cosas empeoraron. El padre Sáenz estuvo ausente la mayor parte del año y, para complicarlo todo, en 1991 murió el obispo de San Rafael, monseñor Kruk, dejando tras de sí un seminario en una especie de caos. Al año siguiente, al padre Alberto Ezcurra, encargado del seminario, le diagnosticaron lo que parecía ser un cáncer terminal y, en consecuencia del cáncer ya no podía estar al tanto de todo lo que pasaba, obligado a realizar largos viajes desde y hacia Buenos Aires para sus sesiones de quimioterapia.

    Fue en una de estas ocasiones que tuve el privilegio de compartir un café con él en un acogedor café porteño, nuestra charla ocupó la mayor parte de esa luminosa mañana de invierno, meses antes de su fallecimiento. No sé muy bien el porqué, pero el padre Ezcurra estaba bastante de acuerdo conmigo (por supuesto, he conocido a otras personas que afirman lo mismo, tal vez él solo intentaba dirigir a su rebaño uno por uno como debería hacerlo cualquier buen pastor Jo 10: 3, 14, 16, 27). De todos modos, aproveché las circunstancias, estábamos bastante solos, nos conocíamos bastante bien y no había prisa para preguntarle de qué se trataba el problema con el padre Buela. Coincidió y farfulló, vaciló y se anduvo por las ramas durante algún tiempo, pero a la larga su acusación fue clara como el cristal: pensó que la forma en que Buela cortejaba a los jóvenes, presionando, instándolos a ser sacerdotes o monjas, sin tener en cuenta que esta es una decisión delicada, muy personal, que requería un escrúpulo extremo, y en la que él, Buela, ni nadie más, tenía autoridad o voz especial, solo el joven y su propia conciencia. Me dijo algo en el sentido de que nadie tiene derecho a entrar allí, en la conciencia de un niño o una niña, que era como un jardín sagrado donde sólo Dios mismo tiene el derecho a caminar. Y que, si se tratara de un caso de dirección espiritual o de alguien que pedía consejo, un sacerdote debería tener mucho cuidado en lo que dice porque está pisando terreno sagrado. Para entonces yo tenía 38 años, pero nunca había escuchado ni leído nada parecido a lo que decía el padre Ezcurra.

    En los años siguientes, mientras el Instituto crecía en número a un ritmo asombroso, llegué a ver las cosas bajo esta luz y una y otra vez este delicado principio se desarrolló ante mí y la congregación del Padre Buela y sus numerosos seguidores comenzaron a parecerme como algo indecoroso como una reproducción automática de células, algo muy parecido a un cáncer. ¿Por qué la prisa? ¿De dónde vino toda esta impaciencia? ¿Por qué no a un ritmo más lento y constante? De todos modos, ninguna cantidad de advertencias a nuestros amigos cuyos hijos estaban siendo llevados a la congregación de Buela, algunos de ellos muy temprano en plena adolescencia. Nadie escuchaba, excepto algunos amigos con los que compartíamos esta misma aprensión, especialmente porque nosotros mismos teníamos niños pequeños y queríamos protegerlos de este “viento de entusiasmo” (creo que Ronnie Knox lo habría llamado así). De hecho, si alguna vez estuviéramos interesados en los dichos del Padre Buela, el comportamiento, o empresas fue sólo porque nuestros propios hijos e hijas estaban en la línea. De lo contrario, teníamos, por así decirlo, «otros pescados para freír».

    Nunca más volví a ver al padre Ezcurra, quien falleció un poco más tarde de manera muy pacífica, dedicando sus últimos meses a su amado seminario diocesano de San Rafael, incluso dictando conferencias en sus últimos días cuando apenas podía comer. Dejó atrás recuerdos amorosos.

    A la manera de Carlitos

    De todos modos, a estas alturas, el padre Buela había reunido un grupo bastante numeroso de seminaristas propios, habiendo comenzado su propia casa de estudios en las instalaciones del Instituto. Sin embargo, no puso mucho énfasis en la calidad de sus profesores, y la mayoría de los mejores dotados pronto dejaron el Instituto por una razón u otra (estoy pensando aquí en los Padres Carlos Biestro y Ramiro Sáenz, pero fueron muchos). Había visitado sus instalaciones en 1992 y había visto cosas por mí mismo. Para empezar, no había una biblioteca adecuada, ni aulas adecuadas, ni maestros adecuados; todo el sistema de estudios no era mucho más que una mezcolanza de un poco de filosofía aquí y un poco de teología allí. Esto fue explicado, por supuesto, con referencia a las dificultades que acompañan a todas las instituciones nuevas cuando se encuentran en la etapa inicial de su fundación, etc. De todos modos, esto nunca cambió mucho, ya que el Padre Buela nunca tuvo un gran respeto por los estudios académicos, es decir, un apetito y una búsqueda sincera de la verdad. Bastante diferente fue su enfoque, como con todo lo demás, si las calificaciones altas y las distinciones académicas se consideraban sólo como un medio para otros fines. Pero, una vez más, me estoy adelantando.

    No, no hay mucho énfasis en los estudios y cosas por el estilo. El énfasis se centró básicamente en ampliar las filas. Un viejo amigo suyo, el padre Nadal, abrió una rama femenina, las nuevas monjas finalmente se instalaron en una finca vecina, algo que también se hizo de una manera un tanto descarriada y rebelde, y siempre acompañadas de la desagradable sensación de que las cosas se estaban haciendo apresuradamente. De todos modos, pronto hubo casi un centenar de monjas yendo y viniendo, ninguna muy segura de lo que estaba haciendo (aquí debo admitir mi propia impaciencia, porque nunca me molesté en intentar averiguarlo por mí mismo).

    Mientras tanto, mucha gente comenzó a acudir en masa a “La Finca”, allí se estaba dando a conocer para entonces, los sacerdotes del Instituto Buela y algunos otros asociados, pero que no pertenecían propiamente a el, estaban llevando a cabo numerosas conferencias, retiros, bendición, el rezo del Rosario o lo que fuera. El IVE se estaba haciendo un nombre y estaba creciendo en número, influencia y dinero. Sin embargo, empezaron a filtrarse algunas historias sobre sus costumbres y modales, sobre todo, que parecía estar ocurriendo bastante intimidación, aparentemente entre los seminaristas mayores y los más jóvenes. Este fue uno de los rasgos característicos del padre Buela. Me he referido a él antes, pero en ese momento era peor. Siempre que alguien se atrevía a expresar su desacuerdo sobre cualquier tema bajo el sol, en la forma en que se estaban manejando las cosas o un punto de teología dogmática, invariablemente sería sometido a una buena cantidad de acoso por parte del resto, si no del mismo Padre Buela. Los seminaristas estaban siendo robotizados lentamente, el amor por la verdad por sí misma era inaudito, la originalidad prohibida, las personalidades planificadas en un único molde espiritual, psicológico y moral.

    Tomemos lo que sucedió cuando uno de los seminaristas, un chico llamado Morsella, murió en un desafortunado accidente en un verano. Inmediatamente Buela lo proclamó santo, sus restos fueron enterrados en “La Finca” con grandes honores, se instaló un museo donde se exhiben algunas de sus posesiones como reliquias, y todos fueron invitados a venerar su memoria. ¿Bien? Era solo un joven que murió electrocutado y, por lo que sabemos, debe haber sido muy desagradable, pero ¿esto? Esto, como muchas de las actividades del Instituto, se hacía al estilo de Buela: imprudente, precipitadamente, de una manera grosera, indigna y profana. Para él, nada era lo suficientemente sagrado como para ser tratado con asombro, con reverencia, con circunspección.

    En esos años Buela publicó un panfleto incendiario titulado: Reminiscencias – ad usum privatum, escrito con el propósito de deshacer a todos y cada uno de sus ex asociados que habían tenido el descaro de oponerse de una forma u otra a la forma en que se manejaban las cosas. Los padres Sáenz y Ezcurra, salen especialmente mal, pero también su viejo amigo, el padre Nadal, el fundador, si se recuerda, de la rama femenina, SSVM, que había huido seguido por nada menos que cincuenta monjas, (aparentemente escandalizados por lo que había visto). Y de esta manera, todo lo demás.

    Tomaba las palabras del Papa Juan Pablo II, como él creía, que deberían ser digeridas como si vinieran directamente del Altísimo, incluso en la reunión de Asís, la “juvenilia” general -el término fue acuñado por Romano Amerio, y su ecuménica tendencias relativistas-. De hecho, patrocinó un servicio de intercomunión con luteranos locales en San Rafael (evento que no se repetirá debido al escándalo posterior). Buela se había convertido en un fanático del Vaticano II y le dio la bienvenida a la comunión en la mano, obligando a sus sacerdotes a seguir la práctica (un tal padre Bonello del Instituto llegó a publicar un artículo en el sentido de que esa era la forma en que los primeros cristianos recibían la comunión). Y luego, para complicarlo todo, dirigió un ataque a los sacerdotes locales de la FSSPX, especialmente porque se aferraron al rito latino, publicando su panfleto demonizador que siempre tenía a mano en caso de encontrarse con un obispo, sólo para mostrar el sacerdote regular que era. Quiero hacer constar que no pertenezco al conjunto de Mons. Lefebvre, que localmente no es muy considerado, pero hay que reconocer que son personas básicamente sólidas, y han demostrado una gran valentía en su postura en estos últimos treinta años, ciertamente no merecían el tratamiento de Buela.

    De todos modos, el que tenga una imagen general, quizás, pueda entender que a medida que pasa el tiempo, se puede reconocer a un miembro del IVE en una charla de cinco minutos, todos ellos repitiendo las mismas cosas, compartiendo los mismos prejuicios, las mismas expresiones, gestos, dichos tontos (generalmente los del padre Buela), modales vergonzosos, puntos de vista miopes, humor tonto, percepción tonta de las cosas en general, elevando puntos de vista discutibles a altitudes dogmáticas (“el padre Buela lo dijo”), dando opiniones muy tontas sobre temas complicados, formas triviales de tratar asuntos sagrados como la liturgia, por ejemplo, y niveles asombrosos de ignorancia.

    Viéndolos juntos son un grupo alegre de jóvenes con sus sotanas y vistos desde la distancia, constituyen una reminiscencia de tiempos mejores en la Iglesia (las fotografías en su sitio web son un buen ejemplo de esto), pero al acercarse la historia es bien diferente. El obispo de una provincia vecina, Monseñor Laise, los vio de inmediato y dijo que eran una «secta», como el Ku-Klux-Klan, excepto que no debían tomarse tan en serio, por lo que rápidamente comenzó a llamarlos Ku-klux; el sobrenombre evolucionó con bastante rapidez a Kuku o el plural Kukus; y esta es la forma en que todos los que los conocen se refieren a ellos. Pero hay más de lo que parece, Buela ha solidificado sus dichos y modales de tal manera que a estas alturas había un sabor distintivo en toda su moral espiritual.

    La criatura del cardenal Sodano

    Hasta ahora, puedo dar fe de cada palabra que he escrito en este artículo. Lo que sigue, sin embargo, tiene cierto grado de especulación, pero es el resultado de sumar dos más dos. A medida que el Instituto crecía en influencia y se fundaban nuevas casas en todo el mundo, el padre Buela, naturalmente, viajaba cada vez con más frecuencia a Roma. Parece haber aprendido a jugar con los hilos de allí a juzgar por lo que sucedió en 1994. Algunos padres de niños o jóvenes que habían sufrido un encantamiento por el Instituto se enteraron de hechos extraños, lavado de cerebro, técnicas de manipulación, prácticas desmesuradas, por ejemplo, se habló de sesiones colectivas sesiones de flagelación, conocidas como disciplina, y muy especialmente la instrucción de las mentes jóvenes en el sentido de que el matrimonio era lo segundo mejor, las mujeres deben ser despreciadas y el sexo algo bastante sucio, uno de los principios maniqueos de Buela que se formuló a lo largo del tiempo en crudo y en términos groseros. Su principal teólogo moral, un tal Padre Fuentes, tiene un blog donde dice especializarse en adicciones sexuales entre otras cosas. Afortunadamente para mí, aquí no hay espacio para entrar en este tema. De todos modos, llegó la voz a Roma y, para sorpresa de muchos, el Padre Buela fue destituido de su oficio de superior general se mudó a una de sus casas en Perú o Ecuador, y el Instituto fue investigado por un comisario pontificio, (un tal Rico, según recuerdo) con el mandato de averiguar qué diablos estaba pasando. Después de algún tiempo, Rico regresó a Roma con sus hallazgos, el Instituto fue puesto bajo la supervisión del obispo de San Juan, Mons. Delgado y un nuevo Padre Superior fue elegido para dirigir el espectáculo, un tal Padre Solari, un resultado increíble si se llega a considerar que el Padre Solari era el mecánico a cargo del autobús de la congregación. Se habla de manipulación.

    A pesar de la recomendación de Monseñor Delgado de que se disolviera el IVE, las cosas se arreglaron en solo un par de meses. Pronto el padre Buela trasladó su casa principal a Roma, bajo el obispo de Velletri-Segni, Mons. Erba, quien dio la aprobación diocesana a la congregación, y fue reinstalado como Superior General. Por cierto, el padre Solari desapareció, al menos del relato oficial de la historia del Instituto, tal y como está ahora en su sitio web, no estoy seguro de eso, pero aparentemente dejó el IVE y reside en Perú. Fue en este momento cuando el Cardenal Sodano se convirtió en objeto de muchos elogios por parte de todos los miembros del IVE, incluido el Padre Buela, quien lo celebró repetidamente y lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Cualquiera que tenga dudas hará bien en consultar su página web, “El cardenal Sodano visita…

    De todos modos, el Padre Buela y su Instituto prosperaron a lo largo de los años, el número de sus miembros crecía cada vez más, aunque, hay que decirlo, hay un número desproporcionado de sacerdotes ordenados que han dejado el Instituto, algunos de ellos incluso destrozados en su sacerdocio, otros dejaron la Iglesia, se fugaron con mujeres y cosas por el estilo, pero el número exacto de deserciones es el secreto mejor guardado del IVE y solo el Vaticano sabría exactamente cuántos son.

    Hay un poco de silencio en todo

    Concluyamos:

    Más de 25 años de protestar con amigos, señalando nuestras objeciones a las acciones y el comportamiento del Padre Buela, se ha revelado de poco provecho y, para nuestra consternación, muchos continuaron enviando a sus hijos a este Instituto.

    Pero a fines de 2009, comenzamos a escuchar sobre los informes que eran difíciles de creer, dicho sin rodeos, que el Padre Buela estuvo involucrado en uno o varios escándalos de abuso, similares a los del Padre Maciel. Yo, junto con muchos de mis amigos, estábamos desconcertados, a lo largo de los años estábamos acostumbrados a esperar cualquier cosa de este sacerdote, pero no esto.

    En mayo de 2010 nos enteramos de que el padre Buela había renunciado formalmente a su cargo alegando vejez (tiene alrededor de 70 años) y mala salud, aunque, solo dos años antes se había presentado y ganado la reelección. Ha escrito al Papa rogándole que no intervenga en el Instituto, sino que les permita elegir un sucesor de acuerdo con sus constituciones.

    Oficialmente Roma no ha dicho nada hasta ahora. En 2010, al enterarse de los rumores, la prensa secular solicitó comentarios a las máximas autoridades del IVE, sólo recibieron un par de palabras del padre Clarey, líder a cargo de “La Finca” en San Rafael: “En este punto no concederé entrevistas y no tendré ningún comentario que hacer». Y todavía no lo han hecho.

    Eso fue en junio de 2010. Ahora, en 2013, con el Papa Francisco a cargo de la Iglesia -y Sodano fuera del camino- Buela parece estar en aguas muy caliente, hemos escuchado, pero no tenemos nada oficial sobre esto, que ha sido condenado en un segundo caso de abuso y que su recurso al Papa ha sido rechazado.

    Pero incluso si éstas últimas noticias resultan ser falsas, lo que hemos escrito y presenciado es una especie de advertencia. Una advertencia necesaria, en estos tiempos difíciles.

    ¡Que nadie se engañe!

    Buenos Aires, julio de 2013

  • Algo más sobre «el prisionero de Génova»

    Algo más sobre «el prisionero de Génova»

    Muchos se preguntarán: ¿Por qué lo trajeron desde Génova?… O, ¿Porqué no vino solito, de visita, antes de morir?

    Quizás muchos no saben la historia y la razón por la cual el Padre Buela terminó muriendo en la tierra de Colón, complicando un poquito las cosas.

    En efecto: hace tan sólo 2 días atrás, en «la Finca», despidieron con grandes honores a quien tuvo que ser a la fuerza «el prisionero de Génova», y nos hemos tomado el tiempo de hacer algunas reflexiones al respecto para iluminar a los desprovistos de informaciones sobre la verdadera cara del difunto tan exaltado y alabado por los suyos.

    Una de las cosas que no se decía ni se conocía sobre Buela nos la compartió en su momento The Wanderer y la hemos recordado en este artículo imperdible.

    Hoy, para completar la información y responder esas dudas, nos tomamos el atrevimiento de volver a publicar una reflexión del mismo autor del 24 de junio de 2014 que nos pareció digna de releer en estos momentos:

    El prisionero de Génova

    Nota previa:

    1. Estoy convencido de que existen entre los sacerdotes y religiosas del Verbo Encarnado muchas personas de la más alta valía. Me precio de ser amigo de algunos de ellos.

    2. Estoy igualmente convencido del mérito y virtud de los sacerdotes y religiosas de esa institución que se dedican a cuidar a personas gravemente discapacitadas, o que se mueren por el calor de Tunes, por el frío en Groenlandia, por el paludismo en Papua o por las bombas en Siria. Para ellos, no tengo más que palabras de admiración y profundo respeto.

    Por favor, distingan. Este post se trata de otra cosa.

    Con cierta frecuencia en los últimos dos años, cuando fieles laicos o humildes y jóvenes sacerdotes del IVE peregrinaban a Roma a fin de tomar gracia de los lugares bendecidos por el Fundador, extrañamente, volvían sin pronunciar palabra alguna acerca del personaje y, cuando eran interrogados al respecto, o bien callaban, o bien hacían referencia a difusos encuentros en los que no quedaba muy claro si los mismos habían sido encuentros reales, reuniones espectrales o relatos escuchados y vivenciados de un modo particularmente intenso. Y cuando se les recordaba que no podían haber visto a Buela porque éste había sido castigado por orden de la Sede Apostólica, respondían que tal especie no era más que una calumnia urdida por los enemigos del IVE, los cuales necesariamente debían existir, y muy aguerridos, además, como siempre ha sucedido en la vida de las fundaciones más imponentes de la Iglesia.

    Pues bien, como el piadoso cuento sigue dando vueltas, y aún con reticencias porque es un tema que ya no me interesa tratar en este blog, he decidido publicar el texto del documento de la Santa Sede donde se confirma todo lo que desde aquí se insinuaba y que ahora relato con más detalle:

    Luego de finalizado el proceso canónico contra Buela, en el que se lo imputó y condenó por lo que, en términos breves y comprensibles podríamos denominar «reiteradas manipulaciones a la conciencia de sus seminaristas», a mediados de 2012 el Santo Padre Benedicto XVI le impuso la prohibición estricta de no injerir en el gobierno y en el “andamento” del IVE.

    Y así fue… durante unos meses, porque el zorro pierde los pelos, pero no las mañas. Se le ocurrió un ardid para salvar la prohibición pontificia: sus secuaces organizaron en las cercanías de Santiago de Chile un piadoso curso en el que el venerado padre Buela enseñaría algunos rudimentos de la predicación de ejercicios espirituales, es decir, las técnicas por él mismo aplicadas durante décadas para manipular las conciencias de los incautos jóvenes…  Con el mayor secreto y discreción, los curas y monjas del IVE en Argentina comenzaron a llenar ómnibus con seminaristas, novicios y novicias y otro tipo de jóvenes miembros de la institución a fin de que, cual otra gesta sanmartiniana, cruzaran Los Andes para conocer y escuchar al gran padre fundador. Y así lo hicieron en octubre de 2012. ¡Tamaña imprudencia! Enterado el obispo de San Rafael, montó en cólera y enseguida las noticias del encuentro llegaron a la Colina.

    El recurso se resolvió estando ya aposentado en el Solio Petrino el papa Francisco quien decidió recluir al padre Buela en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas de Palencia, España. Allí, el abad estaría encargado de vigilar al ladino porteño del Bajo Flores a fin de que no tuviera contacto con el exterior y terminara sus días en oración y penitencia. Podrán leer más abajo el texto italiano con su traducción, de la carta que le envió el cardenal Braz de Aviz en mayo del 2013 a Mons. Eduardo Taussig, obispo de San Rafael y personaje menor del episcopado argentino.

    Y hacia la abadía que había sido hogar del Hno. Rafael marchó Karloncho, y allí comenzaron a trascurrir sus tristes días, participando en algunos de los oficios monásticos y vigilado muy de cerca por los monjes, que habían sido advertidos de sus mañas y antecedentes, por lo que apenas si lo dejaban dar algún paseíto por el jardín y la huerta conventual. Allí estuvo de julio a octubre de 2013.

    Pero las trenzas romanas siguen funcionando y vaya a saber uno qué influencias y presiones se movieron en Casa Santa Marta –seguramente a través de la cordata de Sodano-, pero la cosa es que el papa Francisco cedió y permitió que se recluyera al P. Buela en una reciente fundación de su instituto en la ciudad de Génova, donde ahora se encuentra en silencio y oración, o conspiración, ayudado por un joven sacerdote que cuida de su salud y, probablemente también, de las llaves de su celda.

    Y aquí el texto del dicasterio romano:

    Città del Vaticano, 15 maggio 2013

    Ciudad de Vaticano, 15 de Mayo de 2013

    Eccellenza Reverendissima,

    Excelencia Reverendísima

    Al Suo scritto dell’8.1.2013 è stata riservata una particolare cura per la serietà e l’urgenza del problema da Lei ripetutamente portato all’attenzione della Santa Sede.

    A su escrito del 8 de enero de 2013 se le ha dado un particular cuidado por la seriedad y urgencia del problema que Ud. ha, repetidamente solicitado de parte de la Santa Sede.

    I fatti, le circostanze e le ragioni da Lei addotte hanno, suscitato una seria preoccupazione circa la possibilità di uno sviluppo negativo della situazione, con grave danno per l’immagine della Chiesa.

    Los hechos, las circunstancias y las razones adoptadas por Ud., han suscitado una seria preocupación acerca de la posibilidad de un desarrollo negativo de la situación, con grave daño para la imagen de la Iglesia.

    A questo Dicastero non è apparso facile dare una corretta interpretazione alla clausola apposta di propria mano da Benedetto XVI con la quale si stabilisce che «Al P. Buela non è permessa alcuna ingerenza nel governo e nell’andamento dell’lstituto». Proprio sulla portata di questo termine «andamento» sono sorte le difficoltà cui Ella fa riferimento.

    A este Dicasterio no le ha surgido fácil dar una correcta interpretación a la cláusula colocada de propia mano por Benedicto XVI con la cual se establece que “al Padre Buela no le está permitida ninguna injerencia en el gobierno y en el ‘andamento’ (desenvolverse) del Instituto. Justamente sobre el alcance de este término “andamento” han surgido dificultades respecto de las cuales Ud. hace referencia.

    Si è creduto così necessario presentare la questione al Papa Benedetto XVI quando era ancora sul Soglio di Pietro, per chiedere la corretta interpretazione di quanto Egli aveva disposto.

    Se ha creído así necesario presentar la cuestión al Papa Benedicto XVI cuando todavía se encontraba en el solio de Pedro, para solicitar la correcta interpretación de cuanto él había dispuesto.

    Atteso il corso degli eventi, la questione è stata presentata al Sommo Pontefice Francesco, il quale ha approvato in forma specifica la proposta di assegnare al P. Buela la dimora obbligatoria nell’abbazia cistercense di San lsidro (Palencia), in Spagna, sotto la vigilanza dell’Abate per quanto riguarda i contatti con l’esterno.

    Esperando el curso de los acontecimientos, la cuestión fue presentada al Sumo Pontífice Francisco, el cual aprobó en forma específica la propuesta de asignar al Padre Buela la residencia obligatoria en la abadía cisterciense de San Isidro (Palencia), en España, bajo la vigilancia del Abad para cuanto respecta al contacto con el exterior.

    Oltre a prevenire gli inconvenienti cui Ella fa cenno nel Suo esposto, tale provvedimento è un segno di riprovazione dei fatti addebitati al P. Buela documentati e provati nell’inchiesta da Lei svolta.

    Además de prevenir los inconvenientes a los cuales Ud. hace referencias en su exposición, tal medida es un signo de reprobación de los hechos denunciados al Padre Buela, documentados y probados en la investigación llevada a cabo por Ud.

    Poiché a questa disposizione il Santo Padre ha dato piena e definitiva fermezza di diritto approvandola in forma specifica che esclude Ia possibilità di ricorso, si ha fiducia che tale misura diventi veramente effettiva rimuovendo così per Lei il timore di poter essere in qualche modo accusa to di inerzia di fronte ad una situazione di irregolarità .

    Puesto que a esta disposición el Santo Padre ha dado plena y definitiva firmeza de derecho aprobándola en forma específica que excluye la posibilidad de recurso, se tiene la confianza que tal medida se vuelva verdaderamente efectiva removiendo así para Ud. el temor de poder ser de algún modo acusado de inercia de frente a una situación de irregularidad.

    Mi valgo volentieri della circostanza per salutarLa nel Signore Crocifisso e Risorto.

    Aprovecho la circunstancia para saludarlo en el Señor Crucificado y Resucitado

    Joao Braz Card. de Aviz

  • Buela encubrió abusos sexuales a menores

    Buela encubrió abusos sexuales a menores

    Hoy se publicó esta noticia en Mendoza News

    Luis María de la Calle, quien denunció abusos en el Instituto del Verbo Encarnado, conversó en exclusiva con FM 92.9 Continental San Rafael, sobre lo que vivió de niño y de la responsabilidad que le correspondía al fundador de la congregación, Carlos Buela, quien falleció y fue sepultado esta semana en una gran ceremonia en las instalaciones del instituto religioso de El Chañaral.

    La muerte de sacerdote Carlos Buela, fundador del Verbo Encarnado no pasó desapercibida en la congregación y los fieles del instituto religioso, quienes pudieron hacer una gran despedida a su guía. Pero para otros, como Luis De la Calle, el fallecimiento de Buela significa que un delito del que fue víctima, quedará impune.

    De la Calle fue abusado a los 12 años en el Instituto del Verbo Encarnado (IVE) por quien era el encargado de cuidarlo junto a los otros chicos que formaban parte del Seminario Menor, el diácono Miguel Ángel Paz. Ocho años después le contó lo sucedido al sacerdote que estaba al frente del Seminario Mayor, pero su denuncia no llegó a la Diócesis de San Rafael. Recién en 2017 la Iglesia supo del tema, intervino y el abusador fue expulsado por el Papa.

    Ahora, desde Buenos Aires en donde reside con su familia, comentó que llegó a San Rafael en 1997, con 12 años, e ingresó al Seminario Menor, “donde los chicos viven en una casa en común y van al colegio Alfredo Bufano, en la calle Ortubia”, y fue allí donde sufrió los abusos sexuales que relató tiempo después, pero que extrañamente quedaron en la nada. Pero ahora, lo que más preocupa a De la Calle, es que al fallecer Carlos Buela, su denuncia quedará en la nada.
    “Con respecto a mi caso Buela era el encargado de llevar adelante los correspondientes procedimientos que la misma Iglesia manda, y no lo hizo. Por eso el 6 de diciembre del 2022 presenté una denuncia en el Vaticano -la segunda- contra Buela por encubrimiento. Ahora murió y me comunican que las cosas quedaron ahí, que no se puede hacer nada hacia una persona muerta”, comentó.

    Según él, “Buela aparte de los abusos que él cometió hacia adultos seminaristas y sacerdotes, también tiene sobre sus espaldas un gran peso, que es el encubrimiento para que no se conociera lo que le sucedió a un seminarista menor de 12 años. Si lo hicieron conmigo ¿por qué no lo habrán hecho con otros también?”
    Destacó que si bien Buela no fue quien abusó de él, “fue el responsable de haber llevado adelante las cosas como deberían y no como se hicieron. Recién monseñor Taussig, que fue el anterior obispo de San Rafael, hizo lo que tenía que hacer, pero para ello yo tuve que hablar, cuando tendrían que haberlo hecho desde el IVE”. La denuncia llegó a Roma a través de Taussig, pero “desde la congregación señalaron en una actitud miserable, que el abusador –Migue Ángel Paz- no pertenecía al IVE y que se le había sacado el sacerdocio”. Y agregó que “las cosas las tapan mientras puedan, pero ni bien hay que pagar los platos rotos obviamente se lavan las manos”.

    De la Calle afirmó que el sacerdote a quien él le confió lo sucedido fue Gabriel Zapata, “para colmo es el actual rector del mismo Seminario Menor donde ocurrieron los hechos, sigue estando ahí como rector a pesar de su negligencia en el obrar reconocida por el mismo. Lo entiendo a Zapata porque él le contó todo al padre Buela y lo que hizo fue obedecer a Buela”. Al respecto, explicó que Zapata fue investigado exhaustivamente por el actual obispo Domínguez, “quien lo declaró inocente de encubrimiento, porque justamente Zapata refirió todo al padre Buela, que en definitiva era el último responsable”.

    La denuncia penal realizada por De la Calle continúa su curso. “A fines de 2016 hice la denuncia pero quedó en la Fiscalía. La retomamos ahora, el año pasado volvimos a presentar la denuncia, esta vez con un abogado que me está ayudando y podemos decir que está todo encaminado”.

    A pesar de todo lo que le sucedió de pequeño De la Calle continuó en el seminario y fue ordenado sacerdote. “Deposité toda mi confianza en los superiores, mi denuncia al padre Zapata fue verbal, nunca se me hizo firmar nada, tampoco recibí ayuda profesional. Él escuchó mi denuncia y nunca más se habló del tema. Seguí, tenía que perseverar, no renunciar jamás. Uno estando dentro del Instituto del Verbo Encarnado a veces no llega a darse cuenta mucho de las cosas, porque es como una secta, te embaucan, te tienen ahí atrapado. Obviamente que uno es libre de irse, yo no me fui, pero también es difícil para una persona que está allí desde chiquito, se realiza un lavado de cerebro prácticamente, porque uno siente culpa de irse, te tratan de traidor, que renunciaste a la vocación de Dios”.

    Por otros miembros del IVE que actualmente están fuera, se enteró que Buela había abusado de seminaristas mayores y de sacerdotes. “No podía creerlo, el me advirtió y me dijo que también debería denunciarlo. Ahí es donde abro un poco los ojos, y digo, es verdad, acá hay cosas oscuras”, relató. Fue allí cuando decidió dar un giro a su vida. “Dejé el Instituto del Verbo Encarnado, volví a mi casa en Buenos Aires, empecé una vida nueva, cuando el Santo Padre me concedió el poder del ministerio formé una familia, tengo dos hijos, y ahora como padre de familia tomo total conciencia de lo que significa el abuso de un menor”, dijo.

    “Denuncié y cuento lo que me pasó por lo que puede llegar a significar en la vida de una persona. Por eso es que advierto, prevengo y que cada uno haga lo que quiera después, pero sin olvidarnos que este instituto, tiene ciertas características sectarias”, concluyó.

  • El padre Buela, acusado por abusos y encubrimiento, fue velado con honores en una parroquia de San Rafael

    El padre Buela, acusado por abusos y encubrimiento, fue velado con honores en una parroquia de San Rafael

    La noticia sale publicada en Diario Los Andes

    Ofrecemos un resumen:

    El velatorio se transmitió por Youtube. Era el fundador del Instituto del Verbo Encarnado que tiene una amplia comunidad en el departamento. Hay más de 12 denuncias, murió sin sentencia en Génova donde se encontraba suspendido en el ministerio del sacerdocio, pero donde también fue velado por una gran concurrencia eclesiástica.

    Durante esta jornada, el Instituto del Verbo Encarnado (IVE) de San Rafael, realizó el velatorio del padre Carlos Miguel Buela, fundador de la institución, quien ha sido denunciado por abusos y encubrimiento dentro del instituto. Las ceremonias de su despedida llevarán dos días. El velatorio fue en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, desde las 10 mientras que para mañana se ha planeado una misa y sepelio en el cementerio San José desde las 11.

    Falleció el 25 de abril, en Génova, Italia, donde se realizó el velatorio con gran asistencia de la comunidad eclesiástica. Pese a las denuncias, el cuerpo fue traído a Argentina, trasladado a San Rafael para la ceremonia y según ha trascendido será enterrado en un predio del instituto.

    Familiares de las víctimas de abuso sexual y psicológico por parte del sacerdote y dentro del instituto han conformado una red y denunciaron el velatorio con la asistencia de más de 600 personas en Italia hacia una persona contra la que pesan estas graves denuncias. Fueron justamente ellos quienes manifestaron su dolor, pesar, y otras emociones ante esta situación y sobre todo, el silencio de la Iglesia ante más de 12 casos de abusos denunciados.

    Luis de la Calle, es una de las víctimas de otro sacerdote, pero acusa también a Buela por encubrimiento ya que lideraba la orden cuando ocurrieron los hechos. Lleva adelante un juicio contra miembros de la orden.

    Junto a otras personas en la misma situación emitieron un comunicado en el que expresan que incluso la Iglesia le rinde honores.

    “El pasado 25 de Abril, murió en Génova, Italia, el fundador del Instituto del Verbo Encarnado: Carlos Miguel Buela, acusado durante décadas de abuso sexual a seminaristas y jóvenes sacerdotes. A raíz de esta situación y otros tipos de manipulación, se lo llevó a juicio canónico en Roma, declarándolo culpable y apartándolo del gobierno del instituto y de sus miembros. Buela había apelado esta sentencia hace más de un año y se aguarda la segunda y definitiva sentencia canónica, cosa que la iglesia ha dilatado en publicar por tratarse de un sacerdote Argentino, y una orden desparramada en los 5 continentes, ya que según nos dijeron fuentes internas, no es un buen momento que salga justo con la próxima visita del papa a la Argentina”, apuntan. “Mientras tanto, las víctimas aguardan ansiosas que la iglesia haga declaraciones al respecto. Pero todo no queda ahí: para el velorio de este fundador acosador, viajaron a Italia más de 600 religiosos de su orden en busca de reliquias y milagros a través de él”, expresan.

    Según trascendió para el velatorio llegaron miembros de la comunidad de diversos países.

    Hace unos días, al trascender la noticia de la próxima llegada del cuerpo, fuentes del Arzobispado de Mendoza consultadas por Los Andes expresaron que no tenían novedades al respecto.

  • Cuando The Wanderer escribió sobre Buela

    Cuando The Wanderer escribió sobre Buela

    Era por allá, a fines del 2016, cuando el conocido escritor y  blogger The Wanderer nos advertía sobre este personaje llamado Padre Buela.

    Tituló su artículo “El humo de Satanás”, y allí advertía lo que ya muchos sabían: el P. Carlos Buela es “para la Iglesia, y desde hace tiempo, culpable”.

    El artículo completo, que recomendamos leer, lo pueden encontrar en este link: http://caminante-wanderer.blogspot.com/2016/12/el-humo-de-satanas.html

    Destacamos aquí algunos párrafos que nos parecen un buen resumen, dadas las circunstancias ya conocidas sobre este conflictivo difunto personaje eclesiástico:

    Dice The Wanderer:

    Desde el año 2008 comenzamos a advertir en este blog sobre quién era en realidad Carlos Buela y comenzamos a alertar acerca de la situación en el IVE. Los hechos, lamentablemente, son mucho más graves y dolorosos que lo que pensábamos. Ya se dijo de un modo definitivo y para que no quepan dudas: el P. Carlos Buela es “para la Iglesia, y desde hace tiempo, culpable”. Lo admitió a los medios gráficos el vocero del obispado de San Rafael, sede en la cual se instruyó el proceso. Y fue hallado culpable de abuso psicológico y abuso sexual perpetrado contra jóvenes sacerdotes. 

    Si bien era este un hecho conocido aunque negado por muchos, lo que no se sabía es que otros miembros del mismo instituto estaban también acusados e investigados por abuso sexual no ya contra sacerdotes mayores de edad sino contra niños del seminario menor.

    Quien habló con los medios fue una de las víctimas y que se vio obligada también a responder las mentiras con que las autoridades de ese instituto siguen intentando encubrir los hechos. 

    Yo doy testimonio de numerosas familias que dejaron sus hogares, sus trabajos y sus bienes, y emigraron a San Rafael para vivir cerca del santón y sus acólitos. Y la mayoría de ellas entregaron al IVE algo mucho más valioso: sus propios hijos e hijas que ingresaron a la vida religiosa. Ahora descubrimos que algunos de ellos fueron abusados. Yo doy testimonio de la rectitud y justicia de esos matrimonios que creyeron en la palabra de Buela.  Y me pregunto ahora ¿cómo hacen para seguir?

    Pero lo que más enardece es la red de complicidad y encubrimiento que se creo para mantener ocultos todos estos casos. Es imposible que los superiores de la famosa “Finca” no supieran nada sobre los crímenes del Fundador -me consta que lo sabían-, y es imposible que no supieran lo que estaba ocurriendo en el seminario menor. Y, sin embargo, el Consejo General («los Eternos») y el padre provincial en Argentina siempre se preocuparon de silenciar la situación, y de acusar y perseguir a los que se animaban a hablar. 

    Es difícil creer el cinismo demostrado por sacerdotes que respondían a través de internet acerca de cualquier tema que se les preguntaba y escribían un libro titulado La trampa rota. El problema de la adicción sexual, encubrían al mismo tiempo las atrocidades que se cometían a su lado, arruinando para siempre la vida de niños y jóvenes.

    Hasta aquí el resumen del artículo del The Wanderer.

    Destacamos especialmente un comentario, del Señor Jack Tollers, que expresa muy significativamente lo siguiente:

    «Desde el año 2008 comenzamos a advertir en este blog sobre quién era en realidad Carlos Buela y comenzamos a alertar acerca de la situación en el IVE. Los hechos, lamentablemente, son mucho más graves y dolorosos que lo que pensábamos.»
    Wanderer, permítame disentir. Hace más de veinte años que un grupo de amigos comenzamos a tener dudas, luego, a fuerza de discutir, convicciones, luego, a fuerza de hecho ante la vista, ninguna duda… de que Buela y sus secuaces eran una cosa muy mala para todos nosotros y muy mala para la Iglesia. Jamás se nos ocurrió pensar siquiera en desviaciones sexuales en él o en sus secuaces. Eso nos tomó enteramente por sorpresa. Pero veníamos pensando sobre ellos (y se los dijimos, incontables veces, de todas las maneras posibles) cosas mucho peores. A ver, a vuelo de pájaro: la manipulación de las conciencias, el espíritu sectario, la enfermiza defensa de Vaticano Segundo y la papolatría con el Papa Magno, las técnicas de reclutamiento, los manejos de plata, las siniestras maniobras para quedar bien con el episcopado a fuerza de atacar a los lefes, la intercomunión con los luteranos, la defensa de la comunión en la mano, los ataques contra los PP. Sáenz y Ezcurra (y contra cualquiera que no se arrimara a su bando), la perpetuación en el poder, y un enorme etcétera…
    Porque sí, fuimos cándidos e ingenuos en no advertir que, si había todo eso, entonces, ¿cómo no iba a haber pederastia, sodomía y toda esa clase de porquerías?
    Pero todo eso que sí vimos y que denunciamos enfáticamente, era peor.


    J. T.

    Conclusión:

    Hace más de 20 años que ya lo sabían, (dicho en el 2016 por Jack Tollers, por lo tanto, desde el 1996)

    A esta altura, demasiados testimonios tenemos como para ni siquiera pensarlo:

    A este señor a quien están enterrando en el cementerio de su seminario con los honores de un santo, amigo del ex cardenal Theodore Edgar McCarrick… ¿lo siguen teniendo por inocente y bendito, calumniado injustamente? … ¿la gente con un mínimo de sentido común no se preguntará, como mínimo, el porqué de tantas sospechas? … ¿seguirán los ingenuos creyendo siempre el relato oficial de que todo es calumnia y persecución?

    ¿Y qué decir de las víctimas de este hombre? … ¿nadie se pondrá a pensar en ellas? …

    Hacemos un llamado a la reflexión y al sentido común. Por el bien de ellos mismos, (de los buelistas), ¡abran los ojos!

  • El Padre Buela regresa al Seminario del IVE en Argentina. Esta vez, muerto

    El Padre Buela regresa al Seminario del IVE en Argentina. Esta vez, muerto

    Hay mucha sutileza en los mensajes. Se cuidan hasta de no decir el nombre del “padre”.

    No llega a todos… sólo a algunos. No quieren que la gente se entere, o al menos, el común de la gente.

    Serán invitados sólo los elegidos. Y una vez enterrado, ahí sí: a publicar y compartir la noticia, seguramente, y las fotos de la semana, ilustrando el histórico evento. Total, “lo hecho, hecho está” … o estará.

    ¿Será que no cuentan con las debidas autorizaciones eclesiásticas locales? No importa… Eso sería lo de menos. Si venían haciendo las cosas de ese modo con la aprobación del mismo fundador aun vivo, ahora, con mayor razón, no podrían traicionarlo.

    El sujeto en cuestión, estando vivo, tenía prohibido visitar la ciudad sureña de Mendoza, Argentina. Ahora que dejó este mundo en la ciudad norteña italiana, sus fieles seguidores se encargaron por todos los medios de hacerlo llegar a su tierra, incluso después de más de un mes de descomposición.

    Hace ya algunos días hicieron circular el mensaje, a modo “sotto voce”, fieles al habitual “estilo IVE”:

    «Queridos todos, gracias a Dios se concretó el traslado de los restos del Padre a Argentina. Salen de Italia mañana jueves 25. En Buenos Aires lo recibe una funeraria argentina, con quien se está ya trabajando, que hará los trámites correspondientes, y enviará los restos a San Rafael. El martes 30 a la mañana estarían llegando los restos al Seminario, para iniciar el velatorio. A las 15:00 se comenzarán a celebrar Misas, y al día siguiente miércoles 31 está prevista la Misa de funeral alrededor del mediodía, con el posterior entierro en el cementerio del Seminario».

    Nos preguntamos si muerto el perro se acabará la rabia…

    Dudamos mucho… Sobre todo, porque este perro contagió su rabia a su propio instituto, haciendo de su enfermedad un estilo de vida crónico autoinmune no detectable, sino visto como saludable.

    Esperamos que, al menos, a los buenos religiosos no les influya en sus escasos tiempos de descanso, como la monjita de las pesadillas

    ¡Buena lectura!

  • Hermanos Philippe: «una subversión cuya duración dice su fuerza»

    Hermanos Philippe: «una subversión cuya duración dice su fuerza»

    Traducción del artículo publicado en cath.ch el 18 de mayo de 2023. Cualquier parecido con lo que nos incumbe en este blog es pura coincidencia.

    El 16 de mayo de 2023, la sombra blanca del padre Marie-Dominique Philippe (1912-2006) recorre los pasillos y los bancos de la Universidad de Friburgo, donde fue profesor de 1945 a 1982. Tras la revelación de sus abusos «místico-eróticos» a numerosas mujeres, historiadores, teólogos y antiguos alumnos se interrogan sobre la génesis de sus excesos.

    ¿Cómo no vimos lo que teníamos delante de los ojos? La persistente cuestión de la doblez de los frailes dominicos Thomas y Marie-Dominique Philippe, y de su discípulo Jean Vanier, estuvo en el centro de una jornada de estudio que reunió a un centenar de personas, entre ellas muchos de sus antiguos alumnos de la Universidad de Friburgo.

    A propósito de los hermanos Philippe, el historiador Tangi Cavalin, autor del voluminoso informe titulado «L’Affaire», habló de «una subversión cuya duración lo dice todo». «¿Cómo entender algo que parece escapar a todas las categorías? ¿De dónde viene, cómo nace, se construye? Esa ha sido la intención de mi trabajo».

    Primeras revelaciones en 2013

    «Estas personas no son monstruos, sino personas dotadas de una inteligencia superior, con una sólida educación, a menudo admiradas o incluso adoradas. Han sabido reunir todos los elementos para hacer de ellos personajes «incuestionables». Tangi Cavalin aboga por el respeto de la complejidad histórica. Más allá de las trayectorias individuales, hay que ver su historia familiar, el contexto religioso y eclesial. No se trata de hacer revelaciones, ni de llevar a cabo procedimientos policiales o judiciales, sino de intentar comprender.

    Revelados desde 2013, a través de un discurso muy eufemístico de «gestos contrarios a la castidad», los abusos espirituales y sexuales de Marie-Dominique Philippe a mujeres adultas abarcan varias décadas. «Las palabras de algunas víctimas han sido decisivas. Estamos ante algo muy distinto de la pedofilia. La cuestión de los abusos a adultas no surgió hasta finales de los años 2010. Sabemos que a menudo se necesitan décadas para poner palabras a una experiencia.»

    Intelectuales brillantes con un fuerte carisma

    El contexto familiar de los hermanos Philippe está ligado a su tío, el padre Thomas Dehaut, él mismo dominico, que habría tenido y propagado comportamientos desviados. Pero para Tangi Cavalin, evocar una familia incestuosa, como han hecho algunos, no es una explicación suficiente, aunque su papel sea innegable.

    «Como teólogos y predicadores, los hermanos Philippe son referencias en la ortodoxia».

    El papel de los líderes dominicos parece más decisivo. Los hermanos Philippe aparecieron rápidamente como intelectuales brillantes, dotados de un fuerte carisma personal. Como teólogos y predicadores, fueron los referentes de la ortodoxia en una orden dividida entre progresistas y conservadores. Son llamados y utilizados para poner las cosas en su sitio o para defender posiciones. Como ambos dominicos tienen acceso directo a la Curia Romana, las responsabilidades llegan hasta lo más alto de la jerarquía eclesiástica.

    Doctrina frente a vida religiosa

    Para Tangi Cavalin, la insistencia de la época en las cuestiones doctrinales eclipsó la propia vida religiosa y permitió a los hermanos Philippe «volar bajo el radar». No se les pedían cuentas sobre su vida comunitaria, su vida de oración o sus votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia. Llevan su vida como les parece, casi sin vínculos comunitarios. «Siempre he sido ingobernable», confesó el padre Marie-Dominique poco antes de morir.

    Si los hermanos Philippe se benefician de la indulgencia de sus superiores, utilizan su hábito dominico, que casi nunca se quitan, para mostrar su respetabilidad. De hecho, son dominicos sólo en apariencia. Por su parte, no dudan en denunciar a los hermanos cuyo comportamiento, ideas o críticas les molestan.

    Convencidos de que deben «salvar a la Iglesia»

    Los hermanos Philippe «gobiernan» sobre «comunidades secretas» distintas de la suya y justifican esta actitud por razones «superiores». Se han convencido de que su misión es «salvar a la Iglesia» y que, ante este reto, ya no valen las reglas ordinarias. Pocos cohermanos o personas son capaces de detectar sus excesos y su doble juego.

    «En 1957, Marie Dominique Philippe montó, con el Maestro General de los Dominicos, un escenario para ocultar su proceso y su condena».

    La ambigüedad de las condenas romanas

    La ambigüedad no es menor en lo que se refiere a las condenas romanas de los hermanos Philippe. A raíz de las denuncias de las víctimas, Thomas Philippe fue condenado en 1956 y apartado de hecho durante algunos años antes de lanzar la fundación de El Arca y su condena fue olvidada.

    En 1957, Marie-Dominique Philippe, junto con el Maestro General de los Dominicos, montó un escenario para ocultar su proceso y su condena por «una dirección espiritual considerada demasiado mariana y afectiva en varios monasterios». Según la sentencia canónica, ya no tenía derecho a confesar, ni a dirigir espiritualmente, ni a enseñar nada relacionado con la espiritualidad. Con la excusa de que le necesitaban en Roma, el superior le llevó a la Curia General. Su condena se transformó así en un ascenso. Dos años más tarde, siempre con la intervención personal del Maestro de la Orden Dominicana, Marie-Dominique Philippe fue rehabilitado, sin ser absuelto, es decir, recuperó sus prerrogativas. El juego de manos funcionó, la condena se ocultó y permaneció desconocida para la Universidad de Friburgo.

    El caso es un enigma

    El filósofo y director del Instituto Philanthropos, Fabrice Hadjadj, propuso una lectura bíblica del asunto, que para él sigue siendo un enigma. ¿Cómo fueron posibles tales aberraciones en el seno de obras como El Arca y la comunidad de San Juan, que para muchos fueron verdaderos caminos de conversión? Tras la conmoción de las revelaciones, hay que pasar de la conmoción a la reflexión.

    El relato de las «gracias muy oscuras» de un «asimiento divino sobre el cuerpo claramente localizado en la región de los órganos sexuales» recibido por Thomas Philippe en 1938 en Roma debería haber despertado sospechas. Aunque afirma haber recibido un «nuevo conocimiento de la Virgen María», Thomas Philippe se libera de la moral ordinaria, de la razón teológica y del sentido común. «¡No estamos ante un cura pederasta, sino ante un religioso que afirma haberse dejado llevar por una Virgen «pederasta» y lo reivindica como un privilegio!». Asistimos a un aplastamiento de lo místico sobre lo afectivo y lo sexual.

    «No apagar el Espíritu»

    En el espejo de la Escritura, Fabrice Hadjadj cita la figura del rey Salomón. Su reinado comenzó con el asesinato de su hermano Adonías y terminó con el restablecimiento del culto a los ídolos. Entre medias, sin embargo, el heredero de David pide a Dios un corazón inteligente para gobernar a su pueblo y difundir la sabiduría a su alrededor.

    «Su orgullo, tanto más especioso, se ha revestido con los ornamentos de la ortodoxia, la humildad y la compasión».

    El apóstol Pablo ordena a los tesalonicenses (5:19-22): «No apaguéis el espíritu. No despreciéis las profecías, sino discernid el valor de cada cosa: lo que es bueno, guardadlo; apartaos de toda clase de mal».

    Para Fabrice Hadjadj, al final del juicio y de la condena, hay que considerar la perspectiva de la redención. «Es evidente que nuestros padres se entregaron al orgullo. Un orgullo tanto más engañoso cuanto que estaba revestido de los ornamentos de la ortodoxia, la humildad y la compasión.»

    Una teología de la antigüedad

    Joachim Negel, Decano de la Facultad de Teología, habló del contexto histórico del caso de los hermanos Philippe. Mientras Marie-Dominique enseñaba en Friburgo, la Universidad se vio sacudida por el caso de su colega dominico Stefan Pfürtner. El profesor rechaza la condena de la Iglesia a las relaciones sexuales fuera del matrimonio y a la contracepción. La violenta disputa que siguió provocó su salida de la Universidad y luego de la orden dominica. Frente a él, Marie-Dominique Philippe se presenta como garante de una «teología de la antigüedad». Sigue siendo insospechado e insospechable.

    «Limpiar no basta»

    Marie-Jo Thiel, profesora en Estrasburgo y especialista en abusos sexuales, habla de la fascinación que ejercen las figuras narcisistas seductoras. Por una distorsión cognitiva bastante improbable, los dominicos no identifican esta mística desviada que prospera bajo sus ojos. Una ceguera que es signo de su propio egoísmo. El libro «L’Affaire» también le impresionó por la amplitud de sus ramificaciones.

    El comportamiento de los hermanos Philippe muestra una perversión personal. Una escisión de sus personalidades entre el decir y el hacer que responde a la única ley del placer «místico». Tienen un sentimiento de omnipotencia.

    La ley y las reglas deberían permitirles volver a conectar con la realidad. Sin embargo, ni los obispos ni los líderes religiosos se acordaron de ellos. «Una autoridad que no actúa se convierte en cómplice», denuncia Marie-Jo Thiel.

    «Hoy no basta con hacer limpieza. Son necesarias medidas estructurales como la publicidad de los juicios y las sanciones, la separación de poderes, el recurso a expertos externos, la reflexión sobre los votos religiosos». «Si los abusos han continuado, a menudo es por la cobardía de los responsables», concluye.

  • Buela a la par con Luis Fernando Figari, Marcial Maciel y Fernando Karadima

    Buela a la par con Luis Fernando Figari, Marcial Maciel y Fernando Karadima

    Todos hablan de Buela como condenado y abusador, menos los propios miembros de su familia, el Verbo Encarnado.

    Esto parecería ser lo normal y lo “lógico”: defender al propio “Padre” o no decir nada sobre sus andanzas… Recordamos que “lo normal” no siempre es lo moral.

    Es llamativo que los religiosos del IVE se terminen enterando de los delitos de su fundador no a través de sus superiores sino por los de afuera. A veces es cuestión simplemente de salir de la burbuja en la que viven.

    Muchos informativos lo dicen sin pelos en la lengua: “Carlos Miguel Buela, depredador sexual y fundador de una orden religiosa, muere en Italia”

    La noticia que hoy traemos a nuestro blog es sobre “El Sodalicio y el laberinto del abuso sexual en Perú”

    En este informe se hace referencia a Buela y su fundación dando por sabido que el mundo ya sabe, valga la redundancia, sobre la condena del difunto fundador y la naturaleza sectaria de dicha orden.

    Algunas expresiones que pueden ustedes mismos encontrar:

    “Lo que en México ha sido la Legión de Cristo y en Argentina el Instituto del Verbo Encarnado, en Perú lo ha sido el así llamado Sodalicio de Vida Cristiana”. 

    Y un poco más adelante:

    “Parecido, pero más complejo y difícil de asir que las maquinarias que, por su cuenta construyeron los otros tres “grandes” del abuso sexual en gran escala en la Iglesia Católica en la América Latina de finales del siglo XX: Marcial Maciel, Carlos Miguel Buela y Fernando Karadima.”

    Es decir que a Buela se lo coloca a la par de Maciel y Karadima, para que nos demos una idea…

    Y los del IVE todavía no lo saben.

    Repetimos: es llamativo y lamentable que los propios miembros del IVE y las SSVM no lo sepan, en su gran mayoría, y esto por la simple razón de que los superiores no quieren que lo sepan. No hay más misterio.

    Concluimos con la siguiente reflexión: el comportamiento de Buela fue desechable, condenable, repudiable y todo lo que se pueda adjetivar. Pero lo que hacen estos superiores escondiendo la verdad, y peor aún, afirmando la santidad de ese hombre, es mucho peor, porque los daños psicológicos que causan serán irreparables en muchos casos.

    La verdad siempre sale a la luz, tarde o temprano.

    No quisiéramos estar en la mente de tantos pobres religiosas y religiosos cuando se desayunen con esta triste verdad.

    Y peor aún… la difícil aceptación de la verdad de que les estuvieron mintiendo toda su vida.

  • Las cosas buenas y malas del IVE

    Las cosas buenas y malas del IVE

    Estimados lectores:

    Ustedes saben que en este blog publicamos algunos hechos y críticas al Instituto Verbo Encarnado y su rama femenina, las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará; cosas que, si no lo hacemos nosotros, pocos lo hacen, y mucho menos podemos esperarlo de los mismos superiores.

    Fue así como comenzó la idea de este blog: denunciar y darles voz a las víctimas silenciadas por los mismos superiores que, ante la cámara y los diarios afirman “acompañar”, “comprender” y “luchar” contra los abusos. La verdad es muy distinta, y si no publicamos nosotros, muchas personas de buena voluntad quedan sin enterarse de partes importantes de estos institutos, como puede ser la vida oculta de su fundador, así como las condenas que pesan sobre él.

    Y hablando de este tema del Padre Buela y sus condenas, aprovechamos para ofrecer hoy una nueva y breve reflexión que surge a partir, justamente, de una publicación en Infocatolica sobre el cambio de dirección en el IVE y la confirma de su fundador. Esta noticia data del año 2016.

    Pero no es casual que, a los pocos días de publicada la nota, la presencia del IVE en dicho portal desapareciera en cuestión de días. Vamos a explicarlo:

    Infocatolica se caracteriza por ser una web precisamente “católica” y tradicional en su enfoque, razón por la cual en el IVE se la veía bien y se había logrado introducir un blog de un misionero, el Padre Diego Cano, en donde se relataban hermosas crónicas de su misión en Tanzania, Africa. Y esto nos lleva a reflexionar sobre “lo bueno” del IVE.

    Bastaba ingresar a Infocatolica y encontrar con bastante frecuencia las crónicas muy apostólicas e inspiradoras de dicho misionero del IVE. Muchos lectores lo seguían, muchos comentadores opinaban y compartían… Pero de repente, a los 4 días de la nota informativa sobre la condena de Buela, el blog del Padre Cano dejó de publicar, como diciendo “de esta página web nos vamos, no tenemos nada que ver”. El último post del blog del IVE en Infocatolica es del 9 de agosto de 2016, titulado ¡Adiós, queridos lectores! – Mi último post

    La nota contra el Padre Buela (o más preciso, informando sobre Buela), es del 5 de agosto de 2016, exactamente 4 días antes de que el IVE se bajara de Infocatolica, y se titula: “Cambia la dirección del IVE y se confirma la condena al P. Buela por abusos”. Ambas notas aun se pueden consultar en la web.

    Pero la historia no termina aquí.

    Hace sólo 2 días atrás, el 11 de mayo de 2023, Infocatolica vuelve a publicar algunas de “las cosas buenas” del IVE, en una nota titulada: “El P. Romanelli describe la situación en Gaza tras los bombardeos de parte de Israel”

    Nuevamente nos encontramos con la honestidad intelectual e intencional del informativo en cuestión: no hubo ni suele haber conflicto de intereses por parte de la editorial de Infocatolica, y quieren seguir publicando la verdad, sin importar de donde ni sobre quién sea. Y por eso, uno se pregunta: ¿Qué necesidad tenía el IVE de retirar el blog de su sacerdote en Tanzania, que tanto bien hacía, sólo porque se exponía la verdad de la condena del Padre Buela?

    Este es un llamado a la reflexión con hechos reales y constatables: todos conocían el blog del Padre Cano en Infocatolica. Y todos saben que ya no publica en ese sitio. La pregunta es: ¿saben todos las razones por las cuales los directivos del IVE se retiraron súbitamente de allí?

    La verdad es que no les gusta para nada que se diga y se publique la verdad sobre el Padre Buela. Como han dicho, “Nuestro Padre es no negociable”, y los hechos lo demuestran.

    Entonces nos volvemos a preguntar: ¿Hay honestidad intelectual en la búsqueda de la verdad, o, por el contrario, hay una defensa a priori del Padre Buela? Los “apriorismos” no son racionales.

    Concluimos entonces que en el IVE existen muchas y muy loables obras de misión, de caridad y de apostolado, y que nosotros no nos dedicamos a promocionarlas porque ya lo son lo suficiente, entre otros medios, por las páginas y redes oficiales del Instituto.

    En cambio, de lo que no habla el Instituto, y es necesario también hacerlo, es sobre los defectos o “cosas malas” que tiene dicho instituto, sobre todo en lo que se refiere a la defensa irracional e irreflexiva de su difunto fundador.